Según un estudio que acaba de realizar el CSIC, concretamente desde el Instituto Geológico y Minero de España, se ha concluido que en la historia de las islas Canarias fueron, al menos, cuatro los tsunamis que habrían tenido origen en sismos: se refieren a los producidos en los años 1755, 1561, 1941 y 1969. Tuvieron en la mayoría de los casos un epicentro común: la frontera Azores-Gibraltar.
El estudio versa sobre el proceso geológico en cascada que se habría producido en la Isla de Tenerife hace 170.000 años con resultado final de un tsunami que alcanzó al archipiélago prácticamente en su conjunto.
Un proceso en cascada es lo que podría darse hoy, según señalan los expertos responsables del estudio. No significa que haya una alerta ni que se espere con seguridad, pero hay posibilidades de que ocurra, si se llegase a dar el hundimiento del volcán del Teide.
La onda expansiva llegaría hasta las costas de Norte América
La simulación que plantea el estudio evalúa la creación de una ola de unos 150 metros de altura en Tenerife, descendiendo a los 100 metros en su llegada a las demás islas, con una onda expansiva que podría llegar hasta la costa norteamericana.
Ante las posibilidades de que la Naturaleza irrumpa, como estamos viendo ahora con el volcán de La Palma, los expertos aconsejan elaborar un plan de recuperación y resiliencia para poder disponer de los recursos necesarios que sirvan para afrontar las pérdidas seguras que se producirían.
En el año 1755 en Lisboa sufrieron un gran terremoto que fue seguido por un devastador tsunami, detrás exterminador incendio en los que murieron entre unas sesenta y cien mil personas, o el setenta y cinco por ciento de sus habitantes. No se ha conocido la magnitud del seísmo porque no se había determinado entonces medida alguna para ello; tampoco se sabe la altitud de la ola que la sumergiría después, pero existen informes de sus devastadores resultados.
Es otro fragmento de una recopilación de datos que hice hace un par de años para tener en cuenta los efectos del cambio climático en niveles por debajo de la superficie terrestre.