Una de las voces más fuertes que instaba a los partidarios de Donald Trump a presionar para anular los resultados de las elecciones presidenciales de 2020 fue Steve Bannon, el hombre cuya empresa ha servido como lanzadera de la extrema derecha en Europa y, por supuesto, se convirtió en el gurú de Vox.
«Estamos al borde del ataque», prometió Bannon en su popular podcast el 5 de enero de 2021. «Mañana se desatará el infierno», continuó. A la mañana siguiente, mientras miles de personas se congregaban en el National Mall para una manifestación que se convirtió en un ataque al Capitolio, Bannon encendió a sus oyentes: «Son ellos contra nosotros. ¿Quién puede imponer su voluntad al otro lado?».
Cuando la insurrección fracasó, Bannon continuó su campaña a favor de su antiguo jefe por otros medios. En su podcast «War Room», que tiene decenas de millones de descargas, Bannon dijo que el presidente Trump perdió porque el Partido Republicano lo vendió. «Este es su llamamiento a la acción», dijo Bannon en febrero, unas semanas después de que Trump lo indultara de los cargos de fraude federal.
La solución, anunció Bannon, era tomar el control del Partido Republicano de abajo hacia arriba. La estrategia pasaba porque sus seguidores debían inundar el peldaño más bajo de la estructura del partido: los distritos. «Va a ser una pelea, pero esta es una pelea que debe ganarse, no tenemos una opción», dijo Bannon en su programa en mayo. «Vamos a recuperar esto pueblo por pueblo, distrito por distrito». Es decir, Bannon hizo un llamamiento a los negacionistas y a las hordas de extrema derecha para iniciar una guerra contra el sistema democrático.
La importancia de las bases
Los oficiales de distrito son las abejas obreras de los partidos políticos, generalmente responsables de tareas rutinarias como hacer llamadas telefónicas. Sin embargo, esa base tiene mucha fuerza colectiva puesto que pueden influir en cómo se llevan a cabo las elecciones. En algunos estados, tienen voz en la elección de los trabajadores electorales, y en otros ayudan a elegir a los miembros de las juntas que supervisan las elecciones.
Después del llamamiento de Bannon, la «estrategia de distrito» se disparó en los medios de extrema derecha. Las publicaciones virales que promocionan el plan acumularon millones de visitas en sitios web pro-Trump, programas de radio, redes sociales marginales y foros de mensajes, y programas alineados con la teoría de la conspiración QAnon.
Catarata de peticiones
De repente, personas que nunca habían mostrado interés en la política partidista comenzaron a llamar a la sede local del Partido Republicano o se agolparon en las convenciones del condado, ansiosas por alistarse como oficiales de distrito. Aparecieron en los estados en los que Trump ganó y en los estados que perdió, en áreas rurales, en los suburbios de votaciones indecisas y en ciudades populosas.
En Wisconsin, por ejemplo, los nuevos reclutas republicanos se están convirtiendo en trabajadores electorales. Los secretarios del condado que dirigen las elecciones en el estado deben contratar a los nominados de los partidos. Una vez los partidos dejaron de sugerir nombres, los presidentes de los condados republicanos de línea dura se están moviendo para usar esos poderes.
De los 65 condados clave de Wisconsin y 41 informaron un aumento inusual en las suscripciones al Partido Republicano desde que comenzó la campaña de Bannon. Al menos 8.500 nuevos oficiales de distrito republicanos se unieron a esos partidos del condado. Este fenómeno no se produjo en el Partido Demócrata.
Reacción inaudita y peligrosa
Un fenómeno ligeramente similar ocurrió con la reacción del Tea Party (radicales económicos) a la elección del expresidente Barack Obama que presagió los avances republicanos en la mitad de período de 2010.
Las pérdidas presidenciales a menudo dan energía a los activistas del partido derrotado, y no sería la primera vez que la facción de un candidato intenta consolidar el control sobre el aparato del partido con el objetivo de ganar las próximas elecciones.
