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El Gobierno de Moreno Bonilla sólo ha asignado el 0,8% de las ayudas previstas para prevención de incendios forestales

Una maraña administrativa de la Junta provoca que el 99% de los 14,5 millones presupuestados sean devueltos a la UE por no haber sido aprobados para planes de limpieza de los bosques

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análisis

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Los datos del devastador incendio de Sierra Bermeja, en Málaga, son demoledores, sobre todo por el fallecimiento a causa de las llamas de un bombero forestal de 44 años. También son abrumadores los datos de ayudas previstas para prevención de incendios forestales concedidas por la Junta de Andalucía: cuatro de cada diez euros han quedado sin asignar en la primera resolución de la convocatoria de ayudas forestales en nueve años. Además, el ejecutivo de Juan Manuel Moreno Bonilla, que ha anunciado que pondrá todo su empeño y sus medios para detener a las personas que han causado presuntamente este incendio, que ya ha arrasado casi 8.000 hectáreas en un perímetro aproximado de 90 kilómetros, sólo ha asignado el 0,8% del presupuesto total destinado a prevención de incendios, en concreto unos 128.000 euros de 14,5 millones presupuestados por la Administración andaluza para este cometido.

La Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta sólo ha aprobado 23 expedientes de un total de 657 solicitudes. La inmensa mayoría de estas ayudas, concretamente el 87,5%, procede del Fondo Europeo Agrario de Desarrollo Rural (Feader). La Junta aporta el 12,5%. Todos los fondos que no se utilizan son devueltos a Europa.

El fuego se apaga en invierno

Esta situación ha generado un profundo malestar en el sector y ha obligado al departamento que dirige Carmen Crespo a anunciar una nueva convocatoria por valor de 30 millones de euros. En esta maraña burocrática en la que caen numerosos agricultores y ganaderos de la comunidad, el campo andaluz vuelve a sufrir los estragos del fuego, un mal endémico de esta tierra, al que las altas temperaturas durante buena parte del año no ayudan en absoluto y que todos los expertos saben que se apaga en invierno con la prevención y no en verano cuando ya las llamas son una realidad.

En una tribuna publicada el pasado marzo en los diarios del Grupo Joly, los representantes de la plataforma por la sostenibilidad del medio natural y rural andaluz Sosnatur, Juan Sangrán Dávila y Andrés Domínguez, acusaban a la Administración andaluza de no haber sido “capaz” de invertir “un solo euro” en bosques, dentro del presupuesto europeo procedente del marco 2014-2020 para el Programa de Desarrollo Rural de Andalucía. “Se ha generado una maraña de condicionantes, necesidades, obligaciones y legislaciones contradictorias, unida a una inoperante e indolente Administración que se pierde entre sus papeles en los despachos, ajena a las verdaderas demandas de los bosques andaluces”, denuncian los autores del artículo bajo el título “La Junta abandona el bosque andaluz”.

El devastador incendio de Sierra Bermeja ha arrasado ya casi 8.000 hectáreas en un perímetro de 91 kilómetros y aún sigue sin ser controlado tras cinco días

Tampoco el anterior gobierno socialista de Susana Díaz actuaba de manera muy diferente en este sentido a como lo viene haciendo el ejecutivo bipartito de Moreno Bonilla. Como denuncian estos defensores de los bosques andaluces, “en cuatro años sólo consiguió publicar una convocatoria de ayudas a la prevención de incendios forestales en 2018, con catorce millones de euros de dotación, ayudas no resueltas después de dos años y medio”.

Desde Verdes Equo, su portavoz en Mar González, aseguraba el pasado junio que “esta desidia es inexplicable” en la gestión de las ayudas para la prevención de incendios en Andalucía. “Demuestra una falta total de interés por el mundo rural, ya que es dejar sin usar un dinero que viene de la Unión Europea, que debe ayudar a equilibrar el nivel de bienestar entre el mundo rural y el urbano, así como mantener en buenas condiciones nuestras extensas áreas forestales, que cumplen una gran variedad de funciones ambientales, sociales y económicas. ¿Qué turismo de naturaleza podrán esperar los vecinos de zonas calcinadas? ¿Qué producción de corcho o de ganadería extensiva se puede sacar de dehesas arrasadas por las llamas?”, se pregunta la dirigente de la formación ecologista.

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1 COMENTARIO

  1. La extinción resulta cara, y tampoco se puede hacer una inversión que resulte determinante para la prevención, como no hay estrategia posible que garantice que un incendio forestal no se vaya a producir. Pero sí puede realizarse una labor de contención o erradicación en el triste caso de producirse, pero es cara, y a la vez cruz pués está claro que se juegan los cuartos de la inversión al azar de las posibilidades y este año salió cruz.
    Qué bonito me quedó.
    Pero es la realidad de esta cuestión.

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