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España incentiva la corrupción

Ana Patricia Botín se compra un avión de 46 millones mientras se inicia la guerra por trincar subvenciones públicas anunciadas por el Gobierno para acceder a la gestión de los modelos formativos para desempleados vía asociaciones de autónomos en manos de ex sindicalista y ex diputados y diputadas de la asamblea de MADRID, incluso socialistas

Manuel Domínguez Moreno
Manuel Domínguez Moreno
Periodista, escritor, sociólogo, politólogo y perito en procesos de paz a nivel nacional e internacional
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análisis

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La corrupción es la peor pandemia para España. Ya el Arcipreste de Hita, en el siglo XIV, la denunció en el Libro de Buen Amor. ¿Los españoles somos genéticamente corruptos o es que siempre se están buscando los resortes necesarios para que los corruptores encuentren una pieza propiciatoria en las esferas del poder para lograr sus objetivos por el camino más corto? Hay un poco de todo.

En las últimas horas se han dado dos hechos que, teóricamente, no deberían tener una relación directa pero que, en el fondo, sí que están relacionadas, sobre todo si tomamos como base la situación actual del país.

Por un lado, Ana Patricia Botín ha comprado para el Banco Santander un nuevo avión que cuesta 46 millones de euros, según ha publicado La Información. Volviendo nuevamente la mirada hacia los clásicos de nuestra literatura, la entidad cántabra se parece cada día más al hidalgo del Lazarillo de Tormes: guarda las apariencias de cara al exterior mientras que vive una situación límite de puertas para adentro.

Los resultados presentados y no presentados por el Santander muestran una gran debilidad de la entidad cántabra, sobre todo en un escenario de profunda crisis económica y social que, evidentemente, tendrá unas consecuencias nefastas para el banco cántabro. Los mercados donde el Santander obtiene la gran mayoría de los beneficios del grupo son de los más golpeados por la pandemia, Reino Unido, México y Brasil, principalmente. Por esta razón, el banco presidido por Ana Patricia Botín ya está moviéndose para lograr una fusión que frene el golpe y, para eso, sólo hay una entidad en España que podría servir: Bankia. El mayor problema que tiene para lograrlo es que el máximo accionista es el Estado y, por tanto, cualquier operación tiene que ser autorizada por el Gobierno. Sin embargo, todo parece indicar que en Moncloa no están muy por la labor de hacer lo mismo que aplicó el Ejecutivo de Rajoy y Luis de Guindos con el Popular, es decir, un rescate encubierto de la entidad cántabra.

A pesar de todo lo anterior, Ana Patricia Botín se ha comprado un avión de 46 millones de euros porque hay que guardar las apariencias, como el hidalgo del Lazarillo. Los accionistas minoristas llevan perdida más de un 70% de su dinero desde que se produjo un cambio en la presidencia del Santander tras la inesperada muerte de Emilio Botín; los grandes accionistas han perdido más de 70.000 millones desde 2014; el FMI considera a la entidad cántabra como un peligro para el sistema financiero mundial; todos los años tienen pérdidas millonarias por culpa del cambio de divisas y del Brexit. Aún así, la presidenta ha decidido comprarse un jet privado, en un momento en el que, además, está acuciada por demandas y querellas por la comisión de presuntos delitos de administración desleal.

Por otro lado, el Ministerio de Trabajo ha aprobado una partida 16 millones de euros destinados a la formación de personas desempleadas. Estas subvenciones corren el peligro de entrar en el círculo de la corrupción porque esos procesos formativos no son impartidos por el Gobierno o sus entidades dependientes, sino por organizaciones externas, tanto empresas como organismos no empresariales. El concepto «formación» es muy rentable para las organizaciones no mercantiles, puesto que a muy bajo coste consiguen grandes ayudas de las diferentes administraciones públicas. Por ejemplo, los sindicatos multiplican por 10 la subvención que les corresponde como sindicato sólo por sus programas de formación, y eso ha tenido como consecuencia que se hayan producido graves casos de corrupción. Sin embargo, los sindicatos no son los únicos. También sucede en las asociaciones profesionales.

Ahora nos encontramos en una situación en la que el Estado va a recibir 140.000 millones de euros de la Unión Europea. Diario16 está teniendo conocimiento de cómo se está empezando a generar una especie de guerra entre asociaciones del mismo ámbito para luchar por adquirir u  lo na parte de ese pastel o, incluso, se podrían estar dando casos (de momento lo pondremos en condicional) de escisiones impostadas para duplicar las cantidades a recibir. Esto es corrupción porque, ¿dónde va luego ese dinero?

Muchas de estas asociaciones que se están desarrollando están lideradas por exsindicalistas, ex concejales y ex concejalas, o ex políticos y ex políticas que aún mantienen cierta capacidad de acceso a los centros de poder a pesar de que, en algunos casos, su labor de gestión fue puesta en duda mientras ocuparon cargos públicos. Para una asociación o fundación, que no tiene que rendir más cuentas que la de presentar su balance, es muy fácil desviar fondos al concepto de «Gastos Generales», un cajón de sastre donde cabe todo.

Por tanto, nos encontramos con escenario propiciado por leyes aprobadas por antiguos ministros socialistas (muchos de ellos en los consejos de administración de empresas como Duro Felguera) que posiblemente va a provocar un nuevo fraude con un dinero que el Estado pone a disposición de sus ciudadanos y ciudadanas para intentar revertir la situación actual de paro, precariedad y hambre, unos fondos que, finalmente, terminarán en las arcas de esos organismos no empresariales (asociaciones, sindicatos y fundaciones) que se acogen a esas leyes propiciadoras de corrupción y que no justifican sus inversiones y presuntamente falsean los resultados sociales y laborales que publican y facilitan al Ministerio de Trabajo.

El pueblo pasa hambre mientras la señora Botín se compra un jet privado y se inicia una guerra entre asociaciones para acceder a los fondos que el Estado aprueba para formar a los desempleados que, precisamente, son los que están sufriendo la situación generada por la crisis actual. Pura corrupción.

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4 COMENTARIOS

  1. Titular «España incentiva la corrupción»

    No es «España», sino el gobierno del PSOE y Podemos los encargados de gestionar los fondos de ayuda, de elaborar y concretar la normativa para acceder a los fondos y de controlar la distribución de las ayudas.

    Señor politólogo en España puede haber más o menos corrupción pero «España» no puede «incentivar» la corrupción; España no es un ente con voluntad. No haga usted trampas con el el lenguaje para echar basura sobre España y salvar al PSOE y Podemos, que serán los verdaderos responsables de lo que pueda suceder.

    Son el gobierno y los ministros del PSOE y Podemos los encargados de elaborar gestionar los fondos, no «España». Y serán ellos, los responsables del buen o mal uso que se les dé y de la corrupción que puedan generar.

    • El partido corruPPto más nauseabundo que se olvide de recibir votos de 305.000 familias robadas por el M.Rajoy que aparecía en los libros de Bárcenas. País de mierda. Bobones y defraudadores de la lista Falciani que se van a morir igual solo desangran los desdichados habitantes que pelean por ganar la discusión sobre si es más corruPPto uno u otro partido grande… CorruPPtSOEn ambos, en manos de los arriba mencionados.

  2. Caso Claro de la corrupción incentivada en España: EL ROBO DEL BANCO POPULAR cometido por el mismo gobierno de la nación donde robaron la propiedad a más de 1200.000 españoles.? Que se puede esperar de este país ? Paro,miseria.y hambre a cuenta de nuestros gobernantes de mierda.

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