10 de julio de 1997. Aquel día, España sólo tenía ojos y oídos para seguir el secuestro del edil popular de Ermua, Miguel Ángel Blanco.
Aquel día de 1997, del que se cumplen hoy 19 años, era secuestrado por tres miembros de ETA que, más tarde, pedirían al Gobierno el acercamiento de los presos de la banda terrorista al País Vasco.
El edil del Ayuntamiento de Ermua era secuestrado a las 15:30 horas de la tarde y, tres horas después, los terroristas pidieron el acercamiento de los presos etarras a cárceles de la comunidad autónoma, a través de un comunicado emitido por una emisora de radio vasca. En dicho comunicado daban de plazo hasta el día 12 de julio para que el gobierno, entonces presidido por José María Aznar, llevara a cabo las gestiones solicitadas y, en caso de no hacerlo, anunciaban que ejecutarían a Miguel Ángel Blanco.
Fueron 48 horas que mantuvieron a todo el país en vilo, pegado a la televisión, la radio y la prensa a la espera de recibir noticias.
Aquellas 48 horas, todos éramos Miguel Ángel Blanco. Todos éramos su familia. Daba igual el color político. En esas 48 horas, las manifestaciones y protestas exigiendo a la banda terrorista la liberación del concejal se sucedieron por todo el país y se creó un sentimiento social de rechazo hacia los etarras en toda la ciudadanía, que quedó reflejado en las manos blancas, en lo que se vino a llamar “el espíritu de Ermua”.
El día 12 de julio Miguel Ángel Blanco los etarras que lo mantenían secuestrado le dispararon a sangre fría en un descampado en la localidad de Lasarte-Oria (Guipúzcoa). Fue encontrado, aún con vida, por dos hombres que caminaban por la zona; tras ser trasladado al hospital y sin que se pudiera hacer nada por su vida, Miguel Ángel Blanco fallecía el 13 de julio de 1997.
En Diario 16 dimos la noticia del asesinato, sin cortarnos. A partir de ese día ya nadie se cortó al expresar su rechazo y su repulsa hacia la banda terrorista y sus actos. En esos días, España cambió.
