«En cuanto a si soy feminista, lo soy, porque que creo en la igualdad de oportunidades y quiero decir que esto no solo es lo correcto, sino que es bueno para el negocio». Esta frase, pronunciada en un tono calmado por Ana Patricia Botín en la Junta General de Accionistas del mes de octubre de 2020, confirma que su feminismo no es más que una impostura, una nueva estrategia de marketing para aprovecharse de la lucha por la igualdad real y conseguir rentabilidad de ella.

La misma frase demuestra que la señora Botín no tiene mucha idea de lo que es ni de lo que significa el feminismo, porque acotarlo sólo a la igualdad de oportunidades es llevarlo a un espacio mínimo, concreto, que acota lo que significa la igualdad real.

No obstante, los cientos de testimonios que está recogiendo Diario16 de los trabajadores y, sobre todo, de las trabajadoras, demuestran que ni siquiera en la igualdad de oportunidades se puede basar el presunto feminismo de Ana Patricia Botín y del banco que preside.

«No hay igualdad. En el ERE de Banco Santander se está cometiendo una injusticia con las madres con hijos menores de 5 años. Desde que soy madre está claro que ni carrera profesional ni nada. Soy una persona muy cumplidora y responsable y en el banco me han confirmado que no gustamos las madres con niños pequeños. El trato de Recursos Humanos conmigo ha sido muy agresivo. Somos las madres las que estamos siendo seleccionadas para salir del Santander. Esto no es igualdad».

Este es el testimonio de una mujer, empleada del Santander y madre con niños pequeños que será una víctima del nuevo ERE. Sin embargo, sus palabras no responden a un hecho concreto o aislado, puesto que otra trabajadora, en el proceso de despidos indiscriminados y masivos de 2019, afirmó lo siguiente a Diario16: «Soy madre de dos niños pequeños y, desde que tengo a estos dos pequeños enanos, lo mejor que me ha pasado en mi vida, todo cambio en el banco». Esta mujer, antes de quedarse embarazada, tuvo dos abortos naturales por un problema con la coagulación de la sangre. Sin embargo, gracias a la medicina pudo controlar ese problema y quedarse embarazada de sus dos pequeños.

No obstante, después del segundo aborto «el responsable de recursos humanos me indicó queNO es momento de ser madre”. Esta fue una de las muchas cosas que he tenido que sufrir», afirmó a Diario16 esta ya extrabajadora del banco presidido por una mujer que se autoproclama feminista y que califica al feminismo como un elemento bueno para su negocio, que habla del empoderamiento de las mujeres o que, como afirmó la señora Botín en una ocasión, «la brecha salarial entre hombres y mujeres comienza en el momento en que decidimos tener hijos. Y la brecha nunca se cierra. Efectivamente, existe un impuesto sobre la familia que es pagado principalmente por las mujeres. Así que mi consejo es: desafiemos el statu quo todos los días. Nunca tengáis miedo. aprended a tomar decisiones. La situación está cambiando y seguro que tendréis más oportunidades que vuestras madres y vuestras hijas, si elegís tenerlas, tendrán aún más». ¿Cómo puede decir esto con la escabechina que los departamentos de Recursos Humanos están haciendo con, precisamente, las madres jóvenes con hijos menores?

Sin embargo, este trato a las madres jóvenes no es exclusivo de la filial española, sino que, en Brasil, donde el Santander obtiene sus mayores beneficios, un tribunal de Sao Paulo condenó a la entidad presidida por la autoproclamada feminista Ana Patricia Botín por los daños morales causados a una empleada tras comunicar a su gerente que estaba embarazada. Ante esta noticia, el director, en presencia de varias personas, le replicó que acababa de firmar un «contrato de estupidez». Con estas palabras quería hacerle entender a la trabajadora que el embarazo le iba a dificultar su ascenso profesional y que eso le iba a quitar recursos para mantener a su hijo.

En el ERE de Servicios Centrales de 2017/18, fuentes internas del Grupo Santander consultadas por Diario16 confirmaron que «el hecho de ser mujer conlleva una alta posibilidad de ser despedida».

Ana Patricia Botín lleva años defendiendo que es feminista, pero tiene que estar justificándose y dando explicaciones constantemente porque nadie se lo cree, puesto que, en realidad, ni la presidenta del Santander ni la entidad son feministas o, al menos, no representan con sus actos los valores del feminismo y la igualdad real.

2 COMENTARIOS

  1. No cambien el tiempo de vuestros hijos y verlos crecer por una empresa que no valora vuestra implicación y trabajo. Y mucho menos por estar regalando horas extras para que os paguen así. Y tengan en consideración si les vale también la pena estar en una empresa que viola los derechos fundamentales e intimidad, así como el secreto de las comunicaciones como fue mi caso y yo al tanto de todo. Les juro que hasta de investigadora tuve que estar 5 años para desmentir a cada colaborador del banco cuya persecucion fue brutal. Busquen la felicidad fuera de allí, a la final te das cuenta que estabas rodeada de acosadores, misoginos y gente muy falsa y traicionera. No vale la pena! La familia, tu hogar, tus hijos un trabajo donde no se empleen estas prácticas abusivas y hasta delictivas no se negocian.

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