El solar que es hoy el PSOE según Javier Fernández, presidente de la gestora, aún humea, e incluso sufre llamaradas de vez en cuando. Y los rescoldos que se expandieron por doquier el pasado día 1 desde Ferraz siguen esparciendo briznas 22 días después, fecha de un nuevo comité federal que se espera que sea como el día y la noche respecto al encuentro bochornoso que acabó con la dimisión del último secretario general del partido. Por cierto, ex líder totalmente ausente del primer plano de la actualidad política con vacaciones estadounidenses de por medio.

Y aunque la maquinaria del aparato del PSOE se ha puesto a funcionar a pleno rendimiento, sobre todo desde Andalucía –con invitación incluida a los compañeros catalanes de tomar la puerta de salida si no acatan la disciplina de voto en la investidura de Mariano Rajoy–, la división es extrema, y la confusión aún mayor entre decenas de miles de simpatizantes y militantes que asisten con asombro a los movimientos de una gestora que llegó con la supuesta intención de “coser heridas” y ha evidenciado que esos deseos reparadores lo han cambiado por el ímpetu de la “imposición”, como ha recordado este viernes la baronesa del PSOE balear, Francina Armengol, aún firme defensora del “no es no” a una investidura del PP con Mariano Rajoy al frente gracias a la abstención, ya sea técnica o unitaria, del PSOE, hasta hoy el principal partido de la oposición y de los valores de la izquierda en este país.

La militancia, a punto de forzar un congreso extraordinario

La militancia, por su parte, sigue más activa que nunca, y hasta 86.205 socialistas de carné han expresado con su firma el deseo de que se convoque un congreso extraordinario con un proceso de primarias previo, para que sea es máximo órgano del partido el que realmente decida un asunto tan trascendental como es permitir un gobierno de la derecha en España con tal de evitar una nueva cita electoral que suponga aún peores resultados en las urnas que los cosechados el 20-D y el 26-J.

La gestora resultante del tumultuoso comité federal del pasado día 1 no ha querido en ningún momento aplicar sobre ellos esta pedagogía que ofreció su presidente nada más ocupar el cargo y claramente ha hecho oídos sordos al clamor de militantes e incluso numerosos dirigentes locales y autonómicos.

Tanto es el sentimiento de imposición que los militantes han visto en la gestora, con la mano de la poderosa agrupación socialista andaluza detrás dirigiendo sus designios, que el número dos de Susana Díaz en el PSOE andaluz, Juan Cornejo, asegura que “cada vez son más las voces que a lo largo de los días ven razonable, necesario y lo mejor para este país y para el PSOE no ir a unas terceras elecciones”. No aporta datos cuantificables de ningún tipo, algo que sí ofrece el alcalde de la localidad granadina de Jun, José Antonio Rodríguez, que ha elevado los apoyos recogidos a 86.205 firmas. Según el último censo oficial de militantes del PSOE, los defensores de que se convoque automáticamente un congreso extraordinario están a apenas 7.515 firmas del objetivo final, cuando solo quedan 48 horas para la celebración del comité federal.

 

 

Este domingo 23 la gestora espera que más del 60% de los casi 300 miembros del comité federal den su visto bueno a una abstención a la investidura de Rajoy como presidente, aunque la dirección intentará camuflarlo bajo la pregunta de “terceras elecciones sí o no” en vez de “abstención sí o no”. Pero estas estimaciones de los proabstencionistas contrastan con las innumerables asambleas celebradas por todo el país, donde no solo se ha podido constatar la fuerte división interna existente, sino sobre todo un enorme malestar con la gestión que la gestora está aplicando a marchamartillo.

La división es tal que incluso los barones que primero promovieron la caída de Pedro Sánchez y que inmediatamente después abogaron abiertamente por la abstención, ahora no se ponen de acuerdo en qué tipo de abstención plasmar en la inminente sesión de investidura a Rajoy: abstención a voz alzada y en bloque de los 84 diputados del grupo socialista como exige el PSOE andaluz o abstención técnica, la preferida por los barones de Castilla-La Mancha, Aragón o Comunidad Valenciana, por ejemplo.

Susana Díaz defiende la expulsión de los diputados que voten no

La opción preferida por los barones socialistas andaluces y extremeños se está quedando sin apoyos en el seno de la propia baronía, sobre todo porque no queda claro que la disciplina vaya a ser la tónica dominante en las votaciones de la investidura. De hecho, ni siquiera se sabe qué hará el ex secretario general del partido. Pedro Sánchez mantiene silencio público desde el día de su dimisión, salvo la publicación de algún que otro tuit no relacionado con los asuntos internos del partido.

También el PSC, cuyos siete diputados han repetido hasta la saciedad que votarán “no” a la investidura de Rajoy, prefiere una abstención técnica que evite un cisma con el PSOE a nivel estatal. Lejos de buscar puentes de entendimiento, el PSOE andaluz no se anda con contemplaciones y ha mostrado la puerta de la expulsión a los diputados díscolos que no acaten lo que se acuerde por mayoría en el comité federal del domingo 23.

En este sentido, la secretaria general del PSOE balear, ha criticado al presidente de la gestora no solo por no haber tenido en cuenta la opinión de la militancia, sino que ni siquiera ha convocado a los líderes territoriales para saber su opinión sobre lo que considera un “viraje histórico” del partido.

El PSOE es un solar que no solo humea, también sigue lanzando llamaradas. Este 23 de octubre aún no se sabe si acudirán a la cita bomberos o pirómanos.

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