Fueron miles los mensajes de duelo y recuerdo al político que ejerció al frente del estado.
Tantos o más fueron los de rabia y odio a quien ejerció políticamente tras el estado.
Merece un respeto el duelo de aquellas personas para las que simplemente fue un esposo, un padre, un hijo, un amigo. Pero está en la condición humana el sentimiento de alivio con ciertas connotaciones de venganza, al saber que quién con sus actos infringió dolor descansa en paz.
Es el controvertido recuerdo del hombre a ambos extremo del Estado.
Descansa en paz Alfredo Pérez.
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