martes, 19marzo, 2024
16.1 C
Seville

El ministro Escrivá de Balaguer y el futuro de las pensiones

Julián Molina Illán
Julián Molina Illán
Psicólogo, Fisioterapeuta, Enfermero, Filólogo, e Historiador del Arte.
- Publicidad -

análisis

- Publicidad -

El ministro Escrivá de Balaguer, ministro de Dios, según parece, quiere que trabajemos hasta la muerte. No me refiero a que trabajemos mucho, que también, sino que trabajemos hasta el último día de nuestras vidas. Él considera que esto no tiene importancia, pues hay otra vida. El problema es que eso de que hay otra vida no termina de estar demostrado, y, por lo que parece, la única vida es ésta. La cuestión es ¿la vida es para vivirla, o para sufrirla? ¿La vida es un accidente cósmico que hay que aprovechar, o esto es un puto valle de lágrimas aquí dispuesto a modo de juego del calamar para ver quien da el perfil del Paraíso? El ministro Escrivá de Balaguer, Pepe, para los amigos, parece ser que piensa lo segundo.

Pepe, un lobista perteneciente al cabildeo del gran capital, solo hace ejercer presión para que las pensiones nunca lleguen a depender de los presupuestos generales del estado, y se equilibren trabajando más (hasta la muerte) o cobrando menos (y muriéndose de hambre). El caso es que las cuentas de los poderosos sigan cuadrando, es decir, que puedan seguir disfrutando de sus mansiones, yates, ferraris, visones y demás. Porque si las pensiones se pagaran con impuestos, en un estado donde pagan más los que más tienen, igual no podrían comprarse un nuevo yate, o el Ferrari último modelo.

Se dice que la generación que viene vivirá peor que sus padres ¿Peor? Sus padres vivieron el final del franquismo, la terrible transición, los crímenes de ETA y una lucha política que dejaba muertos en el camino. Tuvieron que estudiar en un sistema obsoleto y enfrentarse a la digitalización sin estar preparados. Ahora, tienen que cuidar de sus padres porque las instituciones no funcionan (no son capaces, ni de lejos, de atender la demanda); por si no fuera suficiente tienen que sostener a los hijos que no se van de casa. Los sueldos están a años luz de la inflación real, con lo que no se llega a fin de mes y no se entiende el porqué. Como a Pepe esto no le parece suficiente va y dice, “tenéis que trabajar más años, o cobrar menos y pasar hambre”. Es terrible, pero la cosa empeora cuando pensamos que “el camarada Petrotsky” ha hecho una carnicería en el Consejo de Ministros acabando con todo bicho viviente, menos con Pepe. La cosa pinta mal.

Sabemos que una mentira termina por convertirse en verdad a base de repetirla muchas veces, y esto es lo que hace Pepe. Vamos a ver si el problema de las pensiones tiene solución.

Nos dicen que los pensionistas cobran mucho porque cobran más que los sueldos medios que deben sostenerlas. A nadie se le ha ocurrido subir los sueldos, sobre todo cuando están muy por debajo de la inflación real que nos ha empobrecido a todos durante las últimas décadas, lo que, unido al redondeo del euro, ha hecho de las clases medias una clase de pobres con trabajo que no llega a fin de mes.

Nos dicen que el factor trabajo es escaso. Hay que tener cara de adamantium para decir esto con una de las tasas de paro más alta del mundo occidental, y, sobre todo, una tasa de paro juvenil de más del 40%.

Nos hablan de productividad, pero no nos dicen, y lo saben perfectamente, que la productividad se duplica, aproximadamente, cada 25 años. De manera que, aunque dentro de 25 años haya un 15% menos de gente trabajando, el aumento de la productividad suplirá el problema.

Nos dicen que las pensiones serán impagables al ser un factor creciente, pero no dicen que las bases de cotización, y los sueldos, son cada vez más bajos, y que los años cotizados están también en detrimento, con lo cual, las pensiones del futuro dependientes del volumen cotizado serán pensiones de hambre. Es cierto que la gente tendrá que trabajar hasta la muerte, pero será porque las pensiones no les darán para comer. Y eso sin hacer ninguna reforma. Es decir, la reforma de las pensiones no debe ir orientada a reducirlas, sino a ver cómo pueden ser aumentadas, o la gente se morirá de hambre.

No dicen que faltará mano de obra, y, sobre todo, mano de obra especializada. Pero no tienen en cuenta (porque no les sale de los cojones) la inmigración (que toda la vida ha existido y existirá) y más aún, el advenimiento revolucionario de los robots autónomos dotados de inteligencia artificial que lo sustituirán todo, incluso empleos aparentemente intocables por su prestigio, como médicos o profesores universitarios. En realidad, estos serán de los primeros en caer. La clave está en que las empresas paguen impuestos por lo que produzcan, independientemente de quien lo produzca. O lo que es lo mismo, serán los robots los que pagarán el necesario Ingreso Mínimo Vital.

Nos dicen que las cuentas no salen, y que la obligación de los poderes públicos es que las cuentas salgan. Y esto lo dicen los que nos han endeudado para toda la vida con políticas inexplicables como bonos culturales, estando como estamos en la era de la información gratuita a través de internet. Pero lo que no nos cuentan es que la auténtica obligación de los poderes públicos no es que las cuentas cuadren, sino que su auténtica obligación es proteger a la población que sostiene el sistema con su esfuerzo, procurar su felicidad, y garantizar su bienestar. Si no saben cómo hacerlo, ¿por qué cojones no dimiten?

Nos cuentan que, tal vez, la mochila austriaca sea la solución. Es decir, que no solo paguemos las pensiones a los que actualmente las están cobrando, sino que también nos paguemos nuestras propias pensiones, y, ya de paso, también nuestros despidos. Es decir, romper el pacto intergeneracional con nosotros, que seríamos los grandes perdepagadores, y dejar sin pacto a las generaciones venideras. Pero no nos dicen que estamos al albor de una nueva era en la que el Capitalismo ya no existirá, y que lo que se fomentará será el desarrollo sostenible y no el desarrollismo, la felicidad de todos, y no la riqueza de unos pocos ¿Si no lo entienden y no saben cómo hacerlo, por qué cojones no dimiten?

Lo saben perfectamente, pero no dimiten porque están puestos ahí para eso ¿O por qué creen si no que el camarada Petrotsky ha defenestrado hasta los ángeles del Purgatorio, menos a Pepe?

Un saludo a todo el mundo.

- Publicidad -
- Publicidad -

Relacionadas

- Publicidad -
- Publicidad -

2 COMENTARIOS

  1. Vuelven como los faraones , despues del periodo de guerras y apañar rebaños de mendigos y de esclavos , nos presentan los planes para fabricar sus piramides de lujos , con manos de obra muy economicas , impuestos suculentos , jueces y leyes a dedos sin enjuciar a corruptos , pero condenando a los representantes de la plebe . Los principes del gobierno , en administraciones estrategicas , para fustigar a debiles y menesterosos y que sigan en la indigencia de por vida . Así , la reala de cautivos , eso sí, bautizados por una burda carta magna , solo mantendran la aspiración de la subsistencia. Sus miserables vidas, las mantendrán tal cuál , hasta que se les inflen …. las glándulas

DEJA UNA RESPUESTA

Comentario
Introduce tu nombre

- Publicidad -
- Publicidad -
- Publicidad -
- Publicidad -

últimos artículos

- Publicidad -
- Publicidad -

lo + leído

- Publicidad -

lo + leído