Que Luis Pineda, el presidente de Ausbanc, actualmente encarcelado, tenía importantes enemigos todos lo sabían. Y que esos enemigos trabajan o habían trabajado para él, también. Su frase “yo no tengo problema alguno en despedir a un amigo. Le digo, quedas despedido por inútil y ahora nos tomamos unas copas juntos como amigos” se solía escuchar en todas las reuniones. Sus desplantes, insultos y frases prepotentes eran el pan nuestro de cada día, no sólo en la redacción de las publicaciones sino en los servicios generales, incluso en las delegaciones consideradas “más exitosas”. A uno de “sus mejores abogados” lo despidió días antes de ser detenido “porque últimamente no has ganado juicio alguno”. Había prescindido de los servicios de su director de comunicación, por cierto, imputado, de una secretaria de redacción y de una administrativa que formaba parte del grupo que lleva la contabilidad, el CAC. A esta mujer la despidió porque había pedido “reducción de jornada” para poder atender a sus hijos. Así es Pineda.

Pero no. Las sospechas sobre la identidad del denunciante anónimo, que en febrero de 2015 se presentó ante la UDEF, no recaen sobre ninguno de ellos. Dichas sospechas se encaminan hacia los periodistas que trabajaron hace, ya, unos años, alguno de los cuales fue despedido de muy malas maneras. Se señala en concreto a uno que, posteriormente, podría haber mantenido relaciones con los responsables de comunicación del BBVA los cuales le habrían animado a presentar la denuncia.

En el sumario del Caso, se transcribe la misma en su integridad. Entre otras cosas, el denunciante señala que llegó oír decir a Pineda a un presunto extorsionado que “vamos a por ti. ¿Te acuerdas de Mario Conde? Pues quedarás igual. Aunque no encontremos nada, nos lo inventaremos. Vivimos en los juzgados y conocemos nuestro negocio. Hace 20 años que vivimos de él. Te vamos a hundir, no importa que sea verdad o mentira lo que decimos, desgastaremos tu imagen de marca y tu prestigio… un franquiciado enfadado, un cliente a quien lo le conseguís financiación, una multa de tráfico sin pagar, algo podremos utilizar».

En principio, esa frase donde se utiliza el término “un franquiciado enfadado”, hizo pensar que el denunciante es Javier López, el presidente de Crédit Services que se ha pasado estas últimas semanas recorriendo todos los medios de comunicación contando los “desmanes” cometidos por Pineda contra su persona en unas conversaciones supuestamente grabadas.
Pero, al final, se ha descartado tal posibilidad. La hipótesis que se maneja en el llamado “gabinete de crisis”, compuesto por los directivos que todavía quedan, es que ese denunciante tenía relaciones con BBVA, que decidió “colaborar” en las investigaciones. Posteriormente se unirían otras entidades financieras como La Caixa, a raíz de lo sucedido en la Audiencia de Palma de Mallorca con una de sus empleadas, Cristina de Borbón. Lo que sí se desprende del contenido del sumario es que Miguel Blesa, que durante muchos años se postuló como “victima de Ausbanc” por negar a pagarle lo que le pedía, (48 millones de las antiguas pesetas según testimonio de un jefe de prensa de la entidad, muy próximo a Juan Astorqui), no participó activamente en las investigaciones.

Mientras tanto, y ante la falta de respuesta por parte del juez Pedraz para que levantase el bloqueo bancario con el fin de hacer pagos a empleados, colaboradores y proveedores, el llamado “gabinete de crisis” ha decidido suspender todas las actividades de Ausbanc el 31 de mayo y proceder al despido de sus empleados. Se desconoce, todavía, si se presentará concurso de acreedores y si se llevará a cabo un Expediente de Regulación de Empleo. Tampoco se sabe cómo se pagarán los compromisos adquiridos con fechas de abril y mayo, los meses en que las cuentas han quedado bloqueadas a pesar de que una fuente de la asociación asegura que “existe liquidez suficiente como para hacer frente a estos pagos”. Y que si no se efectúan es “por el bloqueo de las cuentas”

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