Hace escasos días tuve el honor de ser invitado, por militantes del Partido Comunista de España, a »la paella de camaradería obrera» del Ateneo de Aldaya, Valencia. Dicho Ateneo tiene el famoso nombre de: Dolores Ibárruri »La Pasionaria».
Muy extenso sería este artículo si empezásemos, uno a uno, a destacar y analizar todos los aspectos de la vida familiar, social y política de Ibárruri, en especial los del periodo de la Guerra del 36 – 39 y los años previos de militancia comunista; además no me considero, en estos momentos, capacitado ni el idóneo para emprender esta tarea de análisis biográfico.
Sin embargo, para lo que sí me considero modestamente capacitado (y que a mi juicio es lo más esencial pues desmonta el principal eje de la propaganda de los enemigos de la Unidad de España y de la Soberanía del pueblo español) es para resaltar la profunda Fe Católica de Dolores, desmontando la tan repetida sentencia que afirma:
»Es imposible teologicamente ser Católico y Comunista»; dando a entender con ello que la superioridad trascendente del Mensaje Católico está condicionada, en pleno, por ideologías o filosofías humanas.
Haga el lector conmigo ahora una reflexión retrospectiva que nos permita ver la importancia vital del ejemplo de La Pasionaria y del mensaje Comunista para España y el Pueblo, y contra el Capitalismo.
Hace unos 15 años, estando aún trabajando en el Arzobispado de Valencia, pude conocer muy brevemente, por medio del que entonces era mi Director, el P. Vicente Sastre, la obra de del también jesuita P. Llanos. Reconozco que sus experiencias con La Pasionaria no fueron objeto de mi interés sino el contexto sociopolítico en el que vivió y al que sirvió para el bien de la Iglesia y de España. Era mi intención aplicarlo al trabajo en Acción Católica y en la Hermandad Obrera Católica.
El contexto político y social en el que vivimos, en especial la pérdida de Fe, Esperanza y sentido de la Justicia, hacen que este conocimiento, y la experiencia vital de Ibárruri, sean nuevamente valiosos y útiles.
A pesar de la pérdida de práctica religiosa de La Pasionaria, ella jamás perdió la Fe y este tesoro brotó de nuevo. El P. Pedro Miguel Lamet, en su libro: Azul y Rojo afirma que »la temida líder comunista se confesó y comulgó antes de morir».
Mucho más que esto, en sus momentos más terribles y de »acción militante», ella expresó de manera práctica su Fe Católica grabada a fuego. El P. Llanos y La Pasionaria rezaban el PadreNuestro en latín y cantaban canciones de su infancia como: Cantemos al Amor de los Amores, dedicadas a la Virgen María.
En este sentido es justo recordar que Dolores guardó un icono de La Virgen y un Crucifijo durante décadas, que le pidieron custodiara unas Religiosas Reparadoras para que no los profanaran los milicianos anarquistas.
Como agradecimiento por esto y por salvarles la vida de estas hienas anarquistas: »Si queréis entrar, adelante… Aquí estoy con mi pistola», ellas siempre la recordaron en sus oraciones.
Hay que ver cómo la Historia se repite y en la actualidad las hienas AntifA pactan con los socialistas del PSOE para neutralizar a los comunistas en contra de España y a favor de la Elite Usurera.
Como conclusión, y con el fin de no hacer muy extenso este artículo, es muy importante destacar el ansia infinita y profunda de Justicia que tenía La Pasionaria (pseudónimo con claras connotaciones religiosas que adoptó al empezar a escribir en el Dominical Tradicionalista Vasco) y que trató de plasmar en sus relaciones humanas y en su acción política nacional y popular, incluso durante la guerra.
Esta es la vocación de los verdaderos comunistas, no de aquellos llevados por el odio fratricida cainita y pérfido, y la vocación de sus centros de reunión y reflexión o ateneos, en especial del Ateneo Dolores Ibárruri, La Pasionaria, de Aldaya, Valencia, con Nicolás y Benito a la vanguardia.
Muchas gracias estimados camaradas y amigos. Salud y República hasta el Fin.
