Está claro que hay mucha gente que no sabe ganar en el juego político, pecando de soberbia, prepotencia, y egos desmedidos cuando ganan, humillando a su rival y creyéndose mejor que nadie, y haciendo lo que a ellos les beneficia sin preocuparse en absoluto de quienes les votaron.
Pero también los hay que no saben perder, buscando mil excusas peregrinas para justificar su derrota, los que no asumen su pérdida y salen la noche electoral como si fueran ganadores, una situación ¡tan patética que sólo da pena! Y luego están los que jamás crecerán, los miles de Peter Pan que en el mundo hay, que a unos les da por llorar, a los más por patalear con afán revanchista, que se comportan como los niños malcriados que siempre han sido, la emprenden contra todos los que no les dan la razón, contra todos los que no les han votado, ¡es una imagen tan lamentable! que terminan quedándose solos, sin ningún apoyo, ni tan siquiera de los de su propio equipo.
A este último grupo, pertenece ese personaje que, en Europa, nadie esperaba que llegara a Presidente de los Estados Unidos, porque no fuimos capaces de tomárnoslo en serio, nos parecía un actor que interpretaba un papel poco serio. Pero Trump llegó y ganó las elecciones de uno de los países más poderosos del mundo, todos tuvimos que tomarlo en serio, lo que en principio pareció una broma, fue una seria preocupación para todos los que éramos conscientes del enorme poder que acumulaba, y de lo que podía llegar a hacer.
Supongo que todos recordamos aquella promesa de que iba a construir un enorme muro en la frontera con México y que lo iban a pagar los mexicanos. Ni olvidaremos las terribles imágenes de niños separados de sus padres al pisar suelo americano, y metidos en cárceles. Ni la serie de insensateces que ha ido diciendo a lo largo de su mandato, tales como que beber lejía curaba el coronavirus, ni todo lo que está diciendo desde que las votaciones parece que no le son favorables en esta segunda elección a Presidente.
Por el bien de mi país, de Europa y del propio Estados Unidos, y sobre todo de los empresarios españoles que exportan nuestros productos a USA, espero que esta vez no sea el ganador, y que se acabe con los aranceles que perjudican seriamente a los intereses españoles, a ver si al menos por esta parte nos dan un respiro, y la situación económica española tiene una alegría
Ya dijo que si perdía, se exiliaría. Tiene muchas cuentes pendientes con la justicia y con sus acreedores. Seguramente es por eso que ara, como siempre, las trampas que pueda antes de marchar o, de ser juzgado.