¿Enseñan los libros de texto?

El intervencionismo político y la legislación provocan hasta 25 versiones de un solo libro de texto

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¿Enseñan bien los libros de texto?

Los gremios de editores han denunciado el intervencionismo político y la falta de criterios a la hora de elaborar los textos de los libros de texto de nuestros hijos. Nos encontramos, por poner un ejemplo, con 25 versiones de un mismo libro de ciencias sociales, según consta en el informe el libro educativo de España 2017-2018. Tantos libros como ideologías, políticas, comunidades o colegios.

Otro tema que suscita polémica es su duración. Un Real Decreto de 1998 estableció que los libros de texto debían mantenerse vigentes una vez seleccionados al menos durante cuatro cursos. «Esta es una duración razonable que permite la continuidad del uso de los mismos libros al tiempo que evita una obsolescencia excesiva». explica en exclusiva para este medio José Moyano, presidente de la Asociación Nacional de Editores de Libros y Material de Enseñanza (ANELE) «No debemos olvidar que también se producen avances científicos en materias como las matemáticas o la física. Pero más allá de eso, hay que considerar que tanto las editoriales como los profesores están investigando continuamente sobre fórmulas para conseguir enseñar estas materias, con nuevos ejercicios, con explicaciones diferentes, etcétera».


 

En el informe El libro educativo en España una de las palabras más significativas es cambio e innovación. ¿Bajo qué criterios se deciden abordar unos cambios sí y otros no? ¿Quién lo decide? ¿Se sigue algún patrón educativo?

Existen varios elementos que inciden en la necesidad de abordar cambios e introducir innovaciones en los proyectos editoriales educativos. Uno es el cambio curricular que, generalmente, viene determinado por decisiones de las Administraciones educativas, tanto nacional como autonómicas, que hace necesaria la adaptación de los materiales a estos. La segunda viene determinada por los avances y nuevas metodologías pedagógicas. En este caso, son los profesores y los centros quienes, en la búsqueda de fórmulas que mejoren el proceso formativo y educativo desarrollan nuevas metodologías docentes (personalización de la enseñanza, clases invertidas, secuenciación de tareas para adaptarlas a las respuestas de los alumnos, introducción de nuevas tecnologías, etcétera. Las empresas editoriales lo que hacen es adaptar esos materiales para que sean herramientas útiles para profesores y alumnos.

 

-¿Qué personas suelen ser las que escriben los libros de texto? Se necesita algún tipo de especialidad?

Normalmente, los autores de los libros son profesores. Ellos son los que mejor conocen las necesidades de sus alumnos, con qué dificultades se encuentran y cómo pueden desarrollar unos contenidos que se adapten a ellos. Son, además, especialistas en las diferentes materias.

 

-¿No sería mejor hacer un solo libro para cada niño? Me refiero a cada comunidad concreta. ¿Es el Ministerio el que da la pauta?

Hay que tener en cuenta que España tiene una organización Administrativa determinada y que las competencias en Educación están transferidas. Para el sector editorial sería preferible que existiera un acuerdo que diera coherencia y unidad al sistema educativo. No tiene sentido que en un país como el nuestro haya esas diferencias que existen actualmente.

 

-Respecto a los colegios bilingües. ¿Por qué unas materias se dan en inglés y otras en castellano?

Esa es una decisión que adoptan los centros en función de su autonomía educativa. Las razones por las que unas se dan en inglés y otras en castellano responden a criterios pedagógicos y de organización del centro.

 

-Cada centro qué sistema tiene de elección de libros. Me los imagino como los visitadores médicos.

– La Disposición adicional cuarta de la LOE establece que la responsabilidad de la elección de los libros de texto recae en los centros y en los docentes. En cada centro son los órganos de coordinación didácticas de los centros públicos quienes, entre la oferta editorial existente seleccionan aquellos libros que consideran que responden mejor a su modelo de enseñanza. Una vez que han hecho esto, lo elevan al Consejo Escolar para que éste apruebe la elección.

 

-Hablemos del precio de los libros de texto. Se ha incrementado en un 1 %. ¿Cree que son caros? ¿Qué le parece el segundo uso de los mismos?

La educación no debería verse como un gasto sino como una inversión en futuro. Dicho esto, hoy, existen ya comunidades autónomas que tienen sistemas de gratuidad que suponen que las familias no desembolsan nada por los libros de texto. Nosotros colaboramos con la implantación de estos sistemas siempre que se hagan de forma sostenible, no perjudique a ninguna parte y cuente con los recursos presupuestarios suficientes. Hay que decir que el segundo uso ha existido de manera espontánea siempre, especialmente en los niveles superiores.

 

-¿Se terminará imponiendo el libro digital educativo?

Dependerá del uso que hagan los centros. La realidad es que el año pasado la facturación del libro de texto digital descendió a pesar del incremento de la oferta y de que se estaba produciendo un cambio curricular. Habrá que ver cómo evoluciona en los próximos años.

 

-Por último, ¿usted se ve capaz de entender un libro de texto? Muchos padres se quejan de ello.

Lo que hay que tener en cuenta es que el libro de texto es una guía que usa el profesor y el alumno en el proceso educativo en función de la programación de actividades que realiza cada docente.

