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Emocionante recital de verso y lírica en La Mayko

Javier Puebla
Javier Pueblahttp://www.javierpuebla.com
Cineasta, escritor, columnista y viajero. Galardonado con diversos premios, tanto en prosa como en poesía. Es el primer escritor en la historia de la literatura en haber escrito un cuento al día durante un año, El año del cazador, 365 relatos que encierran una novela dentro.
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análisis

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Bajo el aparentemente anodino título que he repicado en la cabecera de este artículo: RECITAL DE VERSO Y LÍRICA, el pasado domingo veintitrés de octubre tuve la fortuna de asistir inesperadamente al espectáculo más emocionante que jamás he presenciado.

Había un músico, un pianista : Fran Fernández. Había también, fundamental e inolvidable, una soprano: Pilar Tejero. Y dos actrices:

Susana Patier y

Agustina Bottinelli. La segunda era también la directora de la obra, del recital.

Anonadante, delicioso, inigualable. El público aplaudió hasta obligar a los artistas a salir tres veces a saludar, y aún en la calle esperábamos los espectadores, brillando como luciérnagas y aplaudiendo cada vez que salía alguno de ellos.

Los versos eran de la llamada Generación de los Cincuenta. A saber:

«Godiva en blue jeans» (María Victoria Atienza)

«Te quiero a las 10 de la mañana» (Jaime Sabines)

«Te desnudas igual»

(Jaime Sabines)

«Causa de amor» (Francisco Brines)

«Último poema de amor»

(Eladio Cabañero)

«Sé tú mi límite» (José Ángel Valente)

«Anterior a tu cuerpo» (Manuel Caballero Bonald)

«Me basta así » (Ángel González)

«No es que muera de amor» (Jaime Sabines)

«No volveré a ser joven» ( Jaime Gil de Biedma)

«Himno a la juventud» (Jaime Gil de Biedma)

«El oficio del poeta» (Agustín Goytisolo)

Y las arias:

Vale de Musetta

(Puccini)

Mi Chiamano Mimi

(Puccini)

La rondine

(Puccini)

Addio del passato

(Verdi)

Canción de la luna

(Dvorak)

Pero siendo los condimentos excelentes e irreprochables, lo grandísimo fue como estaban mezclados y utilizados.

El mundo se detuvo para todos los espectadores que estábamos allí, no se oía el vuelo de una mosca; todos los problemas y sinsabores, o incluso proyectos  personales o anhelos, quedaban borrados, suspendidos en un momento que se puede llamar mágico en el sentido más profundo de la palabra.

Fue algo irrepetible como una conjunción de estrellas, o una alineación de planetas, como se dice actualmente y con frecuencia.

Nunca volverá a suceder, y los que estuvimos allí lo sabemos. Pero aún así, me atrevo a pedir atención, que se recuerde los nombres del pianista y la soprano y de las dos actrices. Ninguno de los cuatro es cualquiera y todos están preparados para hacer cosas grandes.

Como grande es también la pequeñísima sala Mayko en la calle General Palanca número 7 de Madrid.

El arte, el verdadero arte. Doy gracias por las muy contadas veces en las que me lo encuentro. Mi aplauso para los artistas y también mi reverencia.

(Mecanografia: MDMF)

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