Nueva fase de la intervención de los juzgados contra los twitteros. Además de los casos más mediáticos como el humorista Facu Díaz, el concejal Guillermo Zapata o el cantante César Strawberry hay casos de personas anónimas que se ven frente la Audiencia Nacional para justificar chistes de humor negro con amenazas de prisión. Ese es el caso de Arkaitz Terrón, un abogado al que la Audiencia Nacional ha absuelto este miércoles, en un juicio de la Operación Araña, por la que han tenido que pasar por un juicio twitteros. En el auto firmado por los magistrados Sáez y Fernández justifican que los «micromensajes no enaltecen» «ni instigan a la violencia terrorista, ni siquiera de forma indirecta”.


 

¿En qué momento cree que se empezó a tomar los chistes de humor negro como posible imputación para delito?

Desde el momento en el que una de las macro-estructuras judiciales del Estado, la anómala y anacrónica Audiencia Nacional (otrora Tribunal de Orden Público) se quedó sin su principal fuente de “trabajo”, el enjuiciamiento de miembros, o supuestos miembros de ETA, y de activistas y políticos vascos.

Hay que justificar su existencia de alguna manera, y qué mejor que emplearla para castigar la disidencia política.

No en vano, desde que ETA abandonó definitivamente la lucha armada, los procedimientos por “enaltecimiento” y “humillación” a las víctimas han aumentado de forma exponencial.

No hay que olvidar que el Estado no castiga el “humor negro” como tal, sino que castiga determinado humor.

Estamos cansados de ver y oír chistes de corte machista, xenófobo, homófobo, etc. para los que existe total y absoluta impunidad, mientras se persiguen los chistes que aluden a destacados dirigentes de una dictadura fascista como Carrero Blanco.

 

¿Se mira el carnet ideológico para tomar como delito unos chistes de humor negro u otros?

Evidentemente.

Sólo hay que ver el perfil de las personas a las que se viene juzgando por ello. En las 4 fases de la Operación Araña hemos sido detenidas más de 60 personas y, “casualmente”, todas alineadas con una ideología más o menos de izquierdas (anarquistas, comunistas, independentistas de izquierda…)

Además, en el caso de la operación Araña, no ha sido necesaria la denuncia de ninguna persona supuestamente afectada por los tuits en cuestión. La propia Guardia Civil se ha dedicado a peinar la red usando determinadas palabras clave (tendentes a encontrar determinada ideología) y no otras.

Recientemente fue condenada una persona por publicar tuits de corte catalanófobo pero, para ello, fue necesaria una compaña en las redes de la asociación “Drets” (http://drets.cat/) que llamó a recopilar y denunciar tuits de ese tipo a raíz del accidente del avión de la compañía German Wings. Cabe remarcar que, a pesar de las cuantiosas denuncias, únicamente una persona ha sido condenada. Todas las demás, ni tan siquiera han sido investigadas pues, según la fiscalía, resulta imposible identificar a las personas que hay detrás de las cuentas de twitter que publicaron los mensajes denunciados.

Con los encausados en la Operación Araña parece que no debieron tener tantos problemas de identificación…

A pesar de ello, quiero dejar constancia que no soy partidario de la persecución penal de personas por expresar opiniones, por más contrario a las mismas que pueda ser.

El problema en este asunto es el doble rasero empleado por el Estado a la hora de dar castigo a unas opiniones y no a otras.

 

¿Se ha sentido apoyado por algún cargo público en este proceso?

No, los apoyos públicos de la clase política han quedado reservados para casos mucho más mediáticos que el mío y que podían proporcionar un mayor rédito político.

Lamentablemente, eso ha podido llevar a algunas personas a pensar que el problema de la represión en el Estado español se limita a Cesar Strawberry. Obviamente, la culpa de ello no es de César sino de los políticos, que han pretendido hacer uso de su causa.

No obstante, si he recibido apoyo en twitter de personas como Pernando Barrena o Joseba Permach, (miembros de Sortu) y de otras muchas personas anónimas que han mostrado solidaridad, no sólo conmigo, sino con la totalidad de encausados y represaliados por la Operación Araña.

