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Estáis dando mucha vergüenza aunque os parezca que no

Santiago Aparicio
Santiago Aparicio
Doctor en Ciencias Políticas y Sociología. Contador de realidades. Guitarrista de rock en mis tiempos libres. Y cazador de doxósofos.
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análisis

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Como les gusta decir a los teleñecos de la noche, todos los medios de comunicación futbolísticos han quedado retratados. No se salva ni uno de haber metido la pata hasta el sobaco por mandato y orden de Florentino Pérez. Pues es el “ser superior” el que maneja los hilos de todos esos plumillas que están constantemente haciendo apología desde los aparatos ideológicos del nacionalmadridismo. Luego existen algunas individualidades de personajes raros, acoplados a medios de comunicación, que también han puesto su granito de arena. Lo peor, sin embargo, no es haberse equivocado sobre el fichaje de Kylian Mbappé sino la vergüenza que están dando después de conocerse que no ha elegido al equipo de su florentineza.

Cualquier periodista futbolero puede equivocarse al ofrecer una noticia de un fichaje. Si su fuente es el entorno del jugador pueden estarle utilizando para mejorar ofertas; si su fuente es el grupo de representantes pueden estar utilizándole para mejorar las condiciones o desviar la atención; si su fuente es el club que va a vender le pueden utilizar para quedarse al jugador (o venderle a mejor precio); y si su fuente es el club comprador puede ser utilizado para abaratar la operación o despistar con el objetivo a fichar. De ahí que el manual de buen periodista exija la confirmación con varias fuentes. Algo que no sirve para los “aficionados” que pululan por redes sociales que dicen tener fuentes y conocimientos sobre fichajes, estos van a calzón quitado y no son más que peones de clubes y representantes.

Lo que ha sucedido con Mbappé no ha sido un error informativo (sólo había dos fuentes posibles y todos tenían la misma, Florentino), sino una mentira sostenida durante cinco años –que se dice pronto, cinco años con la turra semanal- para dar de comer pienso sintético a los aficionados madridistas y evitar mirar hacia el palco y los tejemanejes de Pérez como presidente del Real Madrid. Aquí culpables hay dos y ninguno es el jugador. Florentino y su potente armada mediática. ¿Por qué tiene esa armada? Porque los periodistas en un gran, ya que en el pasado se ha dado muestras de ello, están acongojados por si el ser superior les echa a la calle y porque tampoco es que el nivel intelectual de esa marea de periodistas es que sea muy alto. Si juntas miedosos con hooligans sale lo que sale: vergüenza ajena.

Lo peor es que no son conscientes de ser personajes ridículos, bufones de la corte de su florentineza y que están comenzando a provocar un rechazo enorme al equipo que pretenden defender. Ya ocurrió hace poco con el pasillo que pretendían que el Atleti le hiciese a su equipo como mecanismo de humillación al rival (ahí tragaron quina con la famosa pancarta de la afición). Les ocurre con cualquier afición a la que señalan como peligrosa por el simple hecho de no ser del Real Madrid. Hace una semana señalaban a los cadistas como casi asesinos por pitar la llegada en autobús del equipo blanco. Son los agitadores del odio futbolístico, pero parece que no va con ellos. Porque, ya se sabe, el Real Madrid nunca pierde…

Mbappé ha pasado en menos de 24 horas de ser el deseado y el que iba a llenar el nuevo Bernabéu (ese que ya va por casi setecientos millones de coste), a ser un traidor, un apestado o el que debería lesionarse con algo grave (como ha dicho Siro López en un programa de redes sociales). Ayer, hoy y los próximos días verán que todos los artículos caminan en esa dirección, en criminalizar a un jugador por haber elegido quedarse donde le pagan más. Vamos, lo que haría casi cualquier trabajador. El crimen ha sido rechazar al Real Madrid porque se han inventado que sin jugar ahí no se puede ganar nada… Miles de jugadores han ganado de todo sin pasar por las filas blancas. Pero esa es la ideología del nacionalmadridismo.

