El mundo por montera

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Comienza el curso político, con una situación de inestabilidad política, que no ha conocido España durante las últimas décadas, como consecuencia del pulso secesionista en Cataluña. Vendrán días de tensión, pero la unidad de los que defienden el Estado de Derecho frente al totalitarismo secesionista, hará que la democracia triunfe. Aunque, gracias a la sinrazón de los que quieren saltarse las leyes a su antojo, habrá que destinar mucho tiempo para recomponer una convivencia y un diálogo que se han encargado de destruir.

En estos momentos decisivos, es oportuno recordar las palabras de Tarradellas, el 23 de octubre de 1977, en Barcelona, en su famoso discurso “Ja sóc aquí”. Aquel día, dijo: “Ciudadanos de Cataluña: quisiera que en estos momentos de gozo y responsabilidad pensaseis que tenemos otros deberes fuera de Cataluña. Nosotros tenemos que ser la avanzada del bienestar, de la prosperidad y de la democracia de todos los pueblos de España.” Qué lejos quedan estas palabras de la quema de banderas y fotos por parte de los caudillos del odio actuales.

Este tema será central, pero junto a él, el gobierno y los líderes de la oposición, tienen que ocuparse de otras cuestiones de gran interés para los ciudadanos, porque España necesita más libertad y más igualdad en las vidas de los españoles:

  • El Paro. En España, hay 3.914.300 parados, de los cuales 1.593.000 llevan buscando un empleo más de dos años, según la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre del año. Estas personas, necesitan que las distintas administraciones les den respuestas para poder tener unos ingresos que les permitan vivir. Un país como España, que crece a más del tres por ciento anual, no puede permitir que las personas desempleadas cada día estén más desprotegidas, como demuestra la tasa de cobertura de desempleo, que ha pasado del 78,4 por ciento en 2010 a cerca del 54 por ciento en 2017. Es preciso, un Plan de choque que atienda a la empleabilidad, y especialmente a las personas con más dificultades de encontrar un empleo.
  • Pobreza infantil. En el año 2010, había 2.769.000 menores en situación de pobreza y riesgo de exclusión social. Esta escalofriante cifra, suponía el 33,3 por ciento de los menores en nuestro país. Frente a otros países europeos donde la situación ha ido mejorando durante los últimos años, aquí la vida de muchos menores ha empeorado, y ya son 2.893.000 los menores en situación de pobreza y riego de exclusión social, es decir, el 34,4 por ciento de los menores, en el año 2015, según Eurostat. Es preciso, un Plan Contra la Pobreza infantil. Y no sirven los anuncios, donde se dice que se van a destinar a esta cuestión más de 350 millones de euros, para después solo incluir en los Presupuestos del Estado 100 millones.
  • Mejorar los servicios públicos. Los ciudadanos consideran que los servicios públicos funcionan peor que antes de la crisis, y desean que se produzca un amplio acuerdo en el Parlamento que garantice más y mejores servicios públicos. Aunque haya que pagar más impuestos. Un dato, el 55,6 por ciento de los españoles, opina que los impuestos son necesarios para que el Estado pueda prestar servicios públicos (Barómetro del CIS, Julio 2016).
  • La corrupción, es uno de los problemas que más preocupan a los españoles, aunque viendo las explicaciones del Presidente del Gobierno en el Congreso, en relación al caso Gürtel, parece que todavía no son conscientes que la corrupción socava las instituciones y los valores democráticos. Contra la corrupción, no caben medias tintas ni engaños. Hay que asumir responsabilidades, pasadas, presentes o futuras por parte de todos, porque de lo contrario, el sistema puede entrar en una fase de no retorno democrático.
  • Los refugiados. Hay que atender a los refugiados, porque antes que refugiados son seres humanos. Su número, cada vez mayor, ya son 65,6 millones de personas, hace urgente un compromiso continuo a nivel individual, institucional, social y empresarial. La indiferencia no es posible.
  • Existía una preocupación creciente entre la población por el terrorismo y la posibilidad de un ataque terrorista, que se ha visto incrementada por el atentado de Barcelona. Es cierto que, durante los últimos años, la UE en su conjunto y cada uno de los Estados miembros han estado trabajando para reforzar su seguridad. Pero, deben implicarse más en la lucha contra el terrorismo en todos los ámbitos, como piden la mayoría de los europeos. Y aquí en España, todos unidos, deben aumentar los medios materiales para combatir el terrorismo, al tiempo que se atacan las raíces del reclutamiento y la radicalización de los terroristas.

Estos son alguno de los temas que preocupan a los ciudadanos y podremos ver en el Parlamento. Si la respuesta que emane de las instituciones es la correcta, generando más bienestar y libertad, la democracia en España avanzará. De lo contrario, la deslegitimación del sistema irá en aumento.

 

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