El fichaje de Jorge Lorenzo por Ducati era un secreto a voces y desde el pasado mes de abril se convirtió en la comidilla para equipos, pilotos, aficionados y medios de comunicación. La escudería que dirige Claudio Domenicali fichó al inicio de la temporada al piloto español, descontento ante la falta de apoyo recibido por parte de algunos miembros de su entonces equipo Yamaha, con el que ganó 3 campeonatos mundiales en 9 años y deja unos números (156 carreras, 39 poles, 28 vueltas rápidas, 44 victorias y 107 podios) que ahora buscará superar su sucesor en la fábrica japonesa, Maverick Viñales.

Un cambio de montura que no sólo supone un nuevo giro en su carrera deportiva, sino que también ha generado multitud de opiniones. Mientras que el sector más crítico de Lorenzo augura un retroceso en su carrera, su séquito de seguidores lo ve como la oportunidad idónea de demostrar su valía y hacer historia con la marca italiana por la que han pasado pilotos entre los que se encuentran Max Biaggi, Loris Capirossi, Nicky Hayden, Marco Melandri, Valentino Rossi o Casey Stoner, y los españoles Carlos Checa, Sete Gibernau, Toni Elías, Aleix Espargaró y Héctor Barberá.

Por todos es sabido que Jorge necesitaba motivación y nuevos retos en su carrera deportiva; y eso en Ducati le va a sobrar. Mientras, el mallorquín ya ha conseguido ganarse el cariño de un sector de la afición italiana, lo cierto es que el Mundial de MotoGP 2017 no va a suponer un periodo de adaptación al uso para Loenzo, tal y como apuntan Márquez y Rossi.

Su primer contacto con su nueva compañera de viaje, la GP17, fue notable, aunque lo más llamativo fue la actitud que el piloto español mostró durante los dos días de test celebrados en el circuito valenciano Ricardo Tormo. Y es que nunca antes habíamos visto a un Lorenzo tan risueño en el box.

El 99 quiere ganar, seguir peleando con los pilotos más punteros y devolver a Ducati a la cima del motociclismo. Ese es el objetivo fijado por la marca, el cual ha quedado patente al apostar fuerte por el tricampeón del mundo, que percibirá un sueldo de 25 millones de euros durante las próximas dos temporadas. Y para pelear por él, Jorge Lorenzo contará con la moto más veloz de la parrilla, cuya aceleración es superior a la Honda, aunque deberá mejorar el paso por curva, una de las asignaturas pendientes de Ducati y el punto fuerte del piloto mallorquín.

Domar la moto de Bolonia no es tarea fácil y sino que se lo pregunten a Rossi, Melandri y Hayden, quienes acabaron con los nervios destrozados al verse sobrepasados por una moto rebelde. Consciente de ello, Jorge sabe que deberá modificar su diario de trabajo.

Se acabaron las vueltas trazadas al milímetro rozando la perfección. Ahora toca arriesgar. Pilotar por instinto. Dejar atrás su actual estilo de pilotaje suave, constante y preciso, para retomar sus inicios agresivos y atrevidos con los que logró hacerse un hueco en el mundo de las dos ruedas. Quizá este sea el motivo que le ha llevado a despojar el ángel de su logotipo para transformarlo en doble demonio.

Pero, de nada serviría todo eso si Lorenzo no es capaz de vencer a su principal enemigo: el agua. Pesadilla que el piloto español deberá hacer frente porque los directivos de Ducati pretenden recuperar la esencia de Jorge: “Tendrá que ser más agresivo, como cuando era joven”. Tarea que, a priori, se antoja difícil y requerirá de paciencia por parte de la familia ducatista.

Un sinfín de caídas y varias lesiones graves, que mandaron a Lorenzo directo al quirófano, son algunos de los recuerdos que se agolpan en su mente cada vez que la lluvia se hace presente en un circuito, y aumentado considerablemente cada vez que tiene que pilotar en mojado. Una sensación de continuo miedo e inseguridad que podría plantearse la posibilidad de inundar un circuito y entrenar en él para sobrellevar su fobia.

Esa lucha constante con su mente será la que el 99 deba superar si pretende ganar con una Ducati que no puede permitirse el lujo de fallar en agua; pues, además de recortar distancias con Honda y Yamaha, ha demostrado desenvolverse muy bien ese tipo de escenarios.

Aun así, lo que es innegable es que Jorge se ha decantado por un proyecto ambicioso y ganador que, además, cuenta con la presencia de Casey Stoner como piloto de pruebas y el único capaz de proclamarse campeón a lomos de una Ducati.

Ahora algunas de las preguntas que surgen son: ¿Será Jorge Lorenzo el primer piloto español en ganar un mundial con Ducati? ¿Superará los registros conseguidos por su excompañero Valentino Rossi en la escudería italiana? ¿Veremos a ver a un Jorge más agresivo y guerrero? Habrá que esperar al 26 de marzo para dar respuesta a estas y otras

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