Quiero remarcar especialmente el apoyo absoluto recibido del resto de miembros de la “Plataforma para la Absolución de lxs Encausadxs por la Operación Araña” que fue creada por un grupo de detenidos para poder compartir nuestras experiencias y denunciar y difundir los ataques a la libertad de expresión que lleva a cabo el Estado español.

 

En su sentencia se utiliza el concepto en boga, discurso del odio. Creo que es un concepto muy conocido últimamente pero difícil de explicar. ¿Cómo lo interpreta y porque cree que se está utilizando ahora?

Es un concepto muy peligroso porque la punibilidad del mismo depende de qué cosas consideremos que pueden ser odiadas y qué cosas consideremos que no.

Quien redacta las leyes en un sistema como en el que vivimos, lo hace con la intención de proteger una determinada ideología, unos determinados intereses, normalmente de clase, y, por tanto, castigará cualquier discurso contrario a los mismos y, al amparo de una legislación redactada ex profeso, perseguirá a la disidencia enmarcándola dentro de ese “discurso del odio”.

De ahí que la legislación sea tan ambigua. Con ellos se consigue que, en función del momento político se pueda perseguir, o no, determinadas conductas.

En la situación actual (con un constante ataque a los derechos sociales y civiles y con movimientos independentistas absolutamente pacíficos ganando cada vez más fuerza) el Estado ve necesario castigar cualquier disidencia, por ínfima que sea, como unos simples tuits, con el fin de evitar que cualquier intento real de revertir sus políticas antisociales prospere o que los movimientos independentistas alcancen el apoyo popular necesario para llevar a cabo sus pretensiones.

 

¿Se han convertido las redes en el espacio perfecto de vigilancia?

Cualquier cosa que se publica en la red es pública y susceptible de ser vigilada. Eso lo asumimos todos cuando hacemos uso de ella.

El problema, como decía, es la doble vara de medir de quien vigila.

Nos encontramos ante un vigilante que tiene un parche en el ojo derecho y sólo mira a la izquierda. Y eso es lo grave y lo verdaderamente ilegítimo e injusto.

Se persigue y castiga a quienes se manifiestan abiertamente antifascistas mientras se obvian y se consienten los ataques constantes de la extrema derecha.

 

¿Se ha sentido una “cabeza de turco”, una persona utilizada para amedrentar a los demás y que no se expresen?

Me he sentido un diente más de la “cabeza de ajos de turco” que son todas las personas a quienes se ha detenido y procesado por expresar sus opiniones en las redes, en canciones o por cualquier otro medio.

Yo no soy una persona de especial relevancia, ni mucho menos. De ahí que el día que me detuvieron a mí, se detuviera a otras 13 personas más. Se buscaba un titular mediático. Y eso no se consigue con una única detención.

Lo cierto es que el verdadero objetivo de estas detenciones y de estos procedimientos contra la libertad de expresión no somos las personas que directamente formamos parte de ellos como encausados, sino todas aquellas personas que, en mayor o menor medida, comparten nuestra ideología y que, como consecuencia de todos estos procedimientos verán coartada y autocensurada su libertad de expresión por miedo a verse ellos mismos encausados y envueltos en procedimientos judiciales que pueden acarrear consecuencias tan graves como la prisión, la inhabilitación para ejercer cargos públicos o ostentar empleos públicos y el pago de cuantiosas multas.

 

¿Se está poniendo alguna solución para que no ocurran casos como el suyo?

Hasta la fecha, no he visto ninguna solución que provenga de la clase política pero no es de extrañar, la historia nos ha enseñado que los derechos de las clases populares se conquistan gracias a la unión y a la lucha, y por ahí debemos ir.

Desde la Plataforma para la Absolución de lxs Encausadxs en la Operación Araña tratamos de denunciar todos los ataques a la libertad de expresión y de dar apoyo a aquellas personas que se ven perseguidas por hacer uso de ese derecho.

La difusión de todos los ataques es vital para tomar consciencia de los mismos y empezar a trabajar de manera conjunta para ponerles fin.

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