 

RADIOGRAFIA DE UN PROFESOR

Pablo Poó es profesor de Lengua y Literatura en el Instituto Padre Poveda situado en Guadix, Granada. En los últimos seis años ha pasado por 14 institutos distintos de seis provincias andaluzas y se ha convertido en un profesor muy conocido por una carta que publicó en Youtube a sus alumnos suspensos que se hizo viral en las redes. Pablo acaba de publicar Espabila, chaval para la editorial Temas de hoy un libro para adolescentes que deberían leer los padres.

 

-¿Libro electrónico o papel?

Si nos referimos a literatura: papel. En parte es una cuestión de preferencias personales, me gusta el libro como objeto y, como tal, también enseño a amarlo a mis alumnos. Creo que no debería desaparecer esa sensación de perderte por las calles de una librería o biblioteca rodeado de cientos, miles de ejemplares, el olor a libros nuevos, viejos… El libro electrónico parece que no tuviera alma. Además, entre mis alumnos, es un dispositivo que apenas tiene uso. Creo que, si hiciera una encuesta, no llegaría al 5% la cantidad de ellos que tendrían uno.

Si nos referimos al libro de texto que usamos en clase para impartir la materia, ninguno. No me gustan los libros de texto, aunque hay que reconocer que son una gran guía y ayuda, pero prefiero elaborarme mis propios materiales y actividades.

 

-¿Qué opinión le merece que existan tantos libros por una sola asignatura? 25 versiones de un mismo libro. Una locura, ¿no? Por no hablar de las presiones políticas. 

Teniendo en cuenta que acabo de decir que no me gustan los libros de texto, sí, una locura. No sé, realmente, si teniendo en cuenta las subvenciones a los libros de texto de algunas comunidades, será algo que beneficie a las editoriales (algo así como su plan PIVE particular), pero a efectos prácticos es una verdadera catástrofe. Por no hablar de la cantidad de dinero tirado cada año en las decenas de ejemplares de muestra que nos llegan, cada curso y por cada asignatura, a los centros educativos.

 

– ¿Los libros subrayados se pueden reutilizar?

No es lo ideal, la verdad. Al fin y al cabo el subrayado es un método de estudio personal. Hay quien subraya más y quien menos, quien tiene su propio códigos de colores… mil variantes. Encontrarte un tema para estudiar subrayado por otra persona puede ser un arma de doble filo: te puede ahorrar trabajo y dártelo todo hecho, pero también puede liarte aún más u ofrecerte unas claves erróneas. Pero, claro está, sobre todo en los casos en los que las familias tienen que hacer un gran esfuerzo económico para conseguir todos los libros escolares, es un gran ahorro.

 

-¿Qué papel juegan los apuntes en la nueva enseñanza?

¿Qué es la nueva enseñanza? Si hacemos retrospectiva, la mayoría de «nuevas» pedagogías tan en boga actualmente datan del siglo pasado. El ABP (aprendizaje basado en proyectos data de 1918, gracias a Kilpatrick). Mis alumnos, en general, no saben coger apuntes, no les hemos enseñado. Además, fijaos en la paradoja: por un lado queremos quitarles los deberes, por otro, con la clase invertida, queremos que inviertan sus tardes en elaborar sus propios apuntes en base a los vídeos o materiales que les proporcionemos.

 

-¿Se estudiaba antes más que ahora? En Espabila, chaval nos da claves sobre cómo aprender una asignatura. ¿Qué papel juega la memoria?

Sí, el nivel educativo ha ido descendiendo con el paso de los años. A nuestros legisladores y gurús educativos, esos que en muchos casos no han cogido una tiza en su vida y se han plantado delante de 30 adolescentes, se les ocurrió que, para bajar las cifras de fracaso escolar, lo mejor era igualar por abajo. Y creo que, cada vez nuestros jóvenes saben menos.

La memoria es útil en función de que sepamos aplicarla con fines prácticos a otras disciplinas. La clave del aprendizaje es la interiorización del conocimiento, su asimilación. Lo que memorizas lo puedes olvidar, lo que aprendes e interiorizas, no (o, al menos, es más difícil).

La mayoría de mis alumnos estudian el día antes para aprobar el examen, no para aprender. Por eso me veo obligado a explicar el sustantivo en 1º de ESO, en 2º, en 3º, en 4º, en 1º de Bachillerato… Cuando los cojo yo, intento explicárselo de manera comprensiva: no qué es un sustantivo, eso lo pone el libro, sino por qué una lengua necesita una clase de palabra como el sustantivo. A veces nos imaginamos que estamos en Macondo y tenemos que volver a ponerle nombre a todas las realidades: entonces sí entienden qué es un sustantivo y no necesitan memorizarlo. Casi que partimos de la práctica.

 

Espavila, chaval. Un título rotundo que pretende ponerle las pilas a los alumnos. ¿Somos demasiado permisivos con ellos? ¿Valoran lo que supone el esfuerzo?

 

Sí, somos muy permisivos con los adolescentes y no, no valoran lo que supone el esfuerzo porque, en líneas generales, se esfuerzan relativamente poco en relación con las recompensas que obtienen. Hablo en líneas generales y partiendo de mi experiencia como profesor. Creo que no le hacemos ningún favor a nuestros jóvenes sacándole las castañas del fuego: necesitan aprender de qué va la vida para que, cuando salgan del instituto y se den de bruces con ella, tengan las herramientas suficientes.

 

Imagina que acostumbro a mis chicos a no respetar las fechas de entrega de los trabajos que mande. El día de mañana, cuando vaya a entregar una beca, ¿qué motivos va a tener para respetar la fecha tope?

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