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El Partido Popular es el único culpable del debilitamiento de la sanidad pública

José Antonio Gómez
José Antonio Gómez
Director de Diario16. Escritor y analista político. Autor de los ensayos políticos "Gobernar es repartir dolor", "Regeneración", "El líder que marchitó a la Rosa", "IRPH: Operación de Estado" y de las novelas "Josaphat" y "El futuro nos espera".
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análisis

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Durante los años más duros de la anterior crisis económica, tanto el Gobierno de Rajoy como las comunidades autónomas gobernadas por el PP, infligieron recortes en el gasto sanitario del que aún no se ha recuperado el Sistema Nacional de Salud (SNS). Por otro lado, tenemos el modelo de gestión sanitaria de la Comunidad de Madrid, con los hospitales de administración privada implementados por Esperanza Aguirre.

La crisis sanitaria del coronavirus está poniendo en evidencia que esos recortes fueron tan indiscriminados que el SNS está ya colapsado. Precisamente, las comunidades que más recortes aplicaron o que más espíritu privatizador implementaron son las que más están exigiendo a los profesionales sanitarios, a los que todos y todas salimos cada tarde a homenajear por la labor ingente que están haciendo casi sin recursos.

Estos días estamos viendo cómo hay gente que esta muriendo, precisamente, por la falta de recursos y eso un país como España no puede permitírselo. El coronavirus puede matar por su propia agresividad, porque el o la paciente tenga patologías previas, pero jamás porque al sistema público de salud le falten recursos humanos o materiales. Los profesionales sanitarios están dando una lección al luchar contra la pandemia en la situación que dejó el PP con sus recortes sacrificando, incluso, su propia seguridad para salvarnos a todos y a todas.

Las medidas austericidas impuestas por Europa jamás debieron aplicarse a los sistemas públicos de salud. El déficit público jamás puede condicionar el tratamiento de enfermedades. Sin embargo, sí que se aplicó la tijera sin importar las consecuencias. Aplicar factores macroeconómicos a un elemento fundamental y contra un derecho humano como es la salud fue contraproducente. Esta pandemia está demostrando que así fue.

Los recortes han provocado que centenares de miles de plazas de personal sanitario, tanto en medicina como en enfermería, por no hablar de las auxiliares, no estén ocupadas. La población en España crecido desde el año 2012 en más de un millón de habitantes. Sin embargo, los recursos sanitarios fueron recortados en todos los ámbitos de actuación.

Un informe del Ministerio de Sanidad del año 2019 indicaba lo siguiente: «La dinámica de contrataciones (incluyendo sectores público y privado) en los últimos años se caracteriza por la prevalencia de los contratos temporales, particularmente los de muy corta duración (menos de un mes), que representaban en 2014 el 70% de todos los contratos temporales para los médicos de familia y el 64% para los demás especialistas. En 2017 se firmaron casi veinte mil (19,978) contratos temporales con médicos de familia (equivalentes al 51% del total de médicos de familia que trabajaban en el SNS en enero de 2018), y 40,754 contratos temporales con otros especialistas médicos. La tasa de temporalidad de los nuevos contratos es mayor para los médicos de familia que para el resto de especialistas, aunque ha mejorado en los últimos años. En 2017 sólo el 6.9% de los contratos de los médicos de familia fueron indefinidos».

Por otro lado, los recortes de Rajoy, de las comunidades gobernadas por el PP y, por efecto cascada de la austeridad también el resto al recibir menos recursos de financiación autonómica, provocaron que, además de la reducción drástica de plantillas, éstas las peores pagadas de los países de nuestro entorno, hecho que se sigue manteniendo a día de hoy. El citado informe del Ministerio de Sanidad indica lo siguiente:

A todo lo anterior hay que sumar que durante los gobiernos del PP se realizaron recortes en la sanidad sin ningún tipo de planificación. Mientras se construían hospitales de gestión privada por parte de las comunidades del PP, principalmente Madrid, se cerraba un mayor número de camas en los hospitales públicos. Este hecho se está viendo en estos días, en los que los hospitales madrileños están desbordados.

Lo que es más preocupante es que, mientras la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso pasa de la lealtad debida por cualquier dirigente político responsable al Estado en una crisis como la que se está viviendo y demuestra que sólo es leal a la gaviota que tanto se alimentó de la corrupción en los años pasados, hay alas de hospitales públicos absolutamente vacías y no se ha dado ninguna instrucción para habilitarlas, tanto para habitaciones como para UCI. Por ejemplo, el sindicato CCOO denunció que la Comunidad de Madrid mantenía cerradas casi 3.000 camas hospitalarias, un número que equivaldría a que, de repente, se cerraran de golpe los hospitales de La Paz, el Gregorio Marañón y el Infanta Sofía de San Sebastián de los Reyes.

