El martes conocimos que Ana Patricia Botín ha realizado un programa con Jesús Calleja visitando los glaciares de Groenlandia. La noticia fue publicada por los medios más afines a la presidenta del Santander a bombo y platillo.

Mientras tanto, el mismo día, las acciones del Santander se desplomaban en los mercados alcanzando mínimos anuales en Madrid, Londres y Nueva York, sin que ninguno de esos medios, ni siquiera los económicos, se hayan hecho eco de la noticia.

El desplome de las acciones del Santander no es un hecho puntual de estos últimos días, ya que lleva derritiéndose desde que Ana Patricia Botín llegó a la presidencia en septiembre de 2014. En ese periodo de tiempo la acción en el mercado bursátil de Madrid ha caído de los 7 a los 3,386 euros, en la bolsa de Nueva York desde los 9,50 a los 3,65 euros y en Londres desde 590 a 307 libras. En los tres mercados bursátiles la acción ha marcado el mínimo anual.

Entretanto, mientras la acción del Santander se derrumba en bolsa, la remuneración anual de su presidenta ha pasado de los 6 a los 11 millones de euros anuales.

En el Santander no corren buenos tiempos con los problemas judiciales del Popular, Andrea Orcel, la investigación por blanqueo a Ignacio Benjumea en la Audiencia Nacional, las amenazas de Villarejo de destapar un supuesto escándalo de blanqueo de capitales del Santander y los Pujol, etc.

Pero los problemas en el Santander no se quedan ahí ya que Villar Mir ha tenido que cesar como miembro del consejo de administración por sus múltiples escándalos tanto en México como en España; el recientemente nombrado por Ana Patricia Botín como presidente de Openbank, Javier Monzón de Cáceres, ha sido imputado por la Audiencia Nacional por un caso de financiación ilegal del PP. Mientras tanto, Sol Daurella Comadrán, vocal del consejo del Santander se libró en mayo de 2018 de sentarse en el banquillo por posibles delitos contra los derechos de los trabajadores, estafa judicial y administración desleal tras alcanzar un acuerdo con los trabajadores de Cacaolat que se habían querellado contra ella.

Además, en este mes de septiembre está previsto el comienzo del juicio por el caso Ausbanc en el que se encuentra encausado su presidente Luis Pineda Salido. Ahí podrían salir a la luz trapos sucios relacionados con el Santander para el que Pineda realizó diversos encargos «por orden» de Juan Manuel Cendoya Méndez de Vigo, tal y como indica un informe de la UDEF.

A todo ello, se suma el importante incremento de los accionistas descontentos que cada vez más piden cuentas a Ana Patricia Botín en las juntas de accionistas, algo que se pudo comprobar en la junta celebrada el pasado mes de julio en la que un accionista de 92 años le preguntó a la presidenta del Santander: «Ana, si tan bien va todo, ¿por qué la acción está tan baja». Desde entonces la acción ha seguido bajando, y otro accionista, que pregunta por diversos escándalos como los de Madoff, los 2.000 millones de euros ocultos en el HSBC, la finca de Mijas, etc., continúa sin recibir respuesta.

En definitiva, en las altas esferas del Santander empieza a crujir un viento frio porque se intuye la debacle y todos hacen sus movimientos para librarse de la quema.

5 COMENTARIOS

  1. Operación de lavado de imagen, hay que comprarle programitas para que parezca medio humana. No se esperaba que Calleja le hiciera de guia y portamaletas a la defraudadora de la lista Falciani. Un programa menos que ver, para siempre.

  2. Acosos laborales de directivos del banco popular y permitidos por Santander. Una verdadera vergüenza! Todo está en el juzgado. Revelación de secretos, escuchas ilegales y vulneracion de la intimidad o conversaciones privadas a través de terceros o directivos que fueron colaboradores de turno. Todo descubierto desde hace 5 años. L Delitos que aún no han salido a la luz pero que la veran muy pronto.

  3. Ese demonio de tía ha hecho muy bien en irse a Groenlandia. Le viene como anillo al dedo. Allí encaja perfectamente con su rostro duro, pétreo, esfíngeo …, frío como el hielo. Queda perfectamente integrada en el paisaje. Allí debería quedarse para siempre. Y que de vez en cuando un oso polar le dé un buen mordisco. Eso sí, sin matarla del todo.

  4. Para lavar su imagen lo mejor que pueden hacer es esconderla. Ver a esa tiparraca enciende los ánimos de mucha gente. El odio va a más. Que asco de tía.

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