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«Esta gente viene de la construcción, de la limpieza. No tiene experiencia en geriatría. Viene a ganar dinero avasallando»

Entrevista a Lidia Arguíz, auxiliar de enfermería y delegada de la Confederación Intersindical Galega (CIG) en la residencia pública Concepción Arenal de A Coruña. Su empresa gestora es Samaín Servizos, filial de CLECE, propiedad de Florentino Pérez. Allí, recientemente, el comité de empresa ha denunciado que el Menú de Emergencia "viene a ser: abrimos unas latas y servimos comida. Pueden ser sardinillas, como espárragos, algo que no haya que elaborar". Diario16 descubre que hay muchas otras carencias detrás

Juan Carlos Ruiz
Juan Carlos Ruiz
Periodista y Licenciado en Ciencias de la Información
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análisis

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La empresa CLECE, del grupo ACS, es propiedad de Florentino Pérez y cuenta con el monopolio de los trabajos de cuidados. Gestiona la ayuda a domicilio en cientos de municipios de todo el Estado español. En 2019 facturó 1.579 millones de euros, con un beneficio neto de 38 millones. Esa bonanza económica ha crecido especialmente después de la pandemia.

Otro de los negocios en los que se embarcó hace tiempo el empresario es el de las residencias de mayores, a través de empresas filiales como Samaín Servizos, gestora de la residencia pública Concepción Arenal de A Coruña. Su comité de empresa acaba de denunciar que la plantilla «está al límite». A los problemas que ya venía arrastrando con la anterior concesionaria, DomusVi, se suman ahora los recortes de personal auxiliar y de limpieza aplicados desde la entrada de la nueva sociedad el pasado 1 de junio.

De modo que las denuncias vienen de atrás…

Antes de la pandemia ya denunciamos la falta de enfermera presencial. El pliego de condiciones del concurso dice que una residencia con más de 40 usuarios está obligada a tener una enfermera presencial 24 horas, y un médico localizable en el mismo periodo de tiempo. Eso no se está cumpliendo. Está denunciado en Inspección de Trabajo, en Fiscalía, y nadie nos hace caso. Conclusión: cuando entra esta nueva empresa, Samaín Servizos, vuelven a poner en pliego esa condición. El comité consideró que si entraba una nueva empresa cumpliría el pliego. Pero no es así. Sigue sin cumplir con la enfermera presencial, con lo cual tenemos turnos repetidos sin presencia de enfermeras, auxiliares haciendo valoraciones para lo que no tenemos cualificación y, además, a esta gente se le concedió un pliego de un 0.35. Vienen rateando más personal sanitario del que teniamos, algo que ya habíamos denunciado, porque nos parecía que estábamos con una sobrecarga importante. Entonces ahora ya hemos llegado al 0.35, lo cual es inhumano. El ritmo de trabajo es inhumano, el cuidado al residente es indigno y hemos decidido salir a la casa porque ya estamos cansadas de que la Administración mire para otro lado. Entonces queremos que al menos se sepa que no somos las consentidoras de esta situación.

¿Limpieza a fondo, refuerzo COVID…? inexistente

¿Qué turnos hacen y a cuántas personas atienden en cada uno?

Nosotras hacemos turnos rotatorios de mañana, tarde y noche. En una mañana, para 30 usuarios, seríamos dos trabajadoras y media. En un turno de noche son 150 usuarios y hay tres auxiliares y medias. Y ya hemos denunciado que, incluso, llegaron a quedar dos auxiliares.

¿Cómo les afectó ese volumen de trabajo durante el confinamiento y la pandemia?

Durante ese tiempo la residencia se consideró vulgarmente «hospitalillo», enviaron residentes COVID de otras residencias a tener la estancia aquí. Y hubo refuerzo del SERGAS. Entonces, dentro de la mala situación que fue, al tener ese refuerzo, no era todo tan precario.

Con la limpieza parece que también han tenido problemas.

