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El mayor terremoto político surgido en los últimos meses ha sido la decisión poco democrática del Partido Popular de retirar a Alfonso Alonso de la candidatura del PP en las elecciones vascas está provocando que el partido conservador esté cayendo en los sondeos a un resultado peor del obtenido en 2016.

Esto tiene dos lecturas claras. En primer lugar, el pueblo vasco no quiere ultras en Gernika. La elección de Pablo Casado de que el cabeza de lista sea Carlos Iturgaiz ha provocado que, incluso en Álava, los votantes desconfíen de una persona que se ha caracterizado, precisamente, por actuar de un modo contrario a lo que representa el Parlamento de Gernika. Iturgaiz es un político que no desentonaría en las listas de Vox y, por tanto, es enemigo del diálogo, de la diversidad de pensamiento y de la búsqueda de consensos y acuerdos entre distintos para conseguir que el pueblo tenga cubierta sus necesidades reales.

En segundo término, la actitud de Iturgaiz respecto al nacionalismo le supone al PP posicionarse en los mismos nichos ideológicos que Santiago Abascal, otro vasco al que los votantes dan la espalda. La estrategia de Pablo Casado y de Cayetana Álvarez de Toledo respecto a Cataluña también tendrá una respuesta de desprecio por parte del pueblo que ve en Iturgaiz al representante de la línea más dura que cree que la única solución para Cataluña es aplicar la violencia del Estado y las medidas represivas. Los vascos no quieren eso para su territorio.

La factura que se ha cobrado Casado con Alfonso Alonso no supone sólo confirmar el carácter vengativo del actual presidente del PP, sino que muestra el abandono definitivo del Partido Popular del espacio del centro derecha para insertar a la formación que preside en la derecha más dura y, en muchas ocasiones, compartiendo reivindicaciones con Vox. Esto en Euskadi no funciona porque el pueblo vasco está demostrando que, tras la derrota de ETA, lo que quiere es vivir en paz con unos políticos que ponderen el diálogo por encima de la imposición o de las soluciones violentas. Al terrorismo se le derrotó con diálogo, consenso y acuerdo. Iturgaiz es uno de los hombres que representa a una especie de negacionismo de la paz porque la utilización del terrorismo aún les puede suponer algún voto. Nada más lejos de la realidad.

Falta un mes y tres días para las Elecciones Vascas y en la noche del día 5 de abril nos podremos encontrar con un Parlamento de Gernika con una presencia residual del PP.

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