La socialdemocracia actual que representa Pedro Sánchez y, en consecuencia, el PSOE sanchista, nada tiene que ver con el movimiento político (que no ideología) que fue clave para el fortalecimiento del estado del bienestar y del sistema democrático tras la II Guerra Mundial. Más bien se ha convertido en la tabla de salvación del neoliberalismo económico a través de un pragmatismo absoluto que, finalmente, sólo sirve a los intereses del 1% de la población que acapara el 82% de la riqueza mundial.
Tras la crisis de 2008, uno de los puntos programático clave del surgimiento de Podemos fue la defensa del derecho a la vivienda tras la ola de desahucios ejecutados tanto por la banca como por los fondos buitre a las familias víctimas de esa crisis global. Muchos de los dirigentes de la formación morada proceden de las plataformas antidesahucios o de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Por esa razón, una de las grandes cruzadas de Unidas Podemos al entrar en el gobierno era la aprobación de una importante reforma de la Ley de Vivienda.
Ley de Vivienda
Al contrario de lo que se esperaría de un partido que lleva la palabra «socialista» en su denominación, el socio minoritario del Ejecutivo de coalición se ha encontrado con la oposición radical por parte del PSOE a aprobar una reforma legal que es fundamental y que supone la garantía del cumplimiento de lo establecido por la Constitución.
Hace dos semanas, la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, reclamó al PSOE que pisara el acelerador progresista de cara a la negociación de los Presupuestos Generales del Estado. Unidas Podemos, aprovechando la negociación de las cuentas públicas para 2023, recuperó su propuesta de congelar el precio de los alquileres con el mismo sistema aplicado en Escocia, sobre todo en un momento en que ha vuelto a dispararse el mercado. La formación morada reclamó la introducción de una la regulación del precio del alquiler en zonas de mercado tensionado para todos los propietarios y que la totalidad de las viviendas de la Sareb pasen a titularidad pública para aumentar el parque social en pisos de alquiler. Además, Belarra volvió a demandar la inclusión en el próximo plan de contingencia un tope a la subida de las hipotecas variables.
Sin embargo, a pesar de la presión que haya podido ejercer Podemos, el PSOE les ha vuelto a «hacer la 13-14», lo que puede llevar a que el proyecto de presupuestos aprobado ayer por el Consejo de Ministros fracase en las Cortes por una posible oposición del grupo parlamentario.
Además, la secretaria general de Podemos ha hecho un llamamiento a la movilización social de los colectivos sociales ante el «rechazo frontal» del PSOE a desbloquear la Ley de Vivienda en el seno de las nuevas cuentas públicas, además de reprochar a su socio de coalición que está excesivamente alineado con la patronal inmobiliaria.
«Esta resistencia solo se puede explicar porque el PSOE está excesivamente alineado con los intereses de la patronal inmobiliaria y no tiene un compromiso firme con las políticas de vivienda pública», ha señalado Belarra.
Incremento del gasto militar en un 25,8%
Otro de los puntos que Unidas Podemos pretendía frenar era el incremento del gasto militar comprometido por Pedro Sánchez de manera unilateral en la Cumbre de la OTAN. Este asunto también provocó fricciones en la negociación de los presupuestos. La formación morada no quería una subida del presupuesto armamentístico bajo ninguna fórmula, aunque se tratara de esconder mediante la vía de los programas especiales de armamento que no se incluyen en el tope de gasto, tal y como ha propuesto el PSOE.
Finalmente, en el proyecto presentado ayer por María Jesús Montero y Nadia Calviño, el gasto en defensa pasará de 9.719 millones de euros a 12.317 millones. El PSOE ha conseguido colar este incremento a través de la puerta trasera de los «programas especiales de modernización» porque, según Montero, esos programas no «computan en el límite del gasto no financiero».
La última oportunidad perdida por Podemos
Nuevamente, el PSOE de Pedro Sánchez le ha «hecho la 13-14» a Unidas Podemos. Resulta sorprendente que en la formación no hayan aprendido, después de 3 años en el gobierno, que no se puede confiar en su socio porque, al final, terminarán rebajando el impacto social de las medidas. Para Pedro Sánchez, para su legión de ignorantes palmeros y la yihad sanchista lo importante es tener un titular en pocos caracteres para hacer marketing en redes sociales.
Estos son los últimos Presupuestos Generales del Estado en los que podrá luchar Unidas Podemos por implantar su programa social. Por eso sorprende que la formación morada no haya decidido ya abandonar a Sánchez a su suerte.
Menos mal que esta parte de la tramitación está en el poder ejecutivo. La ciudadanía espera que las formaciones de la izquierda frenen al PSOE y tiren atrás estos presupuestos en el legislativo donde Podemos puede lanzar el órdago de anunciar su voto en contra para provocar que Sánchez necesite de los votos de la extrema derecha y del PP. Sin embargo, en otros temas profundamente progresistas, ya se ha visto que al presidente del Gobierno no le importa tener a su favor a Vox y al Partido Popular como ha ocurrido con la reforma fiscal o con las investigaciones sobre el rey emérito.