A todo lo anterior hay que sumar el recorte salvaje (no hay otro calificativo) que el gobierno de Rajoy hizo respecto a la investigación. En total el PP aplicó un recorte de más de 20.000 millones de euros en I+D+i, los investigadores, que ahora son fundamentales para lograr una vacuna o una medicina contra el COVID-19, tuvieron que emigrar para regalar a otros países la inversión que el Estado había hecho en su formación y educación durante años.

La cortina de humo de la deslealtad

Pablo Casado es un político listo y sabe que, una vez que pase la crisis del coronavirus, el pueblo le puede pasar la factura de esos recortes. Por esta razón él, como líder del PP, está intentando dar una imagen de apoyo al Gobierno. Sin embargo, se está utilizando a los presidentes autonómicos como ariete para poner todas las trabas posibles, para rebelarse contra el Gobierno o, incluso, para ser los lanzadores de noticias falsas que no tienen más intención que debilitar al Ejecutivo en un momento en el que la obligación de las fuerzas políticas es arrimar el hombro para ayudar.

Otra cuestión es el aparato mediático controlado por el PP que están llegando a unos grados de mezquindad impropios de la situación que se está viviendo en España.

Mientras los profesionales sanitarios están dando, literalmente, la vida para salvar vidas, con unos recursos diezmados por los recortes del PP, desde la derecha se pretende colocar una cortina de un humo plagado de deslealtad y de indignidad para que la ciudadanía se olvide del austericidio del gobierno del Partido Popular que tanto daño ha hecho a todos y a todas. Esta es una de las muchas consecuencias de la privatización o de entregar el estado del bienestar a las dictaduras privadas, a las élites. En las crisis las empresas piden ayuda al Estado y en la prosperidad pretenden quedarse con los nichos de negocio que es propiedad de la ciudadanía. Por ello, la actual situación, en la que se está demostrando la importancia de los servicios públicos, muestra a los poderes democráticos que es fundamental el blindaje de los pilares del estado del bienestar.

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5 COMENTARIOS

  1. Buen artículo en el fondo, pero para estar escrito por un escritor, la redacción es bastante pobre, al punto de estar cometiendo errores que restan credibilidad y seriedad. Yo le daría un repaso para corregir esos errores y no dañar ese fondo, tan necesario en estos días.

  2. ¿Por qué no ahondas más en el problema del déficit? Igual que el mundo no se mueve rezando, los problemas no se solucionan con eslóganes morales del tipo «el déficit no justifica los recortes».´

  3. No sé cómo puede tener tan poca vergüenza de defender a un personaje que solo busca el populismo fácil a costa de los españoles que no le importamos. Hubiese pagado usted esos sueldos de médicos que no han sido necesarios hasta que nuestro presidente metió la pata porque el coronavirus es un invento de la izquierda para no manifestarse. Pues a tomar por culo eres bien jilipollas. Pero supongo que llevarás tu tajada, si no no lo entiendo

  4. Esta muy bien repetir el mismo mantra.
    El PP hace recortes en la sanidad pero porque no aporta datos de presupuestos en lo relativo a sanidad, claro entonces ese mantra se resquebraja.
    Solo hay que mirar que la comunidad de Madrid el presupuesto destinado a Sanidad no ha parado de subir en los últimos años.
    Sin embargo el gobierno central (del PSOE) recortó en sanidad al rededor de 1200 millones y eso son datos, un 5’9% del PIB cuando el año anterior el PP dedicó un 6%.
    Eso son datos y lo demás justificaciones respecto a una nefasta gestión.

  5. Los recortes en Sanidad se produjeron en el 2008, después de que Zp, el que negaba la crisis y luego veía brotes verdes, dejara las arcas públicas hechas unos zorros. Desde el momento en que se inició la recuperación económica y hubo dinero los presupuestos en Sanidad se incrementaron hasta superar los que había antes de la crisis. Y por si tienen alguna duda los actuales presupuestos para Sanidad son los de Rajoy, Sánchez todavía no ha conseguido aprobar ningún presupuesto y sólo ha prorrogado los de Rajoy

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