Hemos tenido bajas en limpieza. No se subrrogaron 4 limpiadoras, con lo cual han estado, mientras nos reestructuraron las rutas nuevas, sin poder atender la limpieza del centro.

¿Cuánto tiempo?

Te puedo decir que tres meses tranquilamente. Poco más era que entrar en la habitación, quitar la basura y lo que se veía. Limpiezas a fondo, refuerzo COVID…inexistente.

Cuando no se cubren las horas sindicales de la compañera de cocina, pasan el Menú de Emergencia, que viene a ser: abrimos unas latas y servimos comida

Dígame que lo de las sardinillas en lata como base del menú de la cena en una residencia del señor Florentino Pérez no es verdad…

Llama mucho la atención el tema de la comida. Llevan mucho tiempo que no comen comida fresca. Ahí no entra verdura fresca. La comida es nefasta. Hay carne, pero es congelada y de baja calidad. El 90% de la fruta está verde. La gente no la quiere. De momento se está cocinando en el centro, pero ya hay rumores de que se va a externalizar también, que va a pasar a catering. Ahora tenemos tres tipos de texturas que son la basal, fácil masticación y el túrmix. La de fácil masticación está basada en carne picada acompañada de algo… pero es carne picada constantemente. Y cuando no se cubren las horas sindicales de la compañera de cocina, pasan el Menú de Emergencia, que viene a ser: abrimos unas latas y servimos comida.

O sea que sí eran unas míseras sardinillas…

-Pueden ser sardinillas, como espárragos, algo que no haya que elaborar.

«No cubren la ausencia de la cocinera; esta acción, conlleva a un cambio de menú planificado por el centro, que afecta a la alimentación de los usuarios: El hecho de que la cocinera solicite una licencia sindical, conlleva a que el centro se quede sin cocinera, por lo que se modifica el menú, poniendo un “Menú de Emergencia”, que consiste en dar a los usuarios comida enlatada, en este día 14/09/2022, del menú planificado (tortilla de patatas con verduras),pasó a ser Sardinas y Espárragos enlatados. Esto supone una disminución en la calidad del servicio y en la alimentación de nuestros mayores».

¿Y de calidad?

No te puedo decir que sean productos de malas marcas, pero yo como mujer y como madre me trabaja el sentido común. En un sitio donde no comes producto fresco, ya no hablo de productos de cercanía, pero un producto del día, por mucho que un nutricionista afirme eso, me gustaría ver si alguno de nosotros tiene que comer esa comida durante un mes, qué pensaría. No es la comida que esa gente se merece porque pagan unas cantidades de dinero importantes. Y considero que igual que se puede exigir a un comerdor escolar, se puede exigir en un centro geriátrico.

Estamos acostando a la gente a las 19:00 de la tarde o a las 20:00, a más tardar, y estamos terminando de levantar a las 11:30 o 12:00 de la mañana. Todo ese tiempo está la gente en la cama

Parece que siguen sin enfermera…

Esto nos afecta mucho. Y muchísimo más a ellos. Tú imagínate con la presión que se puede trabajar en un turno de noche, cuando te encuentras a un residente que no sabemos lo que le está pasando, porque tu ves, pero tu no puedes hacer una valoración. Entonces eso implica una sobrecarga de trabajo importante física y moral. Porque yo puedo ver a alguien sudando y puedo pensar que es una bajada de glucosa, que le está dando un ictus…pero, ¿quiénes somos nosotras?, aunque estuviéramos capacitadas por la experiencia de los años. No soy quién para tomar una decisión sobre lo que pueda estar pasando. Tiene que haber una enfermera. Y una enfermera que pueda actuar en el momento, porque si no, si nosotras tenemos un atragantamiento a la hora de la comida o de la cena y no hay la presencia de una enfermera, ¿cómo hacemos?. Es que son situaciones que realmente tienen una gravedad muy importante. ¿No hay enfermeras? Habrá que pagarles más o habrá que buscarlas donde sea, pero las hay.

