Se estima que el el Museo del Louvre en París recibe cerca de 10 millones de visitas al año. Esta cifra lo convierte en referente de los museos más visitado del mundo, por delante de instituciones como los Museos Vaticanos, el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York o el British Museum, este último considerado como el primer museo nacional en ver la luz. La enorme afluencia al museo parisino se debe, en gran medida, a que en él se encuentra una de las obras de arte más importantes de la historia: la “Gioconda” o “Mona Lisa”, de Leonardo Da Vinci.
A lo largo de sus más de dos siglos de vida, el Louvre ha permanecido cerrado al público durante muy pocas ocasiones, coincidiendo la mayoría de ellas con períodos bélicos. El pasado 2020, la institución cultural se vio obligada a echar el cierre desde el mes de marzo hasta el mes de julio, cuando recuperó las visitas presenciales con una reducción de su aforo al 70%. Durante ese período, la dirección del museo decidió poner en marcha una iniciativa que permitiese a toda la ciudadanía el acceso gratuito a sus obras de manera virtual. No fue la única institución que lo hizo, museos como el Prado, el Smithsonian o el Guggenheim también hicieron públicos sus catálogos a través de internet.
De esta forma, los museos se adaptaron a la nueva realidad de la sociedad, aquella en la que la mayoría de las actividades debían llevarse a cabo a través de la red. No obstante, la celeridad en la puesta en marcha de este proyecto implicó que el acceso no fuera posible a la totalidad del catálogo, sino solo a algunas de las obras más destacadas del mismo. Ahora, el Louvre ha dado un paso más allá permitiendo la visita virtual a todas sus obras, tanto las que se encuentran actualmente en exposición como aquellas que forman parte de sus fondos.
Se confirma así una apuesta por la digitalización que si bien fue impuesta por la situación en un principio, en la actualidad parece estar asentándose como un nuevo modelo social. El teletrabajo se ha impuesto en buena parte del mundo y las interacciones sociales se han reducido al mínimo, incluso las formas de entretenimiento y ocio de la población se han visto modificadas, y si bien en el pasado ya contábamos con plataformas de casinos online o videojuegos en línea, hoy en día estas se han cuadriplicado. La cultura, en un intento por ser lo más plural y accesible posible, no se queda atrás, siendo la propuesta del museo parisino el punto de partida de este nuevo entorno para el conocimiento.
La apertura digital del catálogo del Louvre supone la posibilidad de disfrutar de un total de 482.000 obras en posesión del museo, algunas de las cuales hace años que no se exponen de manera física al público. Así, no solo se podrán apreciar con todo lujo de detalle obras como la “Venus” de Milo, el Código de Hammurabi, el “Retrato del rey Luis XIV” de Rigaud, o la ya mencionada “Gioconda”, sino también creaciones menos conocidas pero de igual valor artístico e histórico.
Entre estas 482.000 obras también se encuentran fondos del Museo Nacional Eugène-Delacroix y esculturas de los jardines del Carrusel y las Tullerías. Todas ellas se encuentran distribuidas en diferentes categorías (pinturas, esculturas, textiles, joyas, objetos, etc.) y con información detallada sobre su autor, las técnicas empleadas en su creación, la época a la que pertenecen y su repercusión actual y pasada. De esta forma, el visitante puede realizar una búsqueda exhaustiva de aquellas obras que desea ver. Para facilitar y optimizar la visita, el Louvre ha creado tres secciones: “Explorar”, “Visitar” y “Qué hay”. Asimismo, también es posible realizar búsquedas a través de un plano del propio museo en el que se encuentran detalladas cada una de sus secciones.
Disponible en varios idiomas, entre los que se encuentra el español, el catálogo completo en formato digital del Louvre está disponible desde finales del mes de marzo, fecha en la que el país galo decretó un nuevo confinamiento para tratar de poner freno al incremento de casos durante esta tercera oleada.
