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El sello ”Covidfree” y la responsabilidad corporativa

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análisis

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Hay mucha inquietud, nervios e incertidumbre, pero también en Pradditive vemos prisa por dar un paso adelante con sellos “COVIDFREE”. Y es que este no es un tema menor, porque cuando nada en el exterior te ayuda, dejarse arrastrar en la empresa sin poner en cuestión temas elementales, puede llevarnos a darlo en falso.

El pasado día 11 de abril, el Gobierno modificó la normativa laboral, declarando el COVID19 accidente laboral, cosa que parece que haya pasado inadvertida a la mayoría de empresarios, asociaciones y gremios. Ayer, día 25 de abril, por si fuera poco, Fernando Simón declara no ver necesario hacer las pruebas masivas a la población, hasta efectuar un estudio previo de seroprevalencia que les indique los porcentajes poblacionales afectados. Esto, lejos de ayudar, siembra de nuevas incertidumbres a un entramado empresarial que necesita retomar la actividad urgentemente.

Si alguien lo tiene claro en el país son el sector hotelero y la restauración. Generalmente un profesional, si, he dicho bien, un profesional y en mayúsculas, acostumbrado a una altísima fiscalidad normativa y competitividad, que le obligan a permanecer en un continuo reciclaje y a apostar por la innovación sin perder la calidez y el trato distinguido y cercano con su cliente.

Un hotelero te dirá cómo resolvería él este problema del COVID19, y creo asegurar que hay consenso en cuanto a que el primer paso es la realización de test masivos a la población y los turistas; sea en origen o destino. ¿Porqué? Porque no hay otra manera de determinar quién está contagiado, quien no y quien es inmune, si los hay. Lo demás, para él o ella es sencillo, ofrecer seguridad apostando por la tecnología y la prevención sanitaria centrándose en las personas primero. Será su prioridad para volver a abrazar a sus clientes internos, los empleados, y los externos cuanto antes.

En primer lugar, en Pradditive nos centraremos en la empresa. En la marca que tanto les ha costado levantar y posicionar, y lo haremos limitando su responsabilidad civil ante la eventual reclamación de un cliente que contraiga la enfermedad. Deberemos ser capaces de asegurar que el establecimiento no es, ni puede ser, en ningún modo el foco de contagio.

Los sistemas de desinfección tradicionales por más que se aumente su periodicidad no pueden asegurar la desinfección continuada en el tiempo. A lo sumo, si, para un momento determinado y nunca en el aire. Y esta es la verdadera razón por la que no consiguen a día de hoy que una empresa de certificación se involucre con ellos en un sello reconocible, técnicamente conocido como de tercera parte.

En segundo lugar, deberemos centrarnos también en proteger al empresario. Con la modificación laboral nada, salvo la disposición de las correctas medidas de protección colectiva e individuales según la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales consolidada a 29 de diciembre de 2014, puede evitar que ante la demanda de un trabajador que contraiga el COVID19, la Fiscalía no actúe contra él de oficio y por la vía penal. Poca broma.  

Los sellos COVIDFREE son sellos de primera parte, emitidos por el propio establecimiento, y hasta los hay de segunda parte, emitidos por un gremio o asociación. Sin una medida que realmente acote la responsabilidad civil de la empresa y del empresario, son un tema delicadísimo. Escucho que algunos se limitarán a la observación y al establecimiento de determinados protocolos de actuación y de higiene, pero proyectan un mensaje confuso al empleado y cliente empleando en el propio sello términos como “libre de COVID”, “Espacio sin COVID” o “Establecimiento Seguro”. ¿Son realmente seguros sin una certificación? Pues no sólo no lo son, si no que podrían considerarse una publicidad engañosa. Sin embargo, hay esperanza.

Existen en el mercado tecnologías consolidadas de esterilización del aire que garantizan la eliminación del temible coronavirus, un virus particularmente poco resistente y fácil de matar, o de inactivar en espacios cerrados, de forma continuada e intensiva. Estas tecnologías, como la ionización de plasma frio o la basada en la propagación de radicales hidroxilos, se han demostrado en laboratorios y avalan su efectividad ante virus y bacterias, incluyendo a los nCoV, aerosoles y volátiles en suspensión de amplio espectro, varias universidades internacionales e incluso algunas españolas, eliminándolos del aire y de las superficies en contacto con el aire, mejorando con ello la calidad del aire en el interior de los edificios.

Estas tecnologías, además de ser seguras, en ningún caso pueden producir, debido a un error humano o un fallo mecánico, una alta concentración o una atmósfera incompatible con la vida, tal y como si ocurre con la mayoría de desinfectantes. Y esto no quiere decir que la limpieza y desinfección tradicional de superficies sea cosa del pasado. Al contrario. Son tan necesarias como siempre lo han sido y lo seguirán siendo. Cada técnica tiene su utilidad y las de esterilización del aire dan la única respuesta a los retos y necesidades de la empresa de hoy y del mañana.

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