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El incendio de Sierra Bermeja, entre el abandono del monte, la presión del turismo y la falta de medidas preventivas

El catedrático de Geografía Física de la Universidad de Granada (UGR), José Gómez Zotano, explica que "estos bosques tendieron a ser abandonados, lo que se tradujo en un factor de riesgo ambiental", del que la Junta Andalucía no se ha ocupado

María José Pintor
María José Pintor
Periodista en cuerpo y alma, licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad del País Vasco.
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análisis

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España acaba de sufrir otra incendio en Sierra Bermeja (Málaga) que ha supuesto la pérdida de más de 10.000 hectáreas y se ha cobrado la vida de un bombero. Mientras el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, trata de responsabilizar del desastre a la actuación de un desalmado o un grupo de ellos, lo cierto es que el catedrático de Geografía Física de la Universidad de Granada (UGR), José Gómez Zotano, pone las cosas en su sitio. El abandono del monte, la presión turística y la falta de medidas preventivas han provocado el desastre.

Gómez Zotano, uno de los mayores expertos del país en esta sierra, explica a través de la UGR que numerosos factores explican la virulencia del incendio forestal de Sierra Bermeja (Málaga) y gran parte de ellos se derivan de la falta de medidas de prevención y del abandono que sufre este paraje.

Según detallan múltiples estudios realizados desde hace años por este catedrático, según informa la UGR, la causa del desastre, al margen de quien lo provocara, responde a un “abandono de 6ª generación para incendio de 6ª generación”.

Implicaciones económicas y sociales

En su análisis, el profesor de la UGR apunta a importantes implicaciones económicas y sociales en el origen de estos desastres. “La evolución creciente de los incendios forestales refleja con claridad la existencia de conflictos y tensiones de diversos órdenes en Sierra Bermeja: marginalidad social de los pueblos colindantes, precariedad económica de los aprovechamientos, problemas asociados a la titularidad-propiedad de los montes, despoblación de áreas rurales, sobrepresión por turismo, abandono de fincas, quemas agrícolas, cambios de uso del suelo, tráfico de drogas, especulación urbanística y recalificaciones de suelos no urbanizables, son hechos que se traducen en la aparición frecuente de incendios, la mayoría de ellos intencionados”, detalla el geógrafo.

En sus estudios, Gómez Zotano expone que, desde mediados del s. XX, los usos tradicionales del monte se han abandonado, convirtiéndose esta montaña en el traspaís de la urbanizada Costa del Sol Occidental. El inicio del turismo coincidió con el declive de los aprovechamientos forestales tradicionales en general y del pino resinero en particular (madera y resina), lo que generó importantes cambios paisajísticos y territoriales. “Ante la falta de precios y mercados para los productos forestales, estos bosques tendieron a ser abandonados, lo que se tradujo en un factor de riesgo ambiental al generarse una excesiva densificación de la vegetación y una abundante acumulación de materia orgánica de fácil combustión que, además, servía como reserva de enfermedades y plagas”, subraya el investigador.

Un factor de riesgo ambiental para que ninguna administración andaluza ha sabido dar respuesta.

Zona de incendios

En su último libro publicado en 2021 “Los bosques de la Serranía de Ronda. Una perspectiva espacio-temporal”, Gómez Zotano recoge un estudio premonitorio realizado con Javier Martos Martín: “Sierra Bermeja y los grandes incendios forestales: una reconstrucción geohistórica (1950-2018)”. En este trabajo de investigación se analizan los grandes incendios forestales (denominados GIF cuando superan las 500 hectáreas) que han tenido lugar desde la segunda mitad del siglo XX a partir de una base de datos en cuya elaboración se han manejado distintas fuentes de información documentales y orales, así como los datos y análisis obtenidos mediante teledetección gracias al tratamiento de imágenes de satélite posteriores a 1975, para georreferenciar y cartografiar el área recorrida por los incendios, y determinar la recurrencia territorial y temporal de los mismos.

Los autores del estudio han identificado un total de 29 incendios forestales en Sierra Bermeja desde 1950, de los cuales 14 fueron GIF, lo que supone un promedio de un gran incendio forestal cada 4,27 años. La gran mayoría de los GIF son de origen antrópico, ocasionados por la mano humana.

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1 COMENTARIO

  1. La defensa del medio es carísima. Antes, de los setenta cara atrás, la necesidad de la leña para calor del hogar, o la dificultad de la obtención (precios) de un tractor, lo que obligaba a conducir ganado a los pastos en el monte, hacían la mitad del trabajo preciso para mantener el monte meridianamente limpio, y cuando un fuego se producía, aún con muchísimos menos medios de extinción, no se daban estos siniestros gigantescos en cuanto a magnitudes geográficas, aunque su peligro y su efecto fuesen igual de devastadores. La política forestal, en cada una de las múltiples variantes del país, debe de estar al mismo nivel -casi o sin casi- de actuales presupuestos de defensa en virtud de los números y los datos, también en cuanto a las mobilizacións de la UME. Que ellos los faciliten para concretar, pero así son las cosas.

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