En un estudio publicado ayer jueves, 1 de junio, en la revista Environmental Health, los investigadores descubrieron que las empresas agroquímicas Bayer y Syngenta no habían informado sobre la toxicidad cerebarl de algunos de sus pesticidas, después de que varios estudios apuntasen en este sentido, a las autoridades competentes de la UE, tal y como establece la normativa.
La evaluación de seguridad de plaguicidas y otros productos fitosanitarios en la UE se fundamentan en los estudios encargados por los propios productores de los productos. Están obligados a transmitir todos los resultados de las agencias de la UE, en particular a la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y a la Comisión Europea, así como a la Agencia de Sustancias Quimicas (ECHA). En opinión de los investigadores, los resultados también apuntan a las debilidades en la forma en que la UE evalúa si los productos fitosanitarios son seguros; en particular, el proceso de evaluación se basa principalmente en estudios de productores.
En este sentido, se recomienda algo que parece de sentido común: que los estudios e investigaciones se hagan a petición de las autoridades europeas, que recaben la información y evalúen. Las críticas en este sentido, han sido muy recurrentes, sobre todo cuando se han analizado por ejemplo los riesgos del glifosato.
Según los investigadores que han publicado trabajo esta semana, de los 35 estudios que las empresas habían presentado a las autoridades de EEUU, nueve se divulgaron en la UE.
Al destaparse esta información, desde la Comisión de Medio Ambiente y Salud del Parlamento Europeo, su presidente, Canfin, anunció que presionaría para que el Parlamento Europeo tomase medidas al respecto.
«Para abordar este posible engaño de Bayer y Syngenta con respecto a la toxicidad de ciertos pesticidas, propondré la próxima semana organizar una audiencia pública de los investigadores y estas empresas ante el Comité de Medio Ambiente del Parlamento Europeo».
Un portavoz de Bayer dijo a la AFP que la compañía «siempre había presentado los estudios necesarios que exigían las regulaciones de la UE en ese momento», mientras que Syngenta dijo que había «cumplido con todas las solicitudes de datos de la UE y Suiza».
