El Gran Premio de Portugal ha regalado grandes momentos a todos los aficionados a la Fórmula 1 cuando se corría en el Autódromo do Estoril. En su trazado, Niki Lauda se consagró campeón del mundo en 1984 y, tan solo un año después, Senna se hizo con su primera victoria en una jornada pasada por agua. Sin embargo, el Gran Premio de Portugal se cayó del calendario en 1996, siendo Jacques Villeneuve el último piloto de Fórmula 1 en ganarlo tras realizar una carrera memorable en un año donde los Williams se mostraban prácticamente intratables.
Veinticuatro años después, el Gran Premio de Portugal prometía espectáculo, y desde luego que la carrera de este fin de semana no ha defraudado. Carlos Sainz ha volado desde la séptima posición para colocarse el primero en una lección magistral de pilotaje; Hamilton se ha visto superado por su compañero en la salida; Verstappen no ha tenido su mejor inicio de carrera y Kimi Räikkönen ha disfrutado de sus momentos de gloria remontando desde el dieciseisavo hasta el sexto puesto, y todo antes de que finalizase la primera vuelta.
Sabíamos que el sueño de Carlos Sainz no podía durar mucho. Sabíamos que los de Mercedes no tardarían en ocupar las primeras posiciones. Sabíamos que Verstappen correría tras su estela después de su percance con Pérez… pero lo que no podíamos saber, ni pensar siquiera, era que el Ferrari de Leclerc, después de su extraordinaria sesión de clasificación del sábado, pudiera mantener el ritmo de carrera para terminar cruzando la línea de meta, sesenta y seis vueltas más tarde, en la cuarta posición.
No vamos a lanzar las campanas al viento, pero ojalá que lo que hemos visto en Portugal haya sido el primer paso, la primera piedra de una base sólida sobre la cual los de Maranello puedan comenzar a edificar su ascenso y a consolidarse, otra vez, como el gran equipo que siempre ha sido. Ojalá que lo que resta de temporada nos traiga la satisfacción de ver que Ferrari ha iniciado su escalada hacia el lugar que le corresponde y pronto esté luchando por ganar carreras, peleando por el campeonato y por estar entre los más grandes, que es donde siempre debió estar. Ojalá que la próxima temporada Carlos Sainz tenga el coche que su buen hacer y su nivel como piloto se merecen, un coche que le permita ser competitivo y defender lo que se ha ganado para no volver a decir aquello de que “después de haber liderado la carrera, un sexto puesto no sabe a mucho”.
Ojalá.
