Más de nueve millones de afganos están registrados para votar (de una población de 34 millones) y tendrán que elegir entre 18 candidatos después de una campaña electoral de 60 días que terminó el jueves. Pero solo dos tienen una posibilidad real de ganar en un país fracturado por divisiones étnicas, alianzas inestables y décadas de guerra: el presidente Ashraf Ghani y el jefe de gobierno Abdullah Abdullah .Quien gane tendrá que negociar la paz con los talibanes.
El país ha experimentado una escalada de violencia durante meses, y los talibanes han prometido ataques contra más de 5.000 colegios electorales en la cuarta elección presidencial desde que fueron derrocados por los estadounidenses en 2001.
El gobierno ha desplegado más de 100.000 soldados y la policía para proteger los colegios electorales, pero aún no ha tranquilizado a quienes temen perder la vida en un gesto democrático tan simple como votar.
Las conversaciones de paz han fallado y la sensación de inseguridad es mayor que nunca en un país en guerra durante más de 40 años.
El presidente Ashraf Ghani y el jefe de gobierno Abdullah Abdullah, los únicos con posibilidades reales de ganar estos comicios, son rivales eternos y desde 2014 han compartido el poder en una solución del Gobierno de Unidad Nacional para evitar que surjan nuevas divisiones y violencia.
Ghani se presenta como el candidato que quiere «construir el estado» y Abdullah como el candidato de «estabilidad e integración». Esta es la segunda vez que se encuentran en las elecciones presidenciales.
Si en la primera vuelta ninguno de los candidatos supera el 50% de los votos, se realizará una segunda dos semanas después. Se espera que los resultados preliminares de la primera se anuncien el 19 de octubre y las finales el 7 de noviembre. Si hay una segunda vuelta, se espera que el regreso a las urnas tenga lugar el 23 de noviembre.
