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El PP convierte a Vox en sanchista

Los populares votan en contra de la reforma de las pensiones que blinda el sistema de cara a los próximos años mientras el partido de Abascal se abstiene y reconoce “elementos positivos” en el decreto ley

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análisis

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El decreto ley para la reforma de las pensiones salió adelante, ayer tarde en el Congreso de los Diputados, con 179 votos a favor, el rechazo de PP y Ciudadanos y la abstención de Vox. Todos los grupos parlamentarios, salvo los que forman parte del bloque de las derechas, dieron su apoyo al modelo progresista que regirá en España en los próximos años y que difiere radicalmente del conservador que impulsa Macron en Francia generando un estallido social sin precedentes. Llama poderosamente la atención la situación que viven ambos países: mientras aquí se pactan las pensiones entre Gobierno, partidos y sindicatos, al otro lado de los Pirineos el presidente liberal se ha quedado completamente solo; mientras el plan socialista español cuenta con el aval de la Comisión Europea (la UE ya se lo compra todo a Sánchez), las propuestas de Macron no convencen en Bruselas; y mientras aquí vivimos una especie de remanso de paz social, en París se convocan huelgas, se levantan barricadas y arden coches, cajeros automáticos y contenedores, un escenario dramático que por lo visto le debe gustar a Feijóo si tenemos en cuenta que está entregado a las ideas del premier francés.

Básicamente, el triunfo del ministro Escrivá ha consistido en darle un auténtico enfoque socialista al problema de las pensiones en España elevando los ingresos para hacer frente a los riesgos que se generarán en las décadas de los 30 y 40 con la jubilación de los baby boomers. No hay recortes, no se renuncia a la revalorización según el IPC, se consolidan las pagas por jubilación y se mantienen intactos los derechos adquiridos en las últimas décadas. No hay más que decir, la historia de este decreto es una historia de éxito, de consenso, de apuesta por el Estado de bienestar. O como dice el propio Escrivá: “Blinda el poder adquisitivo de las pensiones”. Todo son buenas noticias, así que, ¿quién puede votar en contra de algo bueno para los diez millones de jubilados que a día de hoy hay en España? Nadie, salvo el PP. También Ciudadanos, aunque lo que hagan estos ya no tiene interés. Hasta la extrema derecha de Vox ha entendido que no tenía margen de maniobra para votar “no” a un decreto ley que ni en los mejores sueños de los españoles. En ese aspecto, ha demostrado mucho más sentido de Estado que el Partido Popular.

Para entender lo que ocurrió ayer basta con transcribir las declaraciones de los actores principales de la película. El portavoz popular, Jaime de Olano, justificó el voto en contra de su partido en “la falta de diálogo y transparencia” y en que las medidas del decreto “se cargan todos los principios que rigen el sistema y castigan a los jóvenes”. Su discurso no se sostiene por ningún lado, ya que nunca hubo tanto diálogo y transparencia a la hora de tramitar un decreto de pensiones, y así lo han entendido todas las fuerzas parlamentarias, salvo ellos y los naranjas de Inés Arrimadas. En cuanto a que el Gobierno va a cargarse el sistema y el techo de gasto con esta reforma, tampoco debemos hacerle demasiado caso. También dijeron que la subida del salario mínimo interprofesional colapsaría la economía y traería más paro y crisis y ha sido todo lo contrario. España crece al 5,5 por ciento y se genera empleo. Así que ya estamos acostumbrados a los mensajes catastrofistas del PP, que ha terminado por convertirse en el brazo político de la patronal.

Pero faltaba el show de Miguel Tellado, vicesecretario de Organización popular, quien dejó una perla para la historia: “Vox es útil para el presidente del Gobierno, pero no es útil para los españoles. Los que nos llamaban derechita cobarde se han convertido en la derechita cómplice de Sánchez”, dijo sin despeinarse. Los sermones de la telepredicadora de Usera que por lo visto asesora últimamente a Feijóo han debido trastornar a los prebostes de Génova, porque si no, no se entiende tanto efluvio lisérgico. La pirueta que se ha inventado el tal Tellado para tratar de justificar el “no” del PP al decreto de pensiones de Sánchez y pintar a Vox como muleta del sanchismo en toda España ha debido provocar muchos ataques de risa con hernias incluidas. Pero hombre de Dios, señor Tellado, si Abascal y Sánchez son como el agua y el aceite, como la noche y el día, como la kryptonita y Superman. La única verdad, más allá de malabarismos retóricos para salir del paso, es que el PP ha votado en contra de una cosa que era no solo buena para los españoles, sino buenísima. Nadie daba un duro por el sostenimiento de la caja de las pensiones, el Pacto de Toledo estaba muerto y los ciudadanos empezaban a consultar folletos sobre planes privados por si acaso. Ese panorama se aleja de momento.

Lamentablemente para el PP, Vox ha sabido jugar esta carta con mucha más sensatez política que su competidor. Incluso ha sabido reconocer que el decreto recoge algún elemento positivo, como la subida de las pensiones mínimas –contributivas y no contributivas–, una mejora en las lagunas de cotización y medidas para ayudar a las mujeres que no han cotizado por haberse dedicado al cuidado de los hijos. Hay que ser muy negligente o muy suicida, a ambas cosas a la vez, para votar en contra de algo así a las puertas de unas elecciones.  

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1 COMENTARIO

  1. El PP lleva tiempo inmerso en infundir el miedo para crear incertidumbre en los españoles y tener éxito …Sin hacer propuestas, ni planteamientos diferentes cara al futuro.

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