El primer secretario de los socialistas catalanes, Miquel Iceta se reúne, este lunes, con el presidente de la Gestora que dirige el PSOE, Javier Fernández, según la nota oficial, “para estudiar el estado actual de las relaciones entre las dos organizaciones fraternales”. En principio se van a producir pocas novedades. Fernández ratificará a Iceta las medidas adoptadas por el grupo parlamentario tras la ruptura de la disciplina de voto de los diputados socialistas durante la sesión de investidura de Mariano Rajoy. Entre las más significativas, además de una fuerte multa, su cese en los cargos directivos del grupo y en las portavocías y presidencias en las comisiones en las cuales participan.

Pero de ahí no se va a pasar. No se van a apartar a los representantes catalanes en los órganos de dirección del partido, primero porque dichos órganos de dirección son provisionales, estatutariamente hablando, y segundo porque antes habría que modificar los estatutos y eso sólo lo pueden hacer el comité federal o un congreso y, de momento, no están previstas las convocatorias de los máximos órganos de decisión del PSOE.

Precisamente en ese punto va a ser en el que más va a incidir Miquel Iceta. En la necesidad de convocar primarias y congreso lo más urgentemente posible. Fernández le va a dejar claro que por ese camino no debe ir si no quiere que “las cosas se enfríen más de lo que están”, según una fuente de Ferraz. En la Gestora no ha sentado nada bien la propuesta de alianza tripartita efectuadas por Iceta en Catalunya hacia Ada Colau y Podemos. Mucho más incluso que la indisciplina de voto. Al líder catalán se le va a recordar que no debe traspasar los límites trazados por el PSOE en materia territorial: Estado federal, nada de derecho de autodeterminación y, por supuesto, de independencia ni hablamos. Y si Iceta insiste en este planteamiento entonces, y sólo entonces es cuando se buscarán los mecanismos que sorteen un congreso pero que pongan al PSC fuera del PSOE. Y, por supuesto, con la amenaza de la creación de una federación catalana que restaría muchos votos al aparato de Nicaragua en Barcelona.

Fernández le va a decir que deje las cosas como están, que se olviden de veleidades a cambio de “mirar para otro lado” sobre lo pasado en la sesión de investidura. Al menos hasta el Congreso que se convocará cuando haya culminado “el debate” en las agrupaciones para recuperar la credibilidad y el apoyo perdido entre la población con propuestas que ilusionen a la sociedad.

Y ese debate va a tardar en llevarse a cabo. Muchos meses antes de la convocatoria del Congreso. Mientras tanto, lo único que se pretende “es coser los rotos producidos por las divisiones de estos últimos meses” tal y como señalan en fuentes de las gestoras.

Así que no hay que esperar ni rupturas n enfrentamientos abiertos tras esta reunión. Tampoco la firma de la paz. En Ferraz se conforman con un resultado neutro, que no conforme a unos y a otros, pero que tampoco produzca nuevas divisiones. Lo mejor es que las cosas se queden como están.

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