El dinero habla, se suele decir en las mesas de los casinos, y en el Banco Santander suele gritar. En el mes de septiembre de 2017, Diario16 ya informó de las intenciones que tenía la entidad presidida por Ana Patricia Botín de cara a la reestructuración de plantilla tras la compra del Popular por un euro.

Casi 5.000 trabajadores se van a ver privados de su empleo en un año si se suman los que ya lo sufrieron en 2018 en los Servicios Centrales. Una reestructuración de plantilla de este calibre sólo se justifica por la priorización del beneficio o de los factores económicos a las verdaderas necesidades del banco y, por ende, de sus trabajadores.

En el informe técnico presentado por el Santander en la reunión celebrada con los sindicatos el pasado jueves 16 de mayo sólo se contemplan razones numéricas basadas en datos estadísticos y en los intereses del banco: márgenes de beneficio, tipos de interés, volumen de operaciones o supuestos solapamientos con el Popular.

Ese documento que, tal y como publicamos en Diario16, ha sido realizado por una compañía externa y, según fuentes sindicales, adolece de rigor y carece de un cálculo sobre la repercusión en los trabajadores de la reducción de personal, sobre todo teniendo en cuenta el elevado volumen de horas extras que los empleados se ven obligados a dar para poder cumplir con la carga de trabajo encomendada.

Por otro lado, las conclusiones del informe técnico reflejan una causa-efecto con los beneficios pretendidos por el Santander. Esta relación está predispuesta en base a que, si el Santander quiere mayores ganancias, mayor será el número de trabajadores implicados en el ERE.

Según el sindicato CGT, presente en la mesa de negociación, ha quedado clara «la nula predisposición del Banco para dar cumplimiento al espíritu del artículo 12 del convenio colectivo, en el sentido de, entre todos, tratar de buscar medidas alternativas a las extinciones de contrato previstas en un proceso de despido colectivo» tras las reuniones mantenidas después del anuncio del ERE.

El trabajo de Juan Manuel Cendoya, como Director de Comunicación, Marketing Corporativo y Estudios del Santander, está fracasando puesto que cuando se afirma algo, el banco hace la contraria. Se afirma que la entidad cántabra es feminista, con su presidenta a la cabeza, y en todos los ERE anteriores se despidió a más mujeres que a hombres, además de que, según testimonios recogidos de las trabajadoras del Popular, en el ERE de los Servicios Centrales. Recordemos algunos: «Sorprende que el jefe de «matarifes» sea una mujer, Susana de Medrano, a quien el Banco Popular cuidó bastante en este aspecto, atendiendo a su especial situación familiar ya que tiene un hijo con problemas». Las mujeres embarazadas fueron especialmente atacadas en la anterior reestructuración. Estos colectivos están especialmente protegidos en el Estatuto de los Trabajadores pero el banco presidido por una mujer, Ana Patricia Botín, que se declara feminista, en su afán de rentabilizar hasta el último despido se está mostrando implacable. «En estos momentos el hecho de ser mujer conlleva una alta posibilidad de ser despedida», nos confirmaron varias trabajadoras. Esta posibilidad aumentaba si se encontraban en situación de reducción de jornada.

Lo mismo podemos decir de la estrategia que pretenden vender de que aplican políticas de inclusión de las personas con discapacidad, tal y como se pudo comprobar en la empresa Konecta que estaba participada en un 40% por el Santander y que permitió que, tras la renovación del servicio de atención telefónica de la Agencia Tributaria, se dejara en la calle a 92 personas con discapacidad, personas que, tras sentencia judicial, tuvieron que ser readmitidas. Poco después el banco presidido por Ana Patricia Botín vendió su participación en esta compañía. Por cierto, para el Santander, tener un 40% de las acciones de una empresa es «participación minoritaria», tal y como afirmó la presidenta en la Junta de Accionistas.

6 COMENTARIOS

  1. Susana de medrano….. Esa señora fue la responsable de negocio extranjero mientras yo trabaje en Venezuela para el banco popular……. Y mis cotizaciones no figuran en España por que nunca me dieron de alta. Engaño a mi y fraude a la seguridad social. Ya se puso esto en conocimiento por que no es posible que se rían de la gente y cometan estas irregularidades para ahorrarse 4 pesetas.

  2. Y eso repercute en poner dificultades para que a los clientes se nos deniegue/pretenda cobrar la preceptiva información a la que todo cliente tiene derecho y obligación la Entidad?

  3. No veo nunca referencias a los derechos de los hombres.

    Hablamos de feminismo (que se supone que es igualdad) pero damos por supuesto que solo las mujeres tienen que cogerse la reducción de jornada para cuidar a los niños.

    ¿Gracioso no creen? Eso sí que es una política social machista. Si no damos la misma oportunidad a los hombres a cogerse reducción de jornada que a las mujeres, no nos sorprendamos que traten a las mujeres igual que a los hombres.

    Porque si un hombre solicita esa reducción de jornada es el hazmerreír de jefecillo tirano y víctima de comentarios «que se lo coja tu mujer» o despidos. Yo solo veo que las mismas malas praxis las emplean con la mujer en este artículo, pero al menos tienen reducción de jornada.

    Saludos!

  4. Buenos días!!
    Desde aquí dar mi total apoyo a esta ex compañera. Creo que se queda corta en la mayoría de las cosas y en el total de las cosas que pasan en esa gran empresa.
    Dejo una pregunta retórica: ¿Si tratan así a la mujer cómo tratarán al hombre??

  5. Mujer, madre, no regalas horas extra ..y si vienes del popular…tienes garantizado que te echarán.
    Empleados del popular a los que les obligan a trabajar en jornada partida les han eliminado de la nómina la ayuda para comida, mientras que los empleados Santander siguen disfrutándola… ¿Cuando lo solucionaran? Según dijeron en una reunión se resolverá en marzo, cuando ya estén muchos fuera y no puedan recuperar ese derecho que se les ha quitado..

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