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Elecciones a la vista

Julián Molina Illán
Julián Molina Illán
Psicólogo, Fisioterapeuta, Enfermero, Filólogo, e Historiador del Arte.
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análisis

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La fecha para unas elecciones generales, más allá de realizarlas cuando toque, siempre es un asunto controvertido para un presidente. Puede adelantarlas y equivocarse haciendo el más absoluto ridículo, o también puede retrasarlas hasta su fecha debiendo haberlas adelantado y salir perdiendo. Sabemos que tenemos un gobierno de coalición que no gusta a nadie; que Pedro Sánchez no duerme por la noche, es algo que parecía una broma cuando lo dijo, y hoy día ninguno le arrendamos la ganancia; Unidas Podemos no se siente cómoda y ejerce la oposición al gobierno, desde el gobierno. Los independentistas no están muy a gusto después del asuntillo del espionaje con el programa Pegasus, y a la oposición no hace falta preguntarle. Así pues, ¿llegará la legislatura hasta su final, o terminará antes?

Como todos sabemos las elecciones generales se celebran cuando interesa al partido en el gobierno, y en este caso, al Psoe, y a Pedro Sánchez, le interesa que sean en octubre o noviembre de este año. Esto no es así por las desavenencias con los partidos de la coalición, o la presión de los partidos de la oposición. Tampoco importan el hartazgo o el beneplácito de la ciudadanía. Solo interesa que sea el momento más apropiado, o el menos malo, para que los resultados sean los más interesantes posible. La cuestión es que desde hace unas semanas se han invertido las Curvas de Tipos de Interés en los principales países del mundo, lo cual nos va a introducir en una recisión aproximadamente en un año, o año y medio. Tratemos de aclarar un poco este asunto.

Las Curvas de Tipos, en sus distintas franjas, son el resultado gráfico de combinar el plazo del interés que se pide, con la cuantía se paga por él. Lo normal es que la cuantía aumente conforme avanza el tiempo, de manera que un préstamo a treinta años requiere más interés (hay que pagar más al banco para que te lo dé) que uno a dos años, por ejemplo. Cuando se hace una gráfica, el resultado es una recta o parábola ascendente. Esto es lo normal. Ahora bien, cuando los Tipos de Interés de corto plazo son superiores a los del largo plazo, entonces tenemos una pendiente negativa, y decimos que la curva de ha invertido ¿Esto por qué ocurre y qué consecuencias tiene? Ocurre porque los mercados de futuros de bonos anticipan que los bancos centrales van a tener que subir mucho los tipos de interés para luchar contra una inflación desbocada provocando una reducción de la actividad económica hasta terminar en una recesión, y, posteriormente, estos mismos bancos centrales tendrán que bajarlos mucho para estimular la economía. Por eso en los mercados de futuros los bonos a corto plazo cotizan más alto que los del largo plazo. Parece mentira, pero la fiabilidad de esta predicción es casi absoluta: solo ha fallado una vez en la Historia. La última vez que la curva se invirtió fue en febrero de 2019, y anticipó una recesión para el 2020. Se achacó al Covid, pero hubiera podido valer cualquier otra excusa: la Bolsas tenían que bajar, y, como predijeron los mercados de bonos, los bancos centrales bajaron los tipos de interés. Todo esto lo sabe Pedro Sánchez mucho mejor que yo. La próxima recesión será terrible por el excesivo nivel de endeudamiento (histórico) de empresas, países y particulares. Habrá una bancarrota en cadena (empezando por el muy próximo default de Rusia) y una catástrofe económica. En estas condiciones, ¿a qué presidente en su sano juicio le gustaría ir a unas elecciones con el paro desbocado, la deuda pública en máximos históricos, y la actividad económica paralizada? A ninguno. Por eso las elecciones van a ser unos meses antes de que todo esto ocurra. Cualquier presidente lo haría, no hace falta ser ni muy inteligente, ni muy ladino.

Un tío listo como Pedro Sánchez le echará la culpa de la necesidad de adelantar las elecciones a sus socios de gobierno y sus desavenencias, y a una oposición no colaboradora y destructiva, de manera que las posibilidades políticas de la legislatura estarían agotadas. Es decir, con continuos problemas de gobernabilidad con unos socios infieles, y con la negativa de la oposición a hacer cualquier pacto de estado, no quedará otra que llamar a las urnas a la ciudadanía. Pero que nadie se llame a engaños: el auténtico motivo es la recesión a la que nos encaminamos y la necesidad de tener el camino despejado antes de que ésta llegue. Punto.

Un saludo a todo el mundo

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