miércoles, 24abril, 2024
12.4 C
Seville
Advertisement

El modelo educativo franquista (II)

Julián Arroyo Pomeda
Julián Arroyo Pomeda
Catedrático de Filosofía Instituto
- Publicidad -

análisis

- Publicidad -

The past is never deadIt’s not even past.” (William Faulkner)

El artículo anterior terminaba recordando el alto nivel de analfabetismo en la España de los años 50 y la falta de escuelas y maestros para erradicarlo. Entre las mujeres el analfabetismo fue todavía mayor que en los hombres.

Franco estuvo siempre obsesionado con hacer una limpieza de rojos, masones y comunistas. Para ello restableció los tribunales militares que juzgaban y cuya sentencia acabada en el despacho de Franco, quien personalmente daba el enterado para que se ejecutase. Se practicó, igualmente, la tortura para establecer un régimen de terror. Las familias republicanas fueron destruidas. Se robaron niños y los hicieron desaparecer. Las prisiones eran un experimento de exterminio, muchos morían de hambre o por enfermedad. La culpable fue siempre la República con sus seguidores y epígonos. La Sección Femenina fue la encargada de la educación de la mujer. El tipo de educación impartida se muestra bien en las actividades que realizaban: cursos de labores, religión, educación física, corte y confección, baile y canto.

Lo que se hacía en la escuela quedó fijado en un “Cuestionario” con los contenidos de cada materia, que deberían coordinarse y unificarse. Ahora bien, todo quedaba manipulado por la ideología. La escuela tenía que estar impregnada por el espíritu religioso. Los maestros fundamentaban la acción educadora en su vida religiosa personal. Los alumnos debían tener hábitos morales y sentimientos religiosos. ¡Cómo no iba a estar satisfecha la Iglesia con tales orientaciones, que no tenían nada de científicas!

Si pasamos a los contenidos del “Cuestionario” se establecieron para su enseñanza en Primaria materias como Catecismo, Historia Sagrada, Liturgia, Prácticas religiosas, Formación Moral y Doctrina Social de la Iglesia, entre otras.

La mujer recibió una formación caracterizadora de su sexo, es decir, para ser reproductora de hijos, esposa obediente y madre entregada y sacrificada por su familia. No trabajaba fuera del hogar y se dedicaba a sus labores. La concepción del patriarcado era la estructura en la que se basaba todo.

El horario de clases se organizaba en dos sesiones de mañana, con tres horas, y tarde, de dos horas. Entre los días de la semana se incluyen también los sábados, solo por la mañana. El domingo se consideraba festivo. Este horario permitía “las permanencias”, o prolongación de una o dos horas más, que pagaban los padres, para redondear el escaso sueldo de los maestros.

Algo simbólico, pero fundamental, era que la bandera ondeaba en escuelas y colegios durante las horas de clase. Literatura religiosa (vidas de santos y personas civiles ejemplares) se encontraba bien surtida en la escuela, pero escaseaban los libros escolares para enseñar. Títulos como El pueblo de Dios, España es así, Héroes, Isabel y Fernando, etc.

Eso sí, las escuelas estaban bien ornamentadascon cuadros del Papa, el propio Franco, imágenes como el Sagrado corazón o la Virgen, crucifijos colgados en la pared, el propio José Antonio Primo de Rivera, mapas de España, esferas terrestres, etc.

Cada niño tenía una “Cartilla escolar”, donde se anotaba su trabajo trimestral, los Certificados que obtenía y las calificaciones que había merecido. Dictados y redacciones se hacían casi a diario. Las faltas de ortografía contaban mucho en la nota. También eran importantes los problemas de aritmética y cálculo, dibujo lineal y artístico.

En 1945 la escuela recoge para su educación a niños anormales, sordomudos y deficientes.

En 1970 la ley del ministro Villar Palasí tiene el proyecto de adaptar el sistema a las necesidades nuevas surgidas en la sociedad. Fue un propósito loable con denominaciones nuevas. La Primaria se denominaría Educación General Básica (EGB), que mejoró déficits de educación, recogió la gratuidad hasta los 14 años e introdujo la Formación Profesional (FP) y la Formación Pretecnológica.

El bachillerato lo hacían pocos, porque había que desplazarse a colegios privados y caros, con lo cual podían seleccionar a los mejores desde el punto de vista intelectual, económico y social. Los que no cursaban bachillerato eran derivados a Formación Profesional de primer grado, que también era obligatoria y gratuita.

La ley Villar tiene luces y sombras, como todo. Su carencia más importante es que nació en un contexto político controlador y autoritario. Todavía en 1976 había que jurar los Principios del Movimiento para ser nombrado profesor numerario, después de pasar las Oposiciones. Esto molestaba mucho y la gente protestaba. En mi caso particular, tuve que presentarme ante el Delegado de Educación de Jaén para el juramento, que no obligaron a hacer aquel año, no sé por qué, solo tomaron nota de nosotros y de la presentación y con esto nos nombraron. Ya empezaban a abrirse perspectivas nuevas, se notaba en el ambiente. Los Directores de los centros eran nombrados por el Ministerio de Educación de entre una terna de profesores de la institución, oído del Claustro y el Consejo Asesor. Esto parecía entonces un paso importante.

Desde el punto de vista pedagógico, las”unidades didácticas” anteriores se sustituyeron por “áreas de experiencia” y se empezó a trabajar con un sistema de “fichas” y la evaluación continua, que sustituyó los exámenes tradicionales. Todo esto era innovador. Las Escuelas Normales de Formación de maestros quedaron integradas en la Universidad con el nombre de Escuelas Universitarias de Formación del Profesorado de Educación General Básica desde 1972. Se pusieron de moda actividades complementarias, como judo, ballet, idiomas, cocina, etc.

Entonces se trabajaba con 40 alumnos por aula. Se rescata también la coeducación, que era de tradición republicana, quién iba a decirlo. Todavía hoy se pide la educación diferenciada por parte de centros de élite. Y es que la sombra del franquismo es alargada.

- Publicidad -
- Publicidad -

Relacionadas

- Publicidad -
- Publicidad -

1 COMENTARIO

  1. He conocido personas que estudiaron durante la república y me han contado que también los profesores pegaban. Mi madre fue educada en aquellos años 30 en «sus labores». No fue el franquismo; venía de antes. Yo estudié durante el franquismo y tuve profesores comunistas. La formación profesional se creó mucho antes de la Ley del 70, que dicho sea de paso fue el inicio del declive del sistema educativo.

DEJA UNA RESPUESTA

Comentario
Introduce tu nombre

- Publicidad -
- Publicidad -
- Publicidad -
Advertisement
- Publicidad -

últimos artículos

- Publicidad -
- Publicidad -

lo + leído

- Publicidad -

lo + leído