Hoy por hoy el fenómeno político en el Estado de México se llama Delfina Gómez. Morena aplica la misma fórmula que recetó en Veracruz con Cuitláhuac García: candidatos salidos del pueblo contra los candidatos de siempre, esos destacados personajes de la oligarquía.

La diferencia es que, aun sin empezar la campaña, esta contienda está dada entre dos, porque la candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota, una vez más es ofrendada por su partido para ser una candidata a modo. Por otro lado, el PRD tiene una dirección divida, una al servicio del gobierno, otra interesada en perfilar la alianza con el PAN, en tanto sus bases cada día se acercan más a morena.

Delfina Gómez Álvarez, maestra originaría de Texcoco, representa los deseos del pueblo mexiquense, el deseo de que la honestidad venza a la corrupción, de que la gente trabajadora se imponga a los herederos de las fortunas mal habidas. La mujer hija de un albañil y de una ama de casa está peleando al tú por tú, al hijo y nieto de gobernadores, Alfredo del Mazo, nada más y nada menos que contra el primo del presidente de la república.

Es la lucha entre una mujer que viene de abajo y un vividor nacido en el poder. La maestra de Texcoco contra el junior de Huixquilucan, una maestra de aula que se convirtió en alcaldesa y diputada contracorriente, a diferencia del alcalde y diputado oficialista. Ella curtida por la adversidad, él desganado por su estirpe

Los mexiquenses y los mexicanos tenemos la esperanza puesta en que Delfina continúe cimbrando la madriguera del poder corrupto. El modelo mexiquense de gobierno del famoso Grupo Atlacomulco, es el que ha hundido al país en la miseria y ha convertido al Estado de México en la tierra de los feminicidios, las masacres, y la corrupción.

El Estado fallido, la ausencia de ley, eso que vivimos en México es lo que se vive con especial intensidad en el Estado de México. Una dictadura de corte dinástico es la que está enquistada y hay que echarla, saben que pueden perder porque esa entidad suele dar una importante votación a la izquierda en 2006 le dio dos a uno al PRI y Peña Nieto en pleno apogeo obtuvo una ligera ventaja en 2012.

El duelo Obrador contra el régimen tiene su primera vuelta en el Estado de México. Es de esperarse que las bases de los partidos reconozcan en morena la alternativa. Bases más propensas a López Obrador, él es el voto de castigo a los malos gobiernos. Los priístas de abajo tienen mucha mayor ascendencia con su nacionalismo que con el conservadurismo tecnócrata del PAN. Las clases medias asiduas al PAN prefieren un programa de rescate económico que preservar al PRI de siempre, en tanto los perredistas reconocerán que Andrés Manuel es su candidato natural.

Delfina ha ganado la contienda por sacudir esas conciencias y cimbrar las plazas del Estado de México, al margen del resultado electoral, sabemos que se trata de una elección de Estado, en la que el tablero está colocado para allanar el camino al candidato oficial. El distinguido miembro del grupo Atlacomulco apuesta al abstencionismo, compra de votos y la pulverización del voto opositor.

La máxima priísta de un político pobre es un pobre político, debe llegar a su fin y comprender que vale más convencerse de que una política honesta es una buena política. Nada está escrito y por lo mismo, los millones de pesos del grupo Atlacomulco pueden ser vencidos por la esperanza de millones de mexiquenses decididos a votar por Delfina y acabar de una vez con la dinastía corrupta que gobierna este país empezando por su Estado.

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