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“Estoy rodeado de traidores”

Julián Molina Illán
Julián Molina Illán
Psicólogo, Fisioterapeuta, Enfermero, Filólogo, e Historiador del Arte.
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análisis

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Cuando el 14 de diciembre de 1930 se le preguntó a Fermín Galán si quería decir algo, este contestó: “Estoy rodeado de traidores”. Acababa de ser condenado a muerte junto a Ángel García por su insurrección frente al poder establecido de la monarquía de Alfonso XIII y la dictadura (o como dicen algunos “dictablanda”) de Berenguer. Fermín Galán fue acusado él mismo de traidor por sus asesinos, aunque unos meses más tarde (ya demasiado tarde…) sería exonerado. Encuentro ciertos paralelismos con la situación política actual española, y por eso me he permitido traer ese capítulo a colación.

Pedro Sánchez es acusado de traidor por los que engañan, roban, esquilman, y abusan de la ciudadanía española. A Pablo Casado no solo le regalaron un máster, es que también le aprobaron media carrera por la cara. Se han producido casos en los que no ha habido ni sustitutos en las listas municipales para poder reemplazar a la totalidad de los concejales imputados por corrupción en el Partido de los Poderosos. En este partido, han estado concurriendo a las elecciones, en un caso de flagrante deslealtad a los españoles y españolas, contando con una financiación muy superior a la de sus contrincantes, es decir, “dopados”. Han sembrado el terror entre la población (recordemos “España se rompe” con Zapatero, que tan buenos réditos electorales les ha retribuido…), y siguen haciéndolo sin ningún pudor. Provocan el enfrentamiento entre la población. Enfrentamientos que tienen como consecuencia la pérdida de amistades, familias que no se hablan, o incluso algún que otro divorcio. Hacen políticas que llevan al aumento del paro, primero, para en una segunda fase explotar vilmente a los trabajadores, ahora sin derechos y con retribuciones de miseria. Segregan a los niños y niñas en los colegios, subvencionan la educación religiosa, adoctrinan, obligan, y ejercen tiránicamente por la vía del engaño, un poder que lleva al establecimiento de una hegemonía cultural decimonónica. Nunca el independentismo crece tanto como cuando gobierna el Partido Pútrido.

Es cierto que Pedro Sánchez se ha equivocado. Es lo que tiene gobernar. Pero ¡ojo!, no se ha equivocado porque no tenga razón, sino porque en política la razón se tiene cuando la ciudadanía te la da. La gestión de la crisis catalana que el Partido Pestilente provocó, ciertamente es mejorable. También hay que entender que los independentistas no son saciables con ninguna clase de concesión, sino que únicamente se conforman con la independencia. En ese sentido Pedro Sánchez se encuentra rodeado de deslealtades. Por una parte, no puede contar con que el independentismo cumpla ningún acuerdo o promesa que no vaya estrictamente en el sentido de sus intereses. La oposición selvática y primitiva, cavernaria dicen algunos, no pierde la ocasión para llamar a sus huestes al derribo de un gobierno que no pretende sino arreglar la situación. Y lo peor, los llamados “barones” del partido socialista, que aún no le han perdonado a Pedro Sánchez la desfachatez de creerse libre, el oprobio de no haber pedido permiso, se alían con el pasado, se unen a la reacción, para terminar de hundir a un gobierno, que como no podía ser de otra manera en un gobierno honrado, no está sino tratando de hacerlo lo mejor posible. Yo me pregunto dónde están los traidores…

La figura de un mediador en el conflicto catalán no es una buena idea. Ni siquiera es una buena idea la de una “negociación”, ya que en una negociación se asume que hay agravios que reparar. Yo soy de la opinión de que a Cataluña se la ha tratado muy bien precisamente por el papel de bisagra que los partidos nacionalistas han tenido en el pasado reciente de España. Por unos gobiernos y por otros. No hay nada que negociar. Simplemente hay que aplicar la legislación, y si consideramos que a la Constitución hay que hacerle una actualización, nos ponemos todos de acuerdo y la hacemos. Pero mientras esta Constitución esté vigente, debemos cumplirla.

Para terminar, una última reflexión ¿Es constitucional engañar a la población, sembrar el terror, y gobernar para una minoría en contra de los intereses de la mayoría habiendo ganado las elecciones haciendo trampas? Parece ser que sí ¿Es posible que aquellos que atentan, pensando solo en sus sillones, contra un Secretario General elegido por la militancia sigan en sus puestos como si no pasara nada? Parece ser que también ¿Es posible que el gobierno catalán prefiera a la caverna que acecha, y haga caer al gobierno de Pedro Sánchez por una pataleta? Me lo creo todo.

Estimado Pedro, querido presidente, estás rodeado de traidores.

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