Con el reloj corriendo ineludiblemente en contra y la ciudadanía española harta hasta el tuétano, la última oferta in extremis de Compromís presentada a Felipe VI por el portavoz parlamentario de la formación valenciana, Joan Baldoví, el denominado Pacto del Prado en la misma línea del acuerdo del Botánico sellado en Valencia,  tiene más de pose de cara a la galería que de verdadero interés en cerrar un pacto que evite el próximo 2 de mayo la convocatoria automática de elecciones para el 26 de junio, toda vez que Compromís es plenamente consciente de que Pedro Sánchez se encuentra atado de pies al pacto rubricado con todo boato en el Congreso con el Ciudadanos de Albert Rivera, y de manos con la línea roja trazada por los barones a través del comité federal de no concederle a Podemos ni agua bajo ninguna premisa. Por algo todas las encuestas dan por hecho un ‘sorpasso’ de la coalición de Podemos e Izquierda Unida al PSOE en caso de celebrarse nuevas elecciones el 26-J.

“Por nosotros no va a quedar”. El PSOE, a través de su portavoz, Antonio Hernando, recoge el envite, pero sin mucha convicción puesto que, aunque están de acuerdo de entrada en 27 de los 30 puntos que propone el citado documento de Compromís, su contrapropuesta para una segunda investidura in extremis de Pedro Sánchez adelanta tres exigencias inexcusables que harán prácticamente imposible este último acercamiento a no ser que exista una verdadera disposición al acuerdo sincero.

De entrada, el PSOE pide “que las organizaciones se comprometan al apoyo de dos presupuestos generales del Estado que den estabilidad a ese Gobierno”. También exige el portavoz socialista a los diputados de Podemos, Compromís e IU “que el Gobierno sea del PSOE, con la incorporación de personas independientes”; y en tercer lugar que se atenderá “el compromiso voluntario de Pedro Sánchez de someterse a una cuestión de confianza en junio de 2018”.

Esta “contrapropuesta” para un “acuerdo plural” tiene una vigencia exigua de 24 horas, aunque hasta minutos antes del anuncio de la oferta de Compromís el ambiente en Ferraz era de resignación. De hecho, Sánchez le iba a hacer llegar al monarca el mensaje de que se hacía necesario convocar nuevas elecciones ante las frustradas negociaciones y el enconamiento de las posiciones por una y otra partes.

Aunque el Acuerdo del Prado pueda parecer un último intento de acercamiento, en el fondo no es más que una puesta en escena desde ambas posiciones (de Podemos y Compromís por un lado y del PSOE por otro), ya que todo queda determinado por el previo acuerdo de Sánchez con Rivera, recordado por Ciudadanos minutos después de la contrapropuesta del PSOE.

Sánchez, además, ha insistido en que el acuerdo a la valenciana “no suma” y que se hace necesario pactar también con Ciudadanos, un partido que también ha repetido hasta la saciedad que no tiene nada que ver con las propuestas de Podemos.

El documento, que pide lograr el acuerdo de El Prado emulando el pacto del Botánico valenciano, suma 30 medidas “por el cambio” divididas en cinco bloques: emergencia social, regeneración democrática, derechos sociales, nuevo modelo económico y reforma de la administración. Todas ellas quedan apenas esbozadas en líneas genéricas sin concretar, e incluso la que hace mención a la territorialidad y el referéndum en Cataluña que siempre ha propuesto Podemos como línea roja queda diluido en un vago enunciado, el 27: “Abordar las crisis territoriales del Estado desde una perspectiva democrática y avanzar hacia un modelo federal”.

DEJA UNA RESPUESTA

Comentario
Introduce tu nombre