El primer trimestre de 2023 ha sido el más mortífero para los migrantes en el Mediterráneo central desde 2017, según un informe de la Organización de la ONU para las Migraciones.
En los tres primeros meses del año se registraron 441 muertes de migrantes, lo que subraya la persistente crisis humanitaria en esta ruta migratoria. Además, la falta de una respuesta efectiva por parte de los Estados y los obstáculos a las ONG y a las embarcaciones privadas agravan la situación.
Los retrasos en las respuestas de rescate dirigidas por los Estados y la criminalización, obstrucción y disuasión de los esfuerzos de los que proporcionan ayuda, han sido factores que han contribuido a la pérdida de vidas humanas.
El Proyecto Migrantes Desaparecidos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha registrado 441 muertes de migrantes en el Mediterráneo central entre enero y marzo de 2023, el primer trimestre más mortífero documentado desde 2017. No obstante, el número real de víctimas podría ser mayor debido a los informes de naufragios invisibles, es decir, aquellos en los que no hay constancia de supervivientes o restos materiales.
La coordinación entre los países en los esfuerzos de búsqueda y rescate es esencial para salvar vidas en el mar. La OIM destaca la necesidad de operaciones efectivas coordinadas por los países, que pongan fin a la respuesta ad hoc que ha caracterizado a la operación Mare Nostrum desde 2014.
Además, los esfuerzos del Estado para salvar vidas deben incluir el apoyo a las ONG y proporcionar asistencia, y poner fin a la criminalización, la obstrucción y la disuasión de los esfuerzos de aquellos que la proporcionan.
La situación en el Mediterráneo central es cada vez más preocupante, y las cifras de muertes de migrantes en el primer trimestre de 2023 son alarmantes. Es necesario que los Estados tomen medidas concretas para salvar vidas en el mar, coordinándose con las ONG y poniendo fin a la criminalización y obstrucción de los esfuerzos de ayuda.
