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El Papa Francisco, un peligroso socialcomunistarra

Julián Molina Illán
Julián Molina Illán
Psicólogo, Fisioterapeuta, Enfermero, Filólogo, e Historiador del Arte.
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análisis

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El Papa tiene muy disgustado al fascismo internacional. En su último discurso ha hablado de que hay que acabar con las desigualdades, cambiar las políticas que esquilman el planeta, respetar y profundizar en los derechos laborales, y, sobre todo, estudiar la implantación de un Ingreso Mínimo Vital que asegure una vida digna a toda la Humanidad. ¡Menudo hijo de puta está hecho el Papa! ¡Cómo se atreve! ¡Este hombre chochea!… frases como éstas retumban en las paredes cavernarias.

Este discurso Izquierdista es en realidad un discurso Progresista. Y el Progresismo se hace más necesario e influyente conforme nos acercamos al fin de un proceso y resulta vital hacerse planteamientos sobre el futuro en el medio y largo plazo.

En el Foro de Davos saben perfectamente que el Capitalismo está acabado; de hecho, ya estamos en un proceso de transición a lo que vendrá, que probablemente será algo parecido al Ecologismo. Y es que el Capitalismo está basado en que la Productividad aumente a base de aumentar el numerador de una ecuación en la que el numerador lo ocupa el Producto, el denominador la Energía consumida para producirlo, y en el cociente se halla la Productividad. El problema es que la cuenta no es exacta y hay un resto, que es la Contaminación. Habiendo Energía de sobra, y un vertedero vacío (el planeta) disponible, no hay problema en que haya un resto. Todo se resuelve aumentando el Producto. Por eso el Capitalismo incita al consumo, y a los ciudadanos y ciudadanas se nos llama Consumidores. El problema es que el planeta ya no aguanta más deshechos, y el sistema de energía basado en combustibles fósiles es poco democrático y cada vez más escaso, lo que unido a la especulación, hace que la energía sea cada vez más cara.

La nueva solución, el nuevo sistema para mantener la Productividad, no estará basado en aumentar el numerador, sino en disminuir el denominador. La clave será la eficiencia energética, la sostenibilidad, el autoconsumo, el reciclaje, y la autonomía personal.

A todo lo anterior hay que añadir la revolución en la Historia de la Humanidad que va a suponer el advenimiento masivo de los robots autónomos (humanoides o no) dotados de Inteligencia Artificial. Será una revolución equivalente a la aparición del fuego, o de la máquina de vapor. Esta revolución dejará al 80%, o más, de la gente sin trabajo, y, lógicamente habrá que darle un sustento mínimo si no queremos que la Revolución Francesa parezca un “juego de niños”. Pues bien, todas estas cosas las sabe el Papa Francisco, no por rojo, que de rojo no tiene nada. No por Progresista, sino porque está muy bien asesorado. ¿O es que acaso pensamos que los asesores del Vaticano son tontos, o están mal informados? Si les importara la justicia social habrían denunciado los desmanes del Capitalismo mucho antes. No, lo hacen ahora porque saben que “la fiesta” se ha acabado y hay que prepararse para lo que vendrá. Yo también estoy diciendo estas cosas desde hace bastante tiempo, de cual se deduce que soy muy amigo de los asesores del Papa… Del ministro Escrivá de Balaguer (ministro de Dios, parece ser) y su obsesión por hacernos trabajar hasta la muerte (en su creencia de que hay otra vida) hablaremos en el siguiente artículo.

Las políticas progresistas deben ir encaminadas a preparar ese futuro que ya está llamando a la puerta. Me parece correcto que se introduzcan en el currículo de la ESO conceptos como el Feminismo, el Ecologismo, o el Ingreso Mínimo Vital. Tenemos que acostumbrarnos, y rápido. En sucesivos artículos iremos abordando cómo debería ser sistema educativo del futuro, y en qué quedara el mundo laboral, el ocio, y las relaciones personales. Serán auténticos relatos de ciencia ficción, pero nos lo pasaremos bien. Un saludo a todo el mundo.

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1 COMENTARIO

  1. Hay un discurso de Juan XXIII y otro de Juan Pablo II al comienzo de sus papados que tampoco tienen desperdicio. Pero este papa, como todos, no es de izquierda por imposible en un rey de la iglesia, sólo vive su tiempo y ese hijo de puta de Ratzinger no se lo dejó nada fácil. «Venenito» era el mismo diablo.

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