Nunca un Papa tuvo más frentes abiertos que el Pontífice Francisco. Mientras acaba de lanzar su encíclica más reivindicativa para no dar la espalda a pobres, emigrantes y mujeres, el Santo Padre lucha contra la corrupción interna del Vaticano. Para ello acaba de nombrar al nuevo presidente y miembros de la comisión de materias reservadas que vigilarán por la transparencia interna de los asuntos de la Iglesia.
Así, mientras los grandes poderes ya ven con malos ojos la nueva encíclica del Papa Francisco, el líder de la Iglesia de la Santa Sede ha nombrado al Presidente y a los miembros de la Comisión de Materias Reservadas, tal como anuncia la Oficina de Prensa del Vaticano: “El Papa nombró el 29 de septiembre de 2020 al Presidente de la Comisión Materias Reservadas al Cardenal Kevin Farrell, y Secretario de la mencionada Comisión a S.E. Monseñor Filippo Iannone. .. Será esta Comisión la que determine, caso por caso, sobre cuáles actos de naturaleza económica es necesario mantener la confidencialidad en las «Normas sobre la transparencia, el control y la competencia de los contratos públicos de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano”.
Nuevo caso de corrupción
A su vez, el Papa Francisco lidia estos días con un nuevo caso de corrupción del Vaticano. Hace dos semanas se conoció que el ex cardenal Angelo Becciu, entonces número tres de la Santa Sede y hasta hace 10 días hombre de confianza del Papa, había presentado sus «dimisiones«. Lo cierto es que fue el Papa Francisco quien le obligó a marchase tras un nuevo escándalo por la compra de un edificio de lujo en Londres. Su cardenal era sospechoso de haber intercedido en la adquisición del mismo con posibles fondos del dinero que dan los fieles a causas nobles de la Iglesia.
Fue en 2013, cuando la Secretaría de Estado del Vaticano invirtió en un edificio de lujo en el número 60 de Sloane Avenue, en el centro de Londres. En aquel momento, el monseñor Angelo Becciu, fue el responsable de la inversión que, en parte, implicaba también el uso de parte del conocido fondo abierto donde los fieles de todo el mundo aportan sus cantidades voluntarias a favor de la causa del Papa y la Iglesia Católica.
Parte de la supuesta trama de malversación gira en torno a este evento y si, efectivamente han sido empleados fondos religiosos, procedentes del Óbolo de San Pedro, para la ejecución de operaciones financieras e inmobiliarias.
