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El síndrome postvacacional: qué es, síntomas y cómo tratarlo

Antonio González Aguayo
Antonio González Aguayo
Licenciado en Historia, Escenografía teatral y con estudios de periodismo. Escribo en diferentes medios digitales.
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análisis

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El síndrome postvacacional es el clásico bajón que experimenta mucha gente cuando tiene que volver a la rutina laboral, tras haber disfrutado de unas buenas vacaciones. Engloba la ansiedad y la depresión, puede alargarse hasta tres meses y resulta más frecuente en mujeres que en hombres. Actualmente se discute sobre la existencia real de este síndrome. Pero la mayoría de los especialistas coinciden en que es más frecuente que aparezca en trabajadores que no están contentos con su empleo, no se sienten realizados y les supone una obligación acudir a él.

Este síndrome aparece cuando la incorporación al trabajo es inmediata, después de haber estado ausente por vacaciones varias semanas, con lo que ello supone de cambios de horarios, aumento de las obligaciones y ausencia de los periodos de tranquilidad y cambio en el estilo de vida. En algunos casos este proceso de adaptación es muy difícil para el trabajador y puede provocar que le afecte a nivel físico y anímico.

Por supuesto, los síntomas dependerán de cada caso concreto. En algunas circunstancias pueden agravarse hasta presentar casos de estrés agudos, mientas que en otras situaciones, el trabajador sólo tendrá manifestaciones de algunos. Los más comunes son: ansiedad, malestar general, depresión, sudoración, falta de concentración y descenso del rendimiento, cambios de humor, incremento de las palpitaciones y síntomas cardiacos y respiratorios.

Para prevenir estos síntomas existen una serie de actividades o consejos que el trabajador puede poner en práctica. Como por ejemplo, planificar el regreso. Los especialistas recomiendan no regresar el día anterior a la incorporación al trabajo de las vacaciones. En estos casos es aconsejable volver dos días antes para poner todo en orden, adaptarse a la vuelta a la rutina y mentalizarse del regreso al trabajo.

Al regresar debemos dedicar algunos minutos a organizarnos, analizar qué trabajos hay pendientes y priorizarlos. Intentar abarcar todo el primer día de vuelta puede producir los primeros síntomas de estrés. Es recomendable sacar tiempo ese día para hablar con los compañeros de trabajo y crear un entorno de cooperación favorable. Y no llevarse tareas pendientes a casa al menos durante la primera semana laboral.

Al contrario de lo que se piensa, consumir alcohol o café puede incidir sobre los síntomas más característicos del síndrome postvacacional: la ansiedad, la apatía y la depresión. Por ello resulta aconsejable reducir su ingesta y aprovechar para ajustar las horas de sueño, renunciando a la siesta e intentando dormir ocho horas las primeras semanas.

También sería conveniente practicar deporte, ya que sus beneficios están vinculados con este síndrome. El ejercicio físico ayudará a encontrarnos más felices y a liberar el estrés que se acumula en el día a día. Y por último, tener paciencia. Este síndrome es pasajero y, a medida que el trabajador se adapte a su vida rutinaria, los síntomas irán desapareciendo. No obstante, sí se alargan durante más de seis meses es recomendable acudir al médico para pedir ayuda.

El diagnóstico de este síndrome ––que en la actualidad no posee ningún subtipo asociado–– se realiza mediante una entrevista clínica en la que el médico analizará la situación previa del paciente y si aparecen los síntomas descritos con anterioridad. Sea o no un síndrome postvacacional, el hecho es que no existe un tratamiento específico para curarlo de repente, ya que suele desaparecer por sí solo a medida que el trabajador se adapta a la rutina.

La mejor forma de evitarlo es seguir las medidas preventivas que minimizarán el riesgo de que aparezca. Fundamentalmente, utilizar el tiempo de la comida para descansar y romper con las actividades profesionales; dejar el trabajo en la oficina y no llevárselo a casa; evitar analizar constantemente los problemas o las diferentes alternativas que tiene, hacerlo puede incrementar los niveles de ansiedad; y por último, ensalzar la parte positiva de volver al trabajo e intentar que los aspectos negativos no se magnifiquen sobre los positivos.

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