Sin embargo, esta vez es mucho más peligroso porque se trata de un enfoque intransigente que no cree en el sistema electoral como base de la participación del pueblo en democracia.
El nuevo movimiento se basa completamente en la insistencia de Donald Trump de que el sistema electoral falló en 2020 y que los republicanos no pueden permitir que vuelva a suceder. El resultado es una oleada de activistas de partidos en todo el país cuyo objetivo central no es simplemente ganar las elecciones, sino remodelar su maquinaria.
El movimiento de Bannon ya está consiguiendo victorias
Solo han pasado unos meses, demasiado pronto para decir si la ola de recién llegados finalmente logrará remodelar al Partido Republicano o cómo afectarán las perspectivas republicanas en las próximas elecciones. Pero lo que ya está claro es que estos prometedores oficiales del partido han logrado victorias tempranas.
En Michigan, por ejemplo, uno de los principales organizadores que reclutó a nuevos oficiales de distrito presionó por la destitución del director ejecutivo del partido estatal, quien contradijo la afirmación de Trump de que la elección fue robada y que luego renunció.
En Las Vegas, un puñado de Proud Boys, parte del grupo extremista cuyos miembros han sido acusados de atacar el Capitolio, apoyó un intento de derrocar a los moderados que controlan el partido del condado, una disputa que ahora está en los tribunales.
En Phoenix, los nuevos funcionarios del distrito solicitaron destituir a los funcionarios del condado que, según el Washington Post, se negaron a cooperar con la auditoría forense de los republicanos del Senado estatal de las papeletas de 2020. Nuevos oficiales de distrito en Michigan y las Carolinas están realizando ahora auditorías similares. Fuera de Atlanta, los nuevos líderes de los partidos locales ayudaron a elegir a un legislador estatal que defendió las nuevas y radicales restricciones al voto de Georgia.
Los organizadores de los distritos esperan promover candidatos como Matthew DePerno, un aspirante a fiscal general de Michigan que, según afirmaron los senadores estatales republicanos en un informe, había difundido información errónea, engañosa e irresponsable sobre las elecciones, y Mark Finchem, miembro de la milicia de los Oath Keepers que marchó al Capitolio el 6 de enero y ahora se postula para ser el principal funcionario electoral de Arizona.
Cuando Bannon entrevistó a Finchem en un podcast de abril, ponderó los esfuerzos de los republicanos de Arizona para reexaminar los resultados de 2020 preguntándole a Finchem cómo podrían ayudar los oyentes. Finchem respondió promoviendo la estrategia del distrito. «La única forma en que se va a encargar de que esto no vuelva a suceder es si se involucra. Conviértete en un miembro del comité de distrito», dijo Finchem a Bannon.
Asalto al Capitolio y QAnon
Algunos de los nuevos oficiales de distrito estaban entre la multitud que tomó el Capitolio el 6 de enero. Un presidente republicano de distrito de Texas fue arrestado por agredir a la policía en Washington. Se declaró inocente.
Muchos de los nuevos activistas han dicho públicamente que apoyan a QAnon, la teoría de la conspiración que cree que Trump estaba trabajando para erradicar una red mundial de tráfico sexual infantil. Los organizadores del movimiento han animado a los simpatizantes a llevar armas a las manifestaciones. En Las Vegas y Savannah los recién llegados fueron tan disruptivos que cerraron las elecciones de liderazgo.
Mientras esto ocurre, Bannon sigue alentando la rebelión: «No van a ser recibidos con los brazos abiertos. Pero bueno, ¿fue desagradable en Lexington? ¿Fue desagradable en Concord? ¿Fue desagradable en Bunker Hill?», afirmó el gurú de la extrema derecha haciendo referencia a importantes acontecimientos de la Revolución Americana.
lo mismo que el perro vago del abascal y sus amigos ortega .espinosa y la macarena olana o como llame SINVERGUENZAS