Y mientras, continúa el recorte de personal…

Esto me parece brutal, porque estamos acostando a la gente a las 19:00 de la tarde o a las 20:00, a más tardar, y estamos terminando de levantar a las 11:30 o 12:00 de la mañana. Todo ese tiempo está la gente en la cama. Que no tendría por qué estar, porque una cosa es que haya una pauta médica que recomiende que un residente se levante poquitas horas. No, es que hay gente que está en la cama porque no hay quien la vaya a levantar.

Hoy se han dado desayunos con gente que estaba sin asear. Entonces, a nosotras indirectamente nos están obligando a trabajar de una forma que ya se puede considerar rozando el maltrato. Porque, después de estar 12 horas en una cama, que no te vengan a asear, que te tengas que tomar el desayuno venga, corre, rápido…hombre me parece…Por maltrato quizás entendemos un golpe, pero esto para mi no es dignidad para personas que se merecen eso y mucho más. Estamos hablando de que están terminando su vida en esas condiciones.

La falta de personal, ¿qué implica? Pues eso, se acaban las terapias, se acaba todo. Llega un momento que es perder la dignidad.

Y por otro lado nos estamos juntando con gente mayor muy deteriorada y estamos teniendo un montón de ingresos psiquiátricos. El centro no está preparado para gente que requiere atención psiquiátrica y se está mezclando a quienes sí requieren esa atención y a quienes no, con lo cual tampoco se les está dando la atención a los psiquiátricos, porque la falta de personal, ¿qué implica? Pues eso, se acaban las terapias, se acaba todo. Llega un momento que es perder la dignidad.

Tenemos dos profesionales, la fisioterapeuta y la terapeuta ocupacional con una reducción de jornada que no se cubre. Es un porcentaje de terapias bastante importante que no se hace. Y es un suma y sigue. Luego se nos pide arrimar el hombro, ¿arrimar el hombro para qué? ¿Para que un señor se siga enriqueciendo? Pues no. Hemos dicho: hasta aquí hemos llegado.

¿Qué respuesta da la empresa?

Esta empresa, Samaín Servizos, en la última reunión del comité ha afirmado y confirmado que la Xunta de Galicia les concedió un 0.35 y es a lo que se van a ceñir. Por esa parte no hay ningún tipo de negociación. No hay más. No nos van a escuchar, nos nos van a valorar, a seguir un poquito nuestra experiencia. Les da exactamente igual. Yo llevo trabajando en ese centro desde el 2004, he vivido con un montón de empresas diversas situaciones, pero esta ya me parece límite. Porque además se cierran en banda. Te puedo contar que han recibido correos, y es que ni se inmutan. Les da igual.

No he visto ningún tipo de interés por el cuidado del residente. Esa gente viene a ganar dinero, a cumplir el pliego

Tal y como está ahora la Ley, el personal sanitario implica enfermería, auxiliares, asistenta social…entonces es un abanico muy grande. Con la nueva Ley de Dependencia, incluso, eso va a cambiar. Pero será a partir de diciembre de 2023. Nos queda un año todavía. Los ratios de personal se van a hacer con grupos más específicos. Ahí va la cosa modificándose un poco…pero tal y cómo está ahora es insuficiente. O sea, nosotras ya veníamos con denuncias por el ratio que teníamos con Domus Vi, y esta gente viene a cañón. Es inviable.

¿Preguntan por los residentes?

Yo sinceramente no conozco a nadie de la dirección de la empresa que haya preguntado cómo están los residentes. A nadie. No he visto ningún tipo de interés por el cuidado del residente. Esa gente viene a ganar dinero, a cumplir el pliego. No les interesa, no les importa.

Me decía que la empresa Samaín Servizos ha abierto otra residencia en A Coruña.