Y todos esos insultos y reproches son para justificar el error mayúsculo de su nunca bien amado dios: Florentino. Hay que tapar la cagada de enormes proporciones de no haber hecho firmar a Mbappé un papel comprometiéndose. “Tranquilo que me han hecho lo que llevo haciendo toda la vida” podría decir el ser superior. Aunque el realidad ¿no había un papel firmado? Eso dijeron Siro López (en Gol), el niño de la cabeza grande, el orejas ofendido por la pancarta y, cómo no, alguno de los teleñecos de la noche. Porque han dicho de todo durante cinco años, todas a favor de obra, claro. Y a día de hoy, ni Mbappé, ni Haaland… Ahora, parece que la nueva bomba de humo será João Félix, o eso dice Paco García Caridad. Aunque en su caso, más que ser un fiel servidor, parece que tiene algo clavado en sálvese la parte con el Atleti. Pero esta es la forma de actuar, cuando FP mete la pata –y últimamente lo hace mucho- salen todos a lanzar mentiras sin importarles la vergüenza que hacen pasar a los demás.

Han quedado todos retratados por no hacer periodismo sino hooliganismo. Y por ello van a estar mamando y recibiendo chistes y memes durante bastante tiempo. Han destrozado la profesión pero les importa poco. Gárgamel, Tomás Roncero (¿a que ahora no vas a pedir nada al speaker del Bernabéu?), Jorge Calabrés, Ramón Álvarez de Mon, todos los de El chiringuito, los de Tiempo de Juego, los de Carrusel, Joaquín Maroto, Juan Ignacio Gallardo, Eduardo Inda, los de radio Marca, Pedro Pablo Sanmartín y tanto y tantos otros que han quedado retratados y hoy están escribiendo y hablando para tapar el fracaso, para que nada destroce su relato ideológico sobre el Real Madrid. Cinco años aguantándoles, portadas todas las semanas, humo y más humo, para llegar y morir al llegar al río.

Y por último el que más vergüenza produce, Javier Tebas, quien ha emitido un comunicado defendiendo la decisión libre de un jugador (sin conocer los datos de la operación) de quedarse en su equipo pero que perjudica a su Real Madrid. Dice que le va a denunciar a la UEFA. ¿Por qué no intenta que La Liga sea más competitiva para lograr más ingresos para todos? Cualquier equipo de medio pelo inglés quita fichajes a Sevilla, Atleti o Villarreal por potencial económico cuando ni juegan competiciones europeas. Todos los equipos españoles tienen que vender cada temporada para equilibrar cuentas, fichando peores jugadores. Esto a Tebas le da igual porque él está al duopolio. ¿Por qué permite que el Barça juegue con el fairplay financiero muy sobrepasado? De esto no dice nada pero sí sale a defender a su equipo poniendo a los otros 19 como fiadores de su florentineza.

El periodismo futbolístico se ha perdido en favor del hooliganismo azuzado por Florentino. Un personaje que jamás ha creído en el mérito. Fíjense que dicen de él que es un gran empresario cuando en su vida ha producido nada (no hay creación, ni investigación) sino que vive de las tetas del Estado. Pérez es el prototipo de conseguidor que tanto se estila en las escuelas de negocio. Ahora se pasarán un verano vendiendo quince mil fichajes inventados (lo habitual) para tapar el fracaso del ser superior. Tampoco la afición madridista es que tenga capacidad crítica –salvo dos o tres-, recuerden que tomaron como símbolo un grito gutural de otro que les dejó tirados… por dinero. Dan mucha vergüenza aunque ellos no sean conscientes.

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1 COMENTARIO

  1. El nacionalmadrilismo es la identificación ideológica de que España es Madrid, tal como dijo Calamidad Ayuso; por tanto, el resto, es territorio ocupado, es decir provincias. El Real Madrid ganó las competiciones gracias al dinero, tenía la posibilidad de comprar a los mejores jugadores de fútbol; porque la banca le facilitaban el dinero, era una obligación dictada por el Régimen franquista; Madrid tenía que ser la cabeza de España, y por tanto su principal equipo de fútbol tenía que ser ganador. Es de recordar el affaire Alfredo Di Stéfano; lo había fichado el Barcelona, y tuvo que entregarlo al Madrid por ordenes del Régimen franquista. El Real Madrid es simplemente un gran negocio de la oligarquía madrileña, y a la vez le sirve de anestesista de masas futboleras.
    Los bocachanclas de los periodistas deportivos, en especial los del Chiringuito, se han quedado sin su come-cocos para imbecilizar a los aficionados al fútbol; ahora, tendrán que buscar otro «totem» con que marear la perdiz.

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