Estoy a tope

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En estas semanas hemos asistido a la extraña popularidad de un vigilante de seguridad despedido por lo acontecido en un video, que se grabó estando de servicio, donde decía precisamente esta frase: “jefe de equipo, estoy a tope”. Ese hecho derivó en una serie de videos muy difundidos en las redes sociales que merecen, cuanto menos, una reflexión. No voy a evaluar ni calificar unos hechos a los que no he tenido acceso directo pero si voy a discrepar sobre la imagen pública de ellos. En primer lugar el modelo de vigilante de seguridad mostrado no es el real. Tal como defiende la federación de trabajadores de seguridad privada del sindicato USO, un profesional de la seguridad privada está sujeto a la ley de seguridad privada, a su régimen disciplinario,  y a un código deontológico, por lo que se somete a los principios de integridad y dignidad, además de a los de protección y trato correcto a las personas. Para ello debe evitar todo tipo de abuso y de arbitrariedad, así como cualquier forma de violencia. Para ello debe actuar con proporcionalidad en la utilización de sus facultades y los medios disponibles. Es decir, que el vigilante de seguridad en ningún momento puede hacer uso de ningún tipo de violencia ni faltar a la integridad y dignidad de las personas. Cualquier confusión al respecto supone un grave error, sobre todo si tal  barullo constituye un modelo público de referencia equivocado para la ciudadanía.  La FTSP USO-A lleva años defendiendo la dignidad de estos profesionales y encontrándose con grandes obstáculos: con los falsos estereotipos sociales adjudicados al sector y  con la invisibilidad de los medios de comunicación. Precisamente por ello resulta molesto y hasta ofensivo que sea un miembro de este colectivo quien, a través de estos videos, no contribuya a enriquecer o engrandecer la imagen tan dañada de los vigilantes de seguridad, sino a todo lo contrario: a perjudicarla aún más a través de un modelo público que no es real ni que debería serlo.

El sector de la seguridad privada se merece el beneficio de la duda de los medios de comunicación y a su vez el ofrecimiento de estos de un turno público de palabra para mostrar perfiles y situaciones reales, en lugar de las terribles confusiones mediáticas que surgen de vez cuando. De esta manera podría mostrarse a la ciudadanía los graves problemas por los que atraviesa esta profesión y las grandes demandas sindicales que tiene activa la FTSP-USO-A. Los vigilantes de seguridad desarrollan su labor desde el servicio y la prevención ante cualquier riesgo de los derechos fundamentales, y cuenta con personas que aunque arriesguen su vida casi nunca tienen el reconocimiento justo ni la consideración de víctima.

Por todo ello, y sin hacer estimación alguna sobre los hechos que generaron los videos a los que hemos hecho referencia, si los consideramos inoportunos porque solo sirven para arruinar el trabajo que algunas personas llevan años haciendo y que consiste en defender la imagen pública de la seguridad privada. Pedimos desde aquí el respeto que la profesión se merece y que todos sus integrantes deben mostrar.

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