El PP presume de gestionar el dinero público mejor que la izquierda pero en realidad es un manirroto

La derecha siempre se ha jactado de gestionar mejor que la izquierda las cuentas y los recursos públicos. Hace apenas unos días, sin ir más lejos, Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, calificaba de “manirroto” al Gobierno de Pedro Sánchez al pedir la declaración de zona catastrófica para toda la región tras la histórica nevada que ha dejado el temporal Filomena. Sin embargo, la fama de buenos gestores que pretenden labrarse los señores del Partido Popular −también los de Vox, aunque estos ni siquiera han llegado a gobernar la nación, de modo que hablan de oídas y sin saber− no suele venir avalada por la fuerza de los números y las estadísticas. Que el PP gestiona mejor los cuartos del contribuyente es solo un mito más sin fundamento, un bulo muy bien propalado por la prensa de la caverna pero que no se sustenta en la realidad de los hechos.

No hay más que echar un vistazo al informe de la Cámara de Cuentas de la Comunidad de Madrid correspondiente al último ejercicio, cuya memoria se acaba de publicar estos días, para concluir que los dirigentes populares no predican con el ejemplo. Según el balance de este organismo fiscalizador, la deuda viva a largo y corto plazo de la Administración de la Comunidad de Madrid a 31 de diciembre “aumentó con respecto a la existente a 1 de enero de 2019 en 459.555 miles de euros, lo que supone un incremento del 1,47 por ciento (…) Si se considera la totalidad del endeudamiento financiero tal y como ha quedado delimitado en este informe, es decir, incluyendo además de los intereses devengados, el resto de cuentas que constituyen pasivos financieros, el incremento es de 255.474 miles de euros, lo que supone una variación positiva del 0,80”, asegura el documento. Además, según establece el citado informe, “al incumplir uno de los objetivos de estabilidad presupuestaria (la regla del gasto), la Comunidad de Madrid se ha visto obligada a la elaboración de un plan económico-financiero de reequilibrio”. Al parecer, y según se refleja en el citado estudio, este plan fue enviado al Ministerio de Hacienda y a la AIREF en agosto de 2020, si bien este último negociado no había emitido el informe preceptivo que establece la Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera alegando que, actualmente, “no es posible la elaboración de este documento como un instrumento práctico que efectivamente se dirija a la corrección de desequilibrios y el cumplimiento de las reglas fiscales en este ejercicio y en el siguiente”. En todo caso, el endeudamiento de Madrid, considerando únicamente las emisiones de deuda, préstamos y líneas y pólizas de crédito (sin incluir los intereses devengados y no vencidos) presenta un importe a fin de ejercicio de 31.715.957 miles de euros, frente a los 31.256.402 miles de euros del ejercicio anterior.

Pero no se trata solo de que la derecha no es mejor gestora de las arcas públicas que la izquierda, sino que en los últimos años el PP se ha destacado por ser el gran partido de la corrupción, una prodigiosa máquina institucionalizada de robar que ha dejado un inmenso agujero por el que se han ido decenas de millones de euros entre 2011 y 2018, la etapa oscura de los gobiernos de Mariano Rajoy. Llama la atención que el PP califique de manirroto al Gobierno de Sánchez, ya que cada vez que los socialistas han llevado una iniciativa de gasto al Congreso de los Diputados los populares no solamente han estado de acuerdo, sino que a veces han manifestado que querían “dos huevos duros más”, tal como se ha lamentado recientemente la portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero.

Pero todavía hay más. Díaz Ayuso saca pecho de que su gestión es más eficaz y austera que la que puede hacer la oposición cuando aún no ha explicado por qué la Sanidad pública madrileña se encuentra en una situación crítica a pesar de que la región que gobierna ha sido la más beneficiada por los 16.000 millones de euros que Moncloa ha puesto a disposición de las comunidades autónomas como ‘fondo covid’ para hacer frente a los gastos de la pandemia. Como tampoco ha sabido aclarar la lideresa por qué la factura del Hospital Zendal, la gran apuesta personal de Ayuso para frenar el coronavirus en Madrid, no deja de crecer con el paso de las semanas. “Aún no ha culminado el proyecto estrella de Isabel Díaz Ayuso y la inversión ronda ya los 135 millones de euros, es decir, el triple de lo presupuestado inicialmente. El Consejo de Gobierno acaba de dar luz verde al gasto de otros 65.870.081 euros, que se suman a los 70 millones de euros que ya habían autorizado hasta la fecha”, informaba hace solo unos días la Cadena Ser.

Por no hablar del enorme fiasco que ha supuesto la fallida construcción del Campus de la Justicia, emblema decadente de los años de gobierno de Esperanza Aguirre, un proyecto faraónico que dilapidó la friolera de 350 millones de euros y que, hoy por hoy, es un solar abandonado y desértico, como uno de esos poblados de las películas del espagueti western por las que se paseaban salteadores como el Feo, el Bueno y el Malo. Forajidos aparte, los tribunales dirán la última palabra sobre ese supuesto desfalco que revela que no, que el PP no es el gran gestor de las cuentas públicas que dice ser. Baste recordar que en su día tuvo a alguien como Rodrigo Rato como gran mago de la contabilidad del país. Y así nos fue.