El empresario Ignacio López del Hierro, marido de la ex secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, durante su declaración como imputado, también se ha desvinculado en el espionaje del ‘caso Kitchen’, la investigación judicial sobre la operación parapolicial de espionaje al extesorero popular Luis Bárcenas.
En su declaración en calidad de investigado ante el Juzgado de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional ha sostenido, según las fuentes presentes en la sala, “que nunca tuvo conocimiento del operativo policial para espiar al ex tesorero del PP, Luis Bárcenas”, y que “jamás intercambió información sobre este asunto con el comisario José Manuel Villarejo”.
La cortesía
De acuerdo con las fuentes consultadas, ha justificado que “cuando en una conversación con Villarejo y su mujer en la sede del PP en 2009 le ofreció realizar encargos puntuales, lo hizo por cortesía”. Y por supuesto ha negado que se materializase “encargo alguno, como tampoco pagó”, en línea con lo declarado por Cospedal, aunque esta última afirmó ayer que: “le pagó “gastos corrientes por cortesía”.
La sordera de López del Hierro
López del Hierro, marido de Cospedal con problemas de audición, ha reconocido que “conocía a Villarejo desde hacía años, aunque su relación se retomó a partir del 2000” y que fue “en 2009 cuando le presentó a Cospedal en la mencionada reunión en la sede de Génova 13” de la que se difundieron los audios.
Según ha declarado, en aquel encuentro “el comisario entró por la puerta del garaje en un afán de discreción y de que no quedase registro de su visita”. Sin embargo, también ha dicho que “era algo habitual en aquella época, estando el PP en la oposición”, y que el propio policía pedía ese acceso discreto.
La NO excedencia de Villarejo
López del Hierro ha declarado que para él y también ayer para su mujer, “Villarejo en aquellas fechas, era un mando en excedencia”, pues el excomisario nunca le dijo que estuviese en activo. No supo hasta 2017 que se había jubilado.
El chófer de Bárcenas
Respecto de la ‘Kitchen’, y el papel por el que se investiga, como uno de los captadores del principal confidente de la trama, el chófer de Luis Bárcenas, Sergio Ríos, López del Hierro ha negado “haber tenido constancia de que aquello estaba en marcha” y se ha desmarcado del resto de los señalados por la trama: “Conocía superficialmente al comisario Andrés Gómez Gordo y de una sola vez al comisario”.
La Gürtel
A López del Hierro, el marido de Cospedal las agendas de Villarejo le sitúan también en una presunta maniobra anterior a la Kitchen para salvar al PP, con el ‘caso Gürtel’. Según el marido de Cospedal, “se había enterado -según ha dicho al juez, por un periodista- de que el investigador de la UDEF, Manuel Morocho le había incluido en un informe sobre donantes del partido en relación con constructora”.
Asegura que “no hizo nada al respecto, porque el informe estaba equivocado ya que la donación se habría realizado años antes de que él entrase en la compañía”. Sobre este punto ha comentado “que compartió su preocupación con su mujer, la exsecretaria general del PP, pero cree recordar que no con Villarejo”.
No recuerda nada de las reuniones con Villarejo
López del Hierro no recuerda el número de reuniones con Villarejo o las reseñas de los temas abordados que fue dejando por escrito el comisario en sus agendas. Tampoco da veracidad a esas notas.
Declaración de José Luis Ortiz
José Luis Ortiz, que trabajó durante veinte años al lado de María Dolores de Cospedal y llegó a ser su jefe de gabinete en Defensa, ha afirmado que en realidad “no fueron tres cuatro” y ha elevado hasta “una decena” las reuniones que tuvo en la sede del PP, la entonces secretaria general con Villarejo. Contradice así el testimonio de ella.
Ortiz comparecía como investigado, tras aparecer su nombre en las agendas de Villarejo de la época. El comisario ·le situaba como interlocutor para gestionar sus citas con la líder popular”. Cospedal declaró ante el juez que “eran Ortiz o su secretaria, Mariví, quienes recibían llamadas cuando el ahora polémico mando quería un encuentro”.
Las reuniones pasan de tres a diez
Pero la exsecretaria general del PP dijo también que mantuvo con Villarejo “tres o cuatro encuentros, que fueron más sociales que profesionales”. Mientras que Ortiz habla de “entre ocho y diez” reuniones, de acuerdo con las fuentes jurídicas presentes en la declaración.
Ortiz ha declarado que “era él quién recogía al comisario en una conocida cafetería de la plaza madrileña de Colón y, en el coche oficial de Cospedal, le introducía en la sede de Génova por la puerta del garaje”. Asegura que “era el comisario quien le llamaba a él para citarse con su jefa y ella, le daba la instrucción del día y la hora que había despejado en su agenda. A veces, le citaba de seguido. Otras lo dejaba en un ya te diré”.
A preguntas del juez Manuel García Castellón y los fiscales, ha asegurado que más allá de eso, nada sabía. “Cuando subía con Villarejo a la planta que fuese donde le esperaba Cospedal, era la secretaria de ella, Mariví, quien le recibía y le acompañaba hasta el despacho”. El teléfono de esta mujer figura en las agendas de Villarejo.
Por lo que respecta a Ortiz, ha insistido en que “ni charlaba con Villarejo en el breve trayecto que recorrían hasta la sede, ni presenciaba después las reuniones que mantenía con Cospedal. Cumplía lo que pautaba su jefa en tanto que gestionaba la cita en sí, pero nada más”.
