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España a expensa de los nacionalistas y Canarias de los insularistas

Antonio Aguado
Antonio Aguado
Militante de los sindicatos ingleses (Trade Unions) desde 1971 y hasta mi regreso de Londres en 1976. Afiliado a la UGT y al PSOE en Londres desde junio de 1972. Cofundador y coordinador sindical de la F.A.E.E.R.U. (Federación de Asociaciones de Emigrantes Españoles en el Reino Unido). Fundador de la cooperativa de servicios PAILARCA (Pablo Iglesias-Largo Caballero). Miembro de los dos primeros comités regionales del Partido Socialista Canario -PSOE- 1977-1985 y por esas mismas fechas, miembro de las primeras ejecutivas insulares de Gran Canaria del PSOE y de la UGT. Cofundador en 1980 de Izquierda Socialista y su coordinador en Gran Canaria hasta 1989. Miembro del primer Consejo Federal de la Emigración del PSOE. Presidente del 1er. Comité de Empresa por la UGT del Hospital Materno Infantil de Gran Canaria. Concejal de deporte y de los distritos: Isleta, Santa Catalina y Guanarteme del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, legislatura 1983.1987. Miembro de la Comisión Permanente de Deporte de la FEMP (Federación Española de Municipios y provincias) y del pleno del CSD (Consejo Superior de Deporte). Cofundador en 1991 de la Fundación Juan Negrín y su secretario durante 23 años (hasta 2014).
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análisis

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Daba la impresión de que con la llegada de los nuevos partidos políticos emergentes iba a ser la panacea y con los mismos, se iban a acabar todos los problemas que desde hace mucho tiempo nos vienen acuciando, producto del mal endémico del bipartidismo.

Ciudadanos se arrogó ser el partido de la distensión y reconciliación y su jerarca máximo Albert Rivera, con gran desfachatez se llegó a comparar a Adolfo Suárez, porque consideraba que encarnaba y representaba su talante dialogante, concordia y reconciliación, pero ha sido todo lo contrario, tal y como se ha venido demostrando por tanta tensión y crispación aportada.

En el otro lado está Podemos, que como organización política de izquierda llegó a concitar muchas esperanzas y expectativas, pero en el transcurso del tiempo debido a sus disputas internas y contradicciones, ha derivado en una especie de entelequia y con tantas siglas sucedáneas por territorios, no ha sido capaz de articular un proyecto, que desde el respeto a la diversidad pudiera cohesionarse y ofrecer mensajes claros y políticas de unidad.

Como colofón está el emergente reaccionario, populista y ultraderechista VOX que habiendo formado parte o sido apéndice del Partido Popular, ha levantado su propio vuelo con claras reminiscencias del nefasto pasado franquista. Con mucha intranquilidad se esperaba que podría obtener 60 y hasta 70 diputados en las pasadas elecciones generales, pero afortunadamente sólo lograron 24. Así y todo, más que suficientes para siendo una caja de resonancia con su grupo parlamentario y las instituciones en las que están presentes. Sino se les contrarrestan debidamente, podrían condicionar cada vez más la vida política y social de nuestro país.

Al final, la puesta en escena de estas tres formaciones políticas, no ha servido nada más que para crear más confusión y crispación y mientras tanto, el problema de los nacionalismos condicionando el gobierno del conjunto de España y el de los insularísmos a Canarias persiste, haciendo muy difícil la gobernanza de ambos territorios. Fue muy revelador la denuncia que en su momento (febrero de 2005), planteó Pascual Maragall, en relación al 3 por ciento de las comisiones de obras públicas que recibían los gobiernos de CiU (Convergencia i Unió), presididos por Jordi Pujol. Por lo visto percibían esos fraudulentos ingresos desde la época de Adolfo Suárez y Felipe González. Aunque esa situación según parece era conocida pero se toleraba, como consecuencia de “las facturas” que les pasaba el “muy honorable” presidente de la Generalitat Jordi Pujol, apoyando con sus diputados a los gobiernos españoles de turno.

En Canarias pasa algo por el estilo, pues nos vemos coaccionados y chantajeados por el insolidario insularismo con la gran presión que ejercen, debido al sistema electoral tan injusto que padecemos, dándoles una sobredimensionada representación en el Parlamento Regional. En éstas pasadas elecciones, autonómicas, cabildicias y municipales se puso en practica la reciente reforma de la ley electoral canaria y fue todo un fiasco ateniéndonos a lo que hipotéticamente se pretendía corregir como eran los desequilibrios entre islas.

No se trata de poner restricciones, pero para acabar con los poderes tan desmedidos de los nacionalistas de diferentes territorios de España y de los insularistas en Canarias, se podría hacer mediante las leyes electorales correspondientes y en ese sentido, sólo se debería contemplar y aplicar, que el ámbito de los partidos políticos, deben ser el mismo del territorio a gobernar.

Complementando las referidas leyes electorales y para que haya una sintonía en la actualidad inexistente, entre los electores y los elegidos, debería igualmente contemplarse la elección de éstos por distritos electorales, en cuyo caso pasaría a ser en el conjunto del territorio español el de un distrito por diputado (350) o escaño y de 70 distritos en Canarias uno por cada parlamentario regional. Esto obligaría a los partidos políticos a presentar a sus mejores candidatas y candidatos, personas reconocidas, valoradas y apreciadas por sus vecinos y no como viene haciéndose, siendo el único bagaje que presentan, su pleitesía y docilidad a los jerarcas o dirigentes de turno, que haciendo de la política una profesión suelen perpetuarse en los cargos. Esta formula obliga a los cargos públicos a estar en contacto permanente con su electorado y a trabajar diariamente por el bienestar de sus vecinos, para tener de éstos su apoyo y respaldo.

Aquí en nuestro país, tenemos cada cuatro años elecciones y en las preceptivas campañas electorales, los partidos políticos y sus candidatos, nos prometen y ofrecen todo lo habido y por haber, pero lo cierto es que pasadas las elecciones, suelen aplicar el: “si te vi no me acuerdo” y a esperar a las próximas.

Es evidente que nuestra democracia está haciendo aguas por todas partes y necesita de una profunda regeneración. Vivimos en un mundo muy complejo y cada día más globalizado, que como se está comprobando es caldo de cultivo para los populismos y la ultraderecha que ya está bastante arraigada. Se tenia que haber previsto todo esto y buscar las formulas democráticas para que utilizando las instituciones, no puedan menoscabarlas y menos aún acabar con ellas, como es el caso de los euroescépticos o eurofobos, que no creyendo en el proyecto europeo, se esfuerzan desde dentro en eliminarlo con la disolución del Parlamento Europeo.

En el caso nuestro de los nacionalismos, sobre todo el catalán e insularismos canarios, no pretenden menoscabar y mucho menos acabar con los parlamentos español y canario respectivamente y es que éstos les están sirviendo como buenos refugios para desde el victimismo y la coacción lograr sus objetivos políticos, que en muchas ocasiones no coinciden con la mayoría del electorado que sin ningún pudor se arrogan y dicen defender.

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1 COMENTARIO

  1. si no llega a ser por el triplle montaje de Vx ( a base d fakes miedo etc ) , de cataluña ( montado por dos derechas PP-CIu qe simepre se han llevado bien al 3% ) y el acoso a Up en todos ls medios salvo ls suyos
    Up hub conseguido muchisimos mas votos…

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