Hay un hecho más que constatado, y es la afición de nuestras culturas europeas por opinar sobre el cuerpo de las mujeres. ¿Qué digo opinar? ¡Dirigir! Y en materia de diversidad, no podría faltar el cuerpo de las musulmanas. Ese que sirve de chivo expiatorio sobre el que ejercer las violencias.

El atropello a nuestros cuerpos es una constante, reiterada a lo largo del tiempo. El cuerpo de las mujeres es la seña de identidad de las libertades. Si te cubres estás sometida. Si te desprendes de las telas que envuelven tu cuerpo, entonces, estarás liberada. Así de simplista es la mirada colonial, esa que pretende ocupar el cuerpo ajeno para establecer cómo dirigir decisiones que deberían de partir de un derecho individual.

El mes de mayo ha cerrado con una decisión judicial, europea, que da muestra de la injerencia que se ejerce ante los derechos individuales, recogidos en distintos ordenamientos y que avalan derechos fundamentales, como lo es el derecho a la imagen y a la identidad. Samira Achbita, una trabajadora de confesión musulmana, pierde ese derecho. Una ciudadana europea, hasta ahora desconocida pasa a convertirse en objeto de debate público, bueno, ella no, su cuerpo…

Las conclusiones de la abogada Julianne Kokott dan muestra del hecho colonial y de cómo “Europa” ha ido definiendo lo que es Islam y lo que no es, lo que es islámico y lo que no. El documento del Tribunal de Casación (Bélgica) comienza hablando de “Derechos fundamentales” y  aclara que se trata de una decisión de “despido de una trabajadora de religión musulmana por su firme intención de llevar velo islámico en el trabajo”.  Una afirmación tajante de la mano de un tribunal laico… Velo “islámico”. Ya está todo dicho.

De pronto, un trozo de tela lleva la connotación “islámica” porque se coloca sobre la cabeza de una musulmana. Samira Achbita, posiblemente compró su pañuelo en unos grandes almacenes belgas y al colocárselo sobre el pelo, automáticamente quedó reducido a un símbolo religioso. Como si una varita mágica hubiese obrado el milagro sobre la tela y cargase sobre ella una simbología inexistente en el mismo Islam. ¿Símbolos religiosos? Precisamente si hay algo que caracteriza al Islam es la ausencia de simbología… Es más, previene de su uso.

Seamos realistas. No importa lo que opinen las musulmanas, ni tampoco importa que no existan símbolos islámicos. A fin de cuentas de lo que se trata es de seguir utilizando el cuerpo de las mujeres como excusa, y establecer así medidas coercitivas. Porque aunque ellas no lo sepan, lo hacen obligadas… o eso se cree. Y como son víctimas, o eso se cree, no hay mejor fórmula que ejercer violencia sobre su cuerpo… ¿Se puede demostrar que no existe discriminación por motivos de confesión otorgando una carga confesional a una indumentaria?

No importa que las musulmanas reiteren por activa y por pasiva que el velo carece de simbología religiosa, que lo que define al velo es el sentido de identidad y la propia imagen. No importa… Las musulmanas no saben lo que dicen, ellas están oprimidas, aunque no lo sepan… Por eso, para liberarlas hay que ejercer control sobre sus cuerpos, prohibirles expresar abiertamente sus derechos fundamentales… Que no muestren públicamente que son musulmanas. Que no protesten, porque en Irán las mujeres se quieren liberar, rapándose la cabeza. Porque allí, les imponen el velo. No como en Europa, buque insignia de las libertades, al menos para algunas mujeres.

(Léase con ironía) Ya sabéis musulmanas, si queréis estar integradas, callad ante las violencias. Cuando una musulmana coloca sobre su cabeza un pañuelo, al apretarlo queda reducida la capacidad racional, por eso no entendéis que aunque no les importen vuestros derechos, utilizan vuestros cuerpos para defender vuestros derechos. ¡Es por tu bien, tontorrona…!

8 COMENTARIOS

  1. Muchas gracias por el articulo, soy mexicana y estudiante de Historia; las culturas de medio oriente y oriente siempre me han apasionado, sobre todo el tema de la mujer.

    Me surge una duda, cuando se refiere a Irán y las mujeres rapadas, ¿qué quiere decir? Que eso sí es una demostración de sublevación para los occidentales, o que lo es de la misma manera en que las mujeres que deciden usar el velo se sublevan a quienes les juzgan?

    • Gracias Maricruz por el comentario.
      Una de las acciones políticas que están realizando mujeres en Irán, es cortarse el pelo como forma de reinvidicar el fin de la ocupación de sus cuerpos (pelo, en este caso). Sin duda, esta medida corresponde a un contexto concreto, exclusivo de Irán, en el que se impone, por ley el uso del velo.

      En otros contextos, como el europeo, donde se pretende igualmente legislar sobre el cuerpo de las mujeres prohibiéndoles el uso del velo, surge como respuesta también la reivindicación de decidir sobre un derecho fundamental: la imagen, la identidad… Más allá de la lectura «religiosa» que un tribunal laico quiera imponer.

  2. Por supuesto que esa creencia tiene símbolos religiosos.
    El pelo de las mujeres se considera con un alto contenido erótico, y los que ordenan tapárselo son los popes de esas religiones.
    Es un acto de sumisión total.
    ¿Q le pasa en esos países a una mujer que ose destaparse, aunque sea extranjera?
    Falta decir que las mujeres de esos países son más libres que las europeas para casarse, divorciarse, «desobedecer» a su marido, disponer sobre sus hijos, expresar su lesbianismo, no ser un objeto de explotación, ejercer la poligamia, etc…
    Vamos, que las occidentales con sus luchas feministas se han equivocado, que el camino era someterse a los brujos de la tribu…
    Maaaadre míaaa…

    • Hola Francisca.
      Me gustaría mencionar que si la mujer decide destaparse y es castigada por ello, es una expresión, pero en el otro extremo, del control de una hegemonia sobre el cuerpo de las mujeres. Allá lo hegemónico es taparse y se castiga la rebelión a ello. En Europa, lo contrario. En ambos casos lo que subyace es el cuerpo de las mujeres como territorio de intervención de terceros; en ambos casos el mensaje es que los cuerpos, en este caso los cuerpos de las musulmanas aqui y allá no les pertenecen a ellas, sino a otros que deciden como deben lucir y como deben estar. En ambos casos, esta intromisión es expresión de un bio-poder desde el cual se decide que las mujeres llevan la carga de una representación identitaria que es leida desde la hegemonía.
      Las formas de rebelarse a esto serán diferentes según los contextos.
      Este bio-poder tiene mecanismos de refuerzo en otras instituciones y discursos sociales que mencionas y que sería largo analizar. Si bien muchas personas sostienen despectivamente que hablar de velos es «hablar de trapos», es una conversación que tarde o temprano se hace necesaria porque la presencia o no de los velos es sujeto de interpretaciones relacionadas con este bio-poder y genera consecuencias concretas para quienes los usan o no, ya que el cuerpo de las mujeres es más que carne, es una construcción política. Saludos

  3. Esa intromisión de la que hablas la tenemos todas las mujeres del mundo entero.
    Si te tapas la cabeza porque quieres, vale.
    Si lo haces pq si no te apedrean, es represivo.
    ¿Los velos, burkas y demás, están en función de los hombres o de las mujeres?
    En europa, los requerimientos sociales de «belleza» ¿están función de los hombres o teniendo en cuenta a las mujeres?
    La retórica machista es igual en todos los países, algunos de ellos más adelantados por tener una trayectoria de lucha feminista más antigua.
    De ahí a querer mostrar el mundo al revés, lo que me parece es demagogia que no nos beneficia nada.
    Porque se mire como se mire, cincuenta latigazos siguen siendo cuarenta y nueve más uno.

  4. Laure, misma persona que escribe este artículo y que sin embargo hace no mucho ponía una oferta de trabajo para Televisión Córdoba cuyos dueños son los señores sauditas:
    «Se necesita chica que sepa árabe para dar noticias, requisito, LLEVAR HIJAB».
    ¿En qué quedamos?
    Hipócritas.

  5. Como siempre los comentaristas necesitan los extremos para afianzar su escaso conocimiento , su islamofobia latente, y la falta de argumentos reales para entender el asunto. Se nota el daño de la TV, y otra visitas. Pero da lo mismo, los extremos existen en uno y otro lado, y ellos no le importan al creyente, pues al creyente o la creyente le importa vAllah y no un puñado de corsarios del teclado.

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