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El Platonismo. La Línea (B)

Filosofía para pobres (VIII)

Francisco Silvera
Francisco Silverahttp://www.quenosenada.blogspot.com.es
Escritor y profesor, licenciado en Filosofía por la Universidad de Sevilla y Doctor por la Universidad de Valladolid. He sido gestor cultural, lógicamente frustrado, y soy profesor funcionario de Enseñanza Secundaria, de Filosofía, hasta donde lo permitan los gobiernos actuales.
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análisis

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Les recuerdo que no estamos haciendo un estudio profundo ni extensivo, que vamos hojeando tópicos de la Historia del Pensamiento intentando trasmitir singularidades que para alguien con un mínimo interés puedan suponer una utilidad. Estamos con Platón y vamos a repasar lo básico de su sistema filosófico, o lo que sea.

El diálogo que se supone más leído de Platón es La República, su título original viene a ser “lo de la pólis”, más o menos, la traducción latina le da un toque evitable de concepto transtemporal, como si la palabra “república” hubiera estado ahí para que las diferentes épocas la usaran… ni siquiera en Roma significaba lo mismo que en nuestra cultura, ése es el error más habitual de interpretar el pasado, debemos aprender de lo ya ocurrido pero sin olvidar que para entender el lenguaje de una época hay que “revivir” ese momento, Ivo Pogorelich interpreta maravillosamente a Bach pero si queremos hacernos una idea de lo que el autor oía en su vida diaria debemos acudir a los instrumentos y teorías originales, son ejercicios diferentes.

Al final del capítulo VI de esta conversación entre Sócrates, Glaucón y Adimanto, hermanos del autor, aquél trata de explicar el papel del Sol en la Naturaleza en analogía con la forma perfecta y suprema del Bien en el ámbito de lo que tenemos en mente cuando pensamos… y a sus interlocutores se les resiste la comparación. Sócrates propone un símil con una línea divida en dos partes de tal forma que el total de su medida esté en la misma proporción respecto de la mayor que ésta de la menor… no entiendo por qué la mayoría de los estudiosos obvia que esto es una descripción de la proporción áurea; se suele prestar más atención a la descripción de los diferentes segmentos y sus contenidos clasificatorios, cuando el símil pierde toda su fuerza si no se tiene en cuenta que es una semblanza de la totalidad de lo existente. Sólo desde fuera puede verse la hermosura proporcional de la realidad y, curiosamente, Platón-Sócrates propone diferentes niveles en la intensidad de esa cualidad de ser real: lo que no es real ni se nombra, no es; pero eso que es, lo real va desde lo que apenas es hasta lo real en su grado sumo. Pinto a ojo:

Desde abajo hacia arriba la línea describe la realidad, desde lo menos a lo más real, como dijimos queda fuera por abajo “lo que no es”, es decir: el Ser (lo que es) se da de forma gradual, por ejemplo: la sombra de un objeto es algo pero sin ese objeto no existiría, hay una subsidiariedad en una de otro, ésa es la idea que preside toda esta analogía. La intención, y se señala poco, es establecer correlaciones entre las diferentes proporciones: el mundo físico de lo que se ve es al intelectual de lo que se piensa como lo imaginado a lo sentido o lo razonado a lo directamente intelegido, es la relación existente entre lo opinado o lo sabido: pero nótese cómo en cada ámbito hay una equivalencia, en el mundo físico el conocimiento es de los sentidos más que de las imaginaciones, aunque éste es opinión respecto de lo intelectual… no es una clasificación estática, es relativa, móvil, viva… y lo milagroso es que es la reproducción en el pensamiento de esa proporción áurea que rige al Partenón, las Pirámides o un caracol. Genialidad platónica.

Las funciones a través de las cuales accedemos al conocimiento no son fáciles de traducir: lo imaginario tiene que ver literalmente con la capacidad del pensamiento de trabajar con imágenes, inventadas o no; la estética es el estudio de lo que perciben los sentidos, un conocimiento burdo y poco fiable en comparación con la estabilidad de los entes “razonables”, literalmente “matemáticos”; para el autor, esto que se puede comprender con la razón no es la cima del conocimiento aunque esté por encima de los sentidos, al razonar discursivo (que nosotros vinculamos con la inteligencia) lo considera como un entrenamiento de la mente que nos familiariza con la verdadera realidad y la sabiduría pero no las garantiza, son trampolines (hipótesis) que nos elevarán a esas realidades… las “formas” reales son “objetos” visibles por el “Ojo de la Mente”, la sabiduría es una manera de intuición “visual” directa que ocurre después de mucho tiempo entrenando, razonando, quien se dedica con insistencia a esa búsqueda de la “Justicia”, la “Belleza”, la “Verdad”, tarde o temprano (hay algo de mística en ello) las verá… siendo la de “Bien” la forma de las formas, la luz intelectual que aclara y hace perceptibles a las demás formas, el motor de la realidad como hecho mismo de existir… análoga al sol de nuestro mundo físico sin el cual el mundo y la vida no existirían tal y como son.

Lo curioso es que no hemos necesitado citar el término “idea”, una idea es el resultado de la actividad mental hoy y entonces; Platón parece desarrollar una especie de misticismo de la materia, como si la mente fuera capaz de ver lo que hace ser real y cognoscible a lo material, y por tanto más verdadero. El mundo físico es un reflejo del verdadero mundo de las formas. Veremos que combinando esto con la inmortalidad del alma y la reencarnación, el sistema platónico es menos “ciencia” de lo que se nos ha indicado.

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