El terrorismo, sea de la ideología y de la tipología que sea, es sinónimo de autoritarismo, la imposición de unos ideales fanáticos a través del poder de las armas y de la imposición del miedo como modo de vida.

Los objetivos del yihadista detenido en Parla así lo demuestran. En primer lugar, estaba la ministra de Justicia Dolores Delgado, una representante del pueblo español. En segundo lugar, infraestructuras y representantes de instituciones públicas y privadas que son las que, de un modo u otro, forman parte del escenario democrático español.

Como todos los seres humanos, la ministra Delgado podrá haber cometido algunos errores y aciertos en su carrera profesional y política, ya sea por sus relaciones de amistad, ya sea por las decisiones adoptadas en la fiscalía o en el Ministerio. Sin embargo, que se haya convertido en objetivo yihadista hace que todo el sistema democrático se ponga en el punto de mira de los terroristas. En España lo hemos vivido durante años con ETA, cuando la banda asesinaba a políticos de todas las ideologías o intentaba matar al Jefe del Estado o a un presidente del Gobierno. Todos esos ataques no intentaban otra cosa que la desestabilización del sistema democrático para la imposición de un régimen dictatorial regido por las armas.

Con el yihadismo ocurre lo mismo y el hecho de que este presunto terrorista detenido haya indicado que también había estudiado infraestructuras básicas para el pueblo como, por ejemplo, la red de trenes de Cercanías, nos retrotrae a la catástrofe del 11M o al atentado de las Ramblas de Barcelona.

Desgraciadamente, yo conozco en carne propia lo que es sufrir la amenaza de la barbarie y me vi obligado a vivir con escoltas del Ministerio de Interior durante diez años sólo por el hecho de escribir libremente, cometiendo también, como ser humano que soy, errores y aciertos.

Todos estos ataques, toda esta preparación de atentados no son más que la muestra de que todos los terrorismos son la antítesis de la democracia y que van en contra de la convivencia pacífica del pueblo, la convivencia de las ideologías opuestas o de la resolución de conflictos a través del diálogo en paz.

El fanatismo lleva al autoritarismo y por tanto se queda fuera de los valores del ser humano.

2 COMENTARIOS

  1. Sabe una cosa? Ya me cansa tanto «terrorismo» siempre a las puertas de algún acontecimiento que incomoda a las élites y casta política,que juegan siempre a lo mismo. Basta ya de infundir miedo a la gente. Sabe otra cosa? No me creo nada.

  2. Hay un terrorismo del que no se habla nunca,del terrorismo de traje y corbata que socava la pseudo democracia desde dentro de las instituciones y que la tienen maniatada. Este terrorismo es el único que creo. (ETA fue punto y aparte y también este terrorismo del que hablo quiso achacarles asuntos que nada tenían que ver con ellos).Usted sabe perfectamente de qué hablo y sabe perfectamente lo que son atentados de bandera blanca,demasiado frecuentes y qué casualidad siempre en momentos claves. Una pena que la mayoría de la gente no sepa nada de esto.

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