A veces el destino te coloca en el sitio indicado y en el momento oportuno. Eso me pasó el viernes pasado que compartí mesa en un restaurante con periodistas que tienen columna fija en los periódicos de Madrid, invitados por un influyente hombre de negocios de la capital.

En este caso, yo era «la torna» de una compañera, jefa de prensa, muy vinculada a los mentideros capitalinos.

A los postres, una periodista, no diremos el nombre para guardar el «off the record», dice, supongo que para ver también como yo reaccionaba.

…«Mirad, desde hace años, los periódicos no son negocio. La venta en quioscos es mínima y el dinero se va para el quiosquero y el transporte. Las suscripciones se aguantan vendiendo paellas y cuberterías. Los medios se mantienen, en definitiva gracias a las subvenciones públicas y a las privadas en forma de publicidad. Y ahora, hasta la televisión empieza a flaquear.»…

La afirmación fue general. Y continuó:

“Desde el segundo gobierno Aznar, la pasta pública que los medios han recibido ha ido condicionada a erosionar Catalunya. Todos lo sabemos. Desde el 2005, cualquier periodista que quiera prosperar, ha de darle caña a Catalunya. Aunque sea falso. Cuanto más se atize, más dinero, protección e influencia. No importa nada más, que crear y mantener el estado de guerra con Catalunya. Porque estamos en guerra.”

“La culpa es de Europa, que al asumir ingentes cantidades de competencias está dejando mano sobre mano a la clase funcionarial estatal. Es preciso recuperar las competencias cedidas al precio que sea, y nosotros, los periodistas somos la vanguardia en esa guerra.”

Y continuó:

“Ni en la época Zapatero esto se modificó”

Hizo otras consideraciones sobre partidos políticos y como se “caza” a la gente de Podemos, pero hoy no vienen al caso.

Es lo que hay

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