Foto: Flickr White House

Nada bueno podía salir de la reunión que han mantenido en el día de hoy en Washington el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, con Donald Trump. El recibimiento del mandatario norteamericano ya ha sido una premonición, ya que ha dicho al ultra brasileño que está haciendo un trabajo sobresaliente.

¿A qué se refería con un buen trabajo? ¿A las políticas homófobas, xenófobas, autoritarias y machistas de Bolsonaro? Además, en su comparecencia pública Trump ha pronosticado que ambos mandatarios tendrían una «fantástica relación de trabajo». Estas palabras han debido de estremecer a miles de millones de personas en el mundo porque el hecho de que el presidente de la gran potencia mundial afirme que las políticas ultrafascistas de Bolsonaro son positivas o que tienen muchos puntos de vista en común es la confirmación de que la humanidad está en serio peligro.

Otro aspecto que ha ponderado Trump ha sido la gran campaña electoral que llevó a Bolsonaro al poder. Esto no es más que la confirmación de que los ultras del planeta ya conocen que el camino de la manipulación, la mentira, las noticias falsas o el manejo de redes sociales o del big data para crear estados de opinión es el único modo para lograr victorias electorales que permitan imponer sus políticas autoritarias, fascistas y dictatoriales. Trump lo hizo y está utilizando la misma táctica de cara a desmantelar las campañas de los candidatos demócratas. Bolsonaro también. El problema es que esto ya ocurrió en Rusia, en Reino Unido con el Brexit y está sucediendo en España con Vox.

Lo más tremebundo es lo que ambos presidentes han tratado en cuestiones militares. Brasil se va a convertir en el principal aliado de Estados Unidos, si no se cuentan a los miembros de la OTAN. Esto facilitará que el país norteamericano se convierta en el principal proveedor de armas del Estado brasileño y que se eliminen las barreras de cooperación militar. Ya en el mes de enero, tras ser investido presidente, Bolsonaro confirmó que estaba estudiando permitir se instalaran bases militares en territorio brasileño para contrarrestar la influencia rusa en la región.

Una frase del editor de Diario16, Manuel Domínguez Moreno, refleja a la perfección la personalidad de estos dos presidentes: «La coherencia es la senda de la honestidad». Tanto Trump como Bolsonaro, en sus respectivas campañas electorales, se presentaron como los candidatos del pueblo con eslóganes patrióticos como «American First» o «Brasil primero» prometiendo que iban a luchar contras las élites cuando, en realidad, Trump forma parte de esos poderes no democráticos que pretenden gobernar el mundo y, además, está en manos de, entre otros, el lobby judío, y Bolsonaro entregó el Banco Nacional de Brasil a un directivo del Banco de Santander. Esto no es coherente y, por lo tanto, denota la falta de honestidad de ambos mandatarios.

1 COMENTARIO

DEJA UNA RESPUESTA

Comentario
Introduce tu nombre