Sí, acaban de abrir otra residencia aquí, que es privada y ya tienen un montón de reclamaciones y problemas por la mala gestión. Porque esta gente viene de la construcción, de la limpieza y están aterrizando en el mundo de la geriatría y vienen sin experiencia y avasallando, porque no escuchan, porque no razonan y porque no les importa, simplemente. Vienen a ganar dinero, y los centros de mayores dan dinero, porque los usuarios pagan un montón y nosotras cobramos una miseria y ellos comen otra miseria, entonces las cuentas salen con facilidad.

Nosotras pusimos denuncias como Comité de Empresa. Y después hay familias que han denunciado la falta de personal, falta de ropa…pero ahí nosotras sí que no tenemos acceso y también hasta ahora la unión entre el personal y las familias siempre ha sido un poco tensa. Porque si nosotras no hacemos y, a veces, no entienden por qué no hacemos, nos presionan un poquito. Que conste que la gente está empezando a respondernos muy bien.

¿Sí…?

Sí, porque se están sorprendiendo con lo que nosotras estamos contando, que nos estamos jugando nuestro puesto de trabajo.

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2 COMENTARIOS

  1. Lo aberrante y vergonzoso fue como se dejaron morir miles de ancianos durante la Plandemia, un atroz acto deleznable a la altura de los más viles, y ahí el tito Floren, igual no ‘pintaba’ mucho.
    Hasta que no se resuelva (lo más probable como son en estos casos, es que lo pague el cabeza de turco de turno…) sigue y seguirá siendo el acto criminal más flagrante y reprobable cometido por una Organización (en este caso las Administraciones de turno y el Ministerio) hacia un colectivo vulnerable como eran la de ancianos encerrados en sus asilos…
    We don’t forget it..

  2. ¿Pero es que de verdad creéis que los inversores tienen algún interés en conocer y reproducir las actividades en las que siembran, como si fueran macetas, su dinero? El único interés que tiene la subversión actual del sistema productivo que obtenía beneficios del conocimiento y la maestría sustituyéndolas apariencia y la simplicidad; el de empresas que no requieran esfuerzo ni inversión, nada que obligue a compromisos y esfuerzos a largo plazo mientras dejen altos rendimientos, invirtiendo la metáfora sobre que el dinero no crece en los árboles.
    Da igual si estos especuladores, investidos de venerables creadores de bien social, explotan sin miramiento desde el primero hasta el último ciudadano que tenga por desgracia caer en sus redes, harán negocio de materias primas, servicios y productos de primera necesidad (pensiones, medicamentos, sanidad, residencias, alimentos…) sin ningún otro resultado ni balanza de equilibrio que una cuenta de resultados que tiene que ser positiva por encima de cualquier otro principio. Y da lo mismo si especulan con alimentos y crean hambrunas, que si comerciando con armas fomentan guerras, que si lo hacen con energía y aprovechándose de posiciones de privilegio trasladan a la inflación (todos) la ingente cantidad de beneficio que la oportunidad les brinda acumular, porque sencillamente, en su fuero interno, creen, hacen que creen, que están en el más hético de los negocios –al fin y al cabo para eso pagan la creación de la nueva moral con la que nos dirigen- y no sienten la necesidad de compartir su vida con nosotros. Solo estamos ahí para ser explotados.
    Las mascarillas, los respiradores, incluso las vacunas, una vez atrapados en el cepo del la pandemia frente a la deslocalización de la producción de productos esenciales y la monopolización de las patentes y la investigación, solo fueron un recurso más con la que este especie nueva, seleccionada por el neoliberalismo, recogía a sacos los beneficios de su estrategia, aprovechado el pánico que la gente sentía ante tanta muerte e impotencia. No debiéramos confundirnos y creer que no repetirán, como están haciendo de nuevo con el corte del gas por la guerra de Ucrania, solo ha cambiado el objeto de necesidad, el proceso en el que nos endosan a nuestra cuenta el producto de su saqueo inflación que rellena el vacio de lo que se